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Simpatizantes que abogan por la libertad reproductiva durante una manifestación de lanzamiento del grupo FIRM, o Freedom in Reproduction Maryland, que hace campaña en apoyo de la enmienda constitucional para proteger el derecho al aborto en la papeleta electoral de Maryland, el 15 de octubre de 2024. © 2024 Karl Merton Ferron/The Baltimore Sun/Tribune News Service via Getty Images

Los derechos humanos están en juego en las elecciones estadounidenses de la próxima semana.

Ya hemos hablado aquí en el Boletín Informativo de cómo los votantes estadounidenses deberían guiarse pensando en el pasado y el futuro de su propias familias. También hemos analizado las graves amenazas que se ciernen sobre el actual proceso democrático en Estados Unidos.

Hoy vamos a ser más específicos y analizar una cuestión clave en estas elecciones: ¿tienes derecho a decidir lo que ocurre con tu propio cuerpo? ¿O debe ser el gobierno el que controle tu cuerpo y tome las decisiones médicas por ti?

Espera, ¿qué clase de pregunta es esa? Claro que tienes derecho a tu propio cuerpo. Si no tienes ese derecho, ¿qué derechos tienes? Es tu cuerpo. El gobierno no debería meterse.

Y, sin embargo, esta es esencialmente la pregunta que se plantea a los votantes en las iniciativas electorales en diez estados diferentes de EE.UU. en estas elecciones. Se pedirá a millones de personas que defiendan este derecho básico, la autonomía corporal.

Estados Unidos lleva años retrocediendo en esta cuestión, sobre todo desde la decisión del Tribunal Supremo de 2022 de eliminar el derecho constitucional al aborto. Trece estados de EE.UU. prohíben ahora completamente el aborto, y muchos otros han restringido duramente el acceso.

Y allí donde el gobierno ha ordenado a la gente qué hacer con su cuerpo, las consecuencias para la salud y la vida han sido devastadoras. Las historias de terror no dejan de acumularse. El mes pasado, por ejemplo, ProPublica informó de que dos mujeres habían muerto debido a la prohibición del aborto en el estado estadounidense de Georgia. 

Ayer mismo se informó de la muerte de una mujer en Texas después de que le dijeran que sería un delito que los médicos apurasen su aborto espontáneo en curso. Al parecer, el equipo médico dijo que no podían actuar hasta que el latido del feto se detuviera. Sufrió 40 horas de trauma y murió de una infección tres días después, dejando a su marido viudo y a su hija de cuatro años sin madre.

Las leyes redactadas por políticos que ignoran voluntariamente la biología humana están dejando a los profesionales de la medicina incapaces de proporcionar la atención necesaria, o temerosos de hacerlo. Esos políticos han puesto al gobierno en control de nuestros cuerpos, en total contradicción con nuestros derechos fundamentales.

La mayoría de las medidas relacionadas con el aborto que se presentan a las urnas en diez estados de Estados Unidos consagrarían el derecho al aborto en las constituciones estatales. Algunas medidas ampliarían el acceso al aborto en estados donde está restringido. Otras medidas protegerían el aborto en los estados donde ya es accesible.

En conjunto, la mayoría de estas medidas contribuirían a restablecer el acceso al aborto para decenas de millones de personas.

Se pide a los votantes de estos estados que defiendan un derecho básico: la autonomía corporal. No deberían tener que hacerlo, por supuesto. Un derecho fundamental como este debería ser incuestionable.

Y sin embargo, aquí estamos, en 2024, todavía teniendo que luchar contra el gobierno por el control de nuestros cuerpos. 

CORRECCIÓN:
Hemos corregido una fecha en este artículo. El informe de ProPublica sobre la muerte de dos mujeres debido a la prohibición del aborto en Georgia se publicó el mes pasado. Sus muertes (aún debidas a la prohibición) ocurrieron antes.

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