Los ataques a la educación se producen en todo el mundo, tanto dentro como fuera de las situaciones de conflicto armado. En muchas regiones, los grupos armados atacan intencionadamente a las escuelas, al profesorado y a los alumnos y alumnas. Estos ataques violan los derechos de los niños y las niñas: además los ponen en riesgo de sufrir lesiones o morir y pueden frustrar la posibilidad de recibir una educación. Los ataques a las escuelas, profesores y alumnos pueden hacer que los niños y las niñas abandonen o vayan menos a la escuela, obligar a las escuelas a reducir su horario, así como destruir los edificios y el material escolar. En entornos de violencia y miedo, la calidad de la educación se ve gravemente disminuida. Human Rights Watch define los “ataques a la educación” como la gama completa de violaciones que ponen a los niños y las niñas en peligro y les niegan el acceso a la educación. Esto incluye: los ataques a la infraestructura escolar y a los profesores y estudiantes; la ocupación de las escuelas por la policía y el ejército; el acoso y las amenazas contra docentes, padres, madres y estudiantes; así como el reclutamiento de niños y niñas de las escuelas para convertirse en soldados. Human Rights Watch pide a los Estados que se adhieran a la Declaración sobre Escuelas Seguras, un compromiso internacional para proteger a las escuelas y universidades de ser atacadas o utilizadas con fines militares en tiempos de conflicto armado.

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