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Haití: Población en grave peligro debido a escalada de violencia

Es necesaria una acción internacional urgente

Un manifestante sostiene un cartel que dice en francés "La seguridad es un derecho, Haití se lo merece" durante una manifestación en Puerto Príncipe, Haití, el 2 de abril de 2025. © AP Photo/Odelyn Joseph

(Washington D. C.) – El aumento de la violencia por parte de grupos criminales y los enfrentamientos con grupos de “autodefensa” están agravando la situación de inseguridad en Haití, señaló hoy Human Rights Watch. Los grupos criminales han incrementado su control sobre la capital, Puerto Príncipe, y se han expandido a otras regiones. Líderes de la oposición y grupos de “autodefensa” han liderado violentas manifestaciones contra el gobierno de transición.

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debe garantizar urgentemente que la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS, por sus siglas en inglés), autorizada por la ONU, reciba el personal y los recursos necesarios para cumplir su mandato, y acordar las medidas necesarias para transformar la MSS en una misión plena de la ONU con el mandato de proteger los derechos humanos y prevenir una mayor escalada de la violencia.

“La situación de seguridad en Haití está en caída libre y los haitianos están sufriendo abusos horribles”, afirmó Nathalye Cotrino, investigadora sénior de la División de las Américas de Human Rights Watch. “Los Estados miembros de las Naciones Unidas deberían reforzar de inmediato la capacidad de la MSS y tomar medidas urgentes para transformarla en una misión plena de la ONU”.

Solo el 10 % de Puerto Príncipe permanece bajo control gubernamental. Los grupos criminales han intensificado sus ataques desde finales de 2024, arremetiendo contra infraestructura clave, instituciones estatales, escuelas, centros de salud, medios de comunicación y zonas residenciales y comerciales. También se han infiltrado en barrios cercanos a Pétion-Ville, una de las pocas zonas que no está bajo su control, donde viven las clases altas y medias y están las oficinas de Naciones Unidas. Casi a diario se reportan asesinatos, secuestros, violencia sexual y reclutamiento de menores. La policía y la MSS no cuentan con fondos y personal suficientes para hacer frente a la situación.

Entre finales de enero y marzo de 2025, al menos 262 personas murieron y otras 66 resultaron heridas en las comunas de Kenscoff y Carrefour, al sur de Puerto Príncipe, según la ONU. La violencia también sigue afectando al departamento de Artibonite, donde más de 11 personas fueron asesinadas en Gros-Morne a finales de enero, y la MSS sufrió su primera baja en la comuna de Petite-Rivière a finales de febrero. A finales de marzo y principios de abril, la violencia se extendió a dos ciudades del departamento del Centro, Mirebalais y Saut-d’Eau, donde fueron asesinadas más de 80 personas, según informó la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos. Más recientemente, se han reportado amenazas de posibles ataques inminentes contra la ciudad de Hinche.

La escalada de la violencia criminal, agravada por los enfrentamientos con los “grupos de autodefensa” (formados por miembros de la comunidad que a menudo actúan en connivencia con la policía) y con las fuerzas del orden, ha obligado a más de 90.000 personas a huir de sus hogares desde principios de año, según la Organización Internacionalpara las Migraciones. Muchas organizaciones internacionales y nacionales de derechos humanos y humanitarias también se han visto obligadas a reubicarse o a suspender sus operaciones en el país, lo que afecta aún más a los 6 millones de haitianos que necesitan ayuda humanitaria y empeora las condiciones de los 5,7 millones que enfrentan elevados niveles de inseguridad alimentaria aguda, la cifra más alta delos últimos años.

“La gente ya no tiene un lugar seguro al que huir”, dijo un trabajador humanitario a Human Rights Watch. “Las mujeres que vienen aquí en busca de ayuda no solo han perdido a sus seres queridos, sino que también han sido violadas, desplazadas y abandonadas en las calles, con hambre y luchando por sobrevivir. No sabemos cuánto tiempo más podrán soportar tanto sufrimiento... Lo único que piden [las víctimas] es que cese la violencia. Sin el apoyo de la policía ni del gobierno, se sienten abandonadas. Se preguntan: ‘¿Por qué nadie nos ayuda? ¿Por qué no importan las vidas de los haitianos si nosotros también somos humanos?’”.

A principios de marzo, el gobierno de transición (con tres de sus miembros implicados en corrupción) creó un grupo de trabajopara luchar contra los grupos criminales. Lanzó ataques con drones con munición explosiva sin garantizar la redición de cuentas por abusos. Los líderes criminales también han amenazado con desplegar esta tecnología.

