El conflicto interno de Sudán se está librando con armas suministradas internacionalmente.
Las dos principales partes beligerantes -las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR)- han sido responsables de crímenes de guerra generalizados y otras atrocidades en la guerra que asola Sudán desde abril del año pasado. Y ambas partes han adquirido recientemente armas y equipos militares modernos de fabricación extranjera.
Hace un par de semanas, destacamos cómo las partes en conflicto no ocultaban sus crímenes atroces, sino que los difundían abiertamente en las redes sociales. Lo mismo ocurre con sus armas recién obtenidas.
Una nueva investigación analiza fotos y vídeos publicados en las plataformas de redes sociales Facebook, Telegram, TikTok y X (antes Twitter). La mayoría parecen haber sido grabados por los propios combatientes de ambos bandos. El equipo aparentemente nuevo incluye drones armados, inhibidores de drones, misiles guiados antitanque, lanzacohetes multibarril montados en camiones y munición de mortero.
Las armas recién identificadas -de las que hasta ahora no se sabía que estuvieran en manos de actores sudaneses- fueron producidas por empresas registradas en China, Irán, Rusia, Serbia y Emiratos Árabes Unidos (EAU). Se desconoce cómo las obtuvieron exactamente las partes enfrentadas, pero los indicios apuntan a que probablemente se adquirieron recientemente, tras el inicio del actual conflicto en abril de 2023.
Esto es, como mínimo, enormemente irresponsable dada la gravedad del conflicto y la severidad de los horrores que han estado ocurriendo en Sudán. Innumerables civiles han sido asesinados, millones han sido desplazados internamente y millones se enfrentan a la hambruna. Las SAF y las RSF pueden utilizar estas nuevas armas y equipos para seguir cometiendo atrocidades.
De hecho, puede que ya haya ocurrido. Dos vídeos verificados filmados por drones y publicados en cuentas de medios sociales favorables a las SAF muestran a los drones atacando a personas desarmadas vestidas de civil en la zona de la capital, Jartum.
Existe un embargo de armas parcial sobre Sudán, pero sólo prohíbe la transferencia de material militar a la región occidental de Darfur. El Consejo de Seguridad de la ONU estableció este embargo en 2004, cuando Darfur estaba envuelto en un conflicto anterior plagado de atrocidades.
El embargo de armas ha tenido problemas desde el principio -los gobiernos de Bielorrusia, China y Rusia han violado el embargo durante años-, pero su vertiente "sólo para Darfur" no tiene ningún sentido hoy en día, en el contexto de un conflicto que afecta a la mayoría de los estados federales de Sudán.
Los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU tienen la oportunidad de cerrar esta laguna obsoleta el miércoles 11 de septiembre, cuando se espera que debatan la renovación de las sanciones a Sudán. La idea se enfrenta a la oposición, sobre todo del gobierno sudanés, que quiere eliminar por completo el embargo.
Sin embargo, si los miembros del Consejo de Seguridad dan prioridad a los millones de víctimas de Sudán, lo que deberían hacer es obvio.