Miembros de las comunidades de Puerto Príncipe, Pétion-Ville y Kenscoff, así como desplazados internos, han tomado las calles de la capital en las últimas semanas, pidiendo la destitución del gobierno actual. Miembros de grupos de “autodefensa” y agentes de policía se han unido a algunas de las protestas. En respuesta, el 7 de abril el gobierno de transición declaró un nuevo estado de emergencia y anunció, entre otras medidas, el aumento de los recursos a las fuerzas de seguridad.

La mala gestión de la situación por parte del gobierno ha provocado el resurgimiento de figuras de la oposición como Claude Joseph, ex primer ministro; Guy Philippe, excomandante de policía que estuvo seis años en una prisión estadounidense acusado de lavado de dinero y tráfico de drogas; y Dimitri Hérard, exjefe de la Unidad General de Seguridad del Palacio Nacional, acusado en el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021. Los tres han convocado nuevas protestas.

En medio de esta creciente inestabilidad, los gobiernos extranjeros han permanecido en gran medida en silencio, señaló Human Rights Watch. Desde que el secretario general de la ONU Antonio Guterres publicó un documento de opciones con recomendaciones al Consejo de Segurida, el 24 de febrero, no se han adoptado medidas concretas.

El documento pedía el establecimiento de una oficina de apoyo de la ONU, financiada con contribuciones asignadas, para proporcionar apoyo logístico y operativo a la MSS con el fin de mejorar su capacidad para llevar a cabo operaciones sólidas y selectivas con la Policía Nacional de Haití contra los grupos criminales. También pidió que la MSS fuera “ampliada en número y reforzada con capacidades adicionales de grado militar y equipo letal proporcionado bilateralmente por los Estados miembros para subsanar las deficiencias actuales”, y que se reforzaran las capacidades de recopilación y análisis de información. El secretario general solicitó además el apoyo de la ONU a las fuerzas de seguridad ajenas a la ONU y programas para apoyar a quienes decidan abandonar los grupos criminales y para apoyar a las autoridades haitianas en la investigación, procesamiento y detención de las personas de alto riesgo arrestadas por la MSS.

El 13 de abril, ante la aparición de informes sobre grupos criminales que intentan hacerse con el poder, la Comunidad del Caribe (CARICOM) instó a la comunidad internacional a tomar medidas urgentes para apoyar a las autoridades haitianas. Poco después, el Departamento de Estado de Estados Unidos expresó su apoyo a la CARICOM y a los esfuerzos de la MSS para ayudar a restablecer la paz y la estabilidad. El mismo día, el gobierno de transición de Haití reiteró su llamado al Consejo de Seguridad de la ONU para que considere urgentemente “propuestas para un refuerzo significativo del apoyo internacional al restablecimiento de la seguridad en Haití”.

Hasta el momento, no se han tomado medidas concretas para aumentar el apoyo internacional a la MSS, aplicar las recomendaciones del secretario general de la ONU o llevar a cabo otros esfuerzos para mejorar la seguridad en Haití, señaló Human Rights Watch. El gobierno de Estados Unidos, que fue el financiador principal de la MSS cuando se estableció en 2023, no ha proporcionado un liderazgo o direccionamiento, lo que los diplomáticos extranjeros han percibido ampliamente como un factor clave detrás del continuo retraso en la deliberación o toma de decisiones significativas.

“La inacción representaría un revés catastrófico para la política exterior, tras años de compromiso y cientos de millones de dólares en inversiones”, dijo Pierre Espérance, defensor haitiano de derechos humanos, a Human Rights Watch por teléfono el 16 de abril. “Es fundamental el refuerzo inmediato de la policía haitiana y la MSS con tropas, helicópteros y recursos. Los haitianos están agonizando sin el apoyo internacional”.

El 21 de abril, se espera que la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití informe al Consejo de Seguridad de la ONU sobre la situación en Haití. Es crucial que los miembros del Consejo de Seguridad discutan la necesidad de que los Estados miembros de la ONU proporcionen más personal, financiación y equipamiento a la MSS, señaló Human Rights Watch.

Estados Unidos, la Unión EuropeaCanadáy otros gobiernos interesados de América Latina y otros países deberían proporcionar urgentemente personal y recursos para reforzar la MSS, señaló Human Rights Watch. También deberían comprometerse con una estrategia a mediano y largo plazo que incorpore las recomendaciones del secretario general de la ONU, con el objetivo de transformar la MSS en una misión robusta de la ONU con el mandato de proteger a los civiles y ayudar a restaurar la estabilidad y el Estado de derecho en Haití.

“La ONU cuenta con la experiencia necesaria para apoyar los esfuerzos haitianos por restablecer la seguridad básica y empezar a reconstruir el país, garantizando los derechos humanos y atendiendo las necesidades urgentes de millones de personas”, declaró Cotrino. “Pero la ventana para actuar se está cerrando”.

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