La suspensión de transferencias de municiones en racimo de Estados Unidos a Arabia Saudita debería ser permanente y EE.UU. debería extenderla a todos los países, señaló hoy Human Rights Watch.
Human Rights Watch ha confirmado de manera independiente un informe publicado el 27 de mayo de 2016 en Foreign Policy según el cual la Casa Blanca ordenó a funcionarios estadounidenses el cese inmediato en la entrega de municiones en racimo a Arabia Saudita. La decisión se produce después de que informes de Human Rights Watch, Amnistía Internacional y Naciones Unidas, entre otros, documentaran daños a civiles provocados por este tipo de armas en Yemen, donde Arabia Saudita ha dirigido desde el 26 de marzo de 2015 una operación militar contras las fuerzas Houthi, también conocidas como Ansar Allah.
“La decisión de no transferir más municiones en racimo a Arabia Saudita es un paso en la dirección adecuada, pero EE.UU. debería eliminar las entregas de municiones en racimo a cualquier país y hacer que esa suspensión sea permanente”, dijo Steve Goose, director de la División de Armas en Human Rights Watch y presidente de la Coalición contra las Municiones en Racimo. “Esto ayudaría a EE.UU. a cumplir con las obligaciones fundamentales del tratado internacional que prohíbe las municiones en racimo”.
En una entrevista el 1 de junio con Chris Hayes de MSNBC, el Secretario de Estado John Kerry expresó su preocupación por el elevado número de víctimas civiles en el conflicto de Yemen. Kerry no se refirió a las municiones en racimo, pero no negó la declaración del presentador de que el gobierno hubiera decidido suspender las entregas de este tipo de armas.
Las municiones en racimo, que contienen múltiples submuniciones o pequeñas cargas explosivas, son arrojadas desde aviones o lanzadas por sistemas terrestres de artillería o proyectiles. Representan una amenaza inmediata para los civiles ya que quedan dispersas en un amplio radio y dejan restos explosivos, como submuniciones que no han detonado durante el impacto contra la superficie, y se convierten en el equivalente a minas terrestres.
Las municiones en racimo quedaron prohibidas en 2008 por un tratado firmado por 119 países, entre los cuales no figuran EE.UU., Yemen o Arabia Saudita, ni sus socios en la coalición Bahréin, Egipto, Jordania, Kuwait, Marruecos, Qatar y Sudán. Durante una reunión diplomática en Ginebra el 19 de mayo, el representante de Yemen declaró que el gobierno está considerando la posibilidad de adherirse a la Convención sobre Municiones en Racimo después de que estas armas fueran usadas en su país.
En el último año, Human Rights Watch ha documentado bajas civiles en Yemen causadas por el uso por parte de la coalición liderada por Arabia Saudita de cuatro tipos de municiones en racimo de fabricación estadounidense, que pueden ser lanzadas desde el aire y por tierra. Esto incluye el uso de bombas CBU-105, activadas por sensores, en al menos seis ataques aéreos en las provincias de Amran, Hodaida, Saada, y Sanaa.
Las bombas CBU-105 están prohibidas bajo el tratado internacional. Las disposiciones de la normativa de exportación de EE.UU., que datan de diciembre de 2007, permiten las transferencias de municiones en racimo con un índice de fallo por debajo del 1 por ciento siempre y cuando no sean utilizadas en áreas civiles. La CBU-105 es el único tipo de munición en racimo exportada por EE.UU. desde 2008. Según el Departamento de Defensa del país, el receptor debe aceptar que “las municiones en racimo y la tecnología de municiones en racimo serán utilizadas exclusivamente contra objetivos militares claramente definidos y no serán utilizadas allí donde se conozca la presencia de civiles o en áreas normalmente habitadas por civiles”.
Una investigación realizada por Human Rights Watch demostró que Arabia Saudita utilizó bombas CBU-105 activadas por sensor en o cerca de áreas civiles de Yemen. Esta investigación también halló múltiples ejemplos de que estas armas no funcionaron en cumplimiento de la normativa de fiabilidad del 1 por ciento.
El ataque más reciente con una bomba CBU-105 documentado por Human Rights Watch en Yemen ocurrió el 15 de febrero, cerca de una fábrica de cemento en la provincia de Amran. Marcas en los restos de la carcasa de la munición y la etiqueta de control de inventario recogida en el lugar de detonación y fotografiada por Human Rights Watch muestran que el arma fue fabricada en julio de 2012 por Textron Systems Corporation en Wilmington, estado de Massachusetts.
EE.UU. firmó un contrato con Textron Defense Systems en 2013 para la producción de 1.300 bombas CBU-105 de sensores fusionados para entregar a Arabia Saudita el 31 de diciembre de 2015. Sin embargo, tal como señala Foreign Policy, los funcionarios estadounidenses se han negado repetidamente a aclarar si todas las municiones en racimo han sido entregadas, mientras que Textron ha dicho que no hace comentarios sobre las fechas de entrega.
Arabia Saudita ha negado en repetidas ocasiones el uso de otros tipos de municiones en racimo en Yemen, pero ha admitido haber utilizado bombas CBU-105 de sensores fusionados en una ocasión, en abril de 2015, “contra vehículos blindados”. Ninguno de los ataques con bombas CBU-105 documentados por Human Rights Watch en Yemen fueron contra vehículos blindados ni se han documentado vehículos armados dañados o destruidos en las zonas de los ataques.
Los Emiratos Árabes Unidos reconocieron acumular reservas de municiones CBU-105 pero niegan haberlos utilizado en Yemen.
El uso de municiones en racimo en Yemen desde abril de 2015 ha sido cubierto por los medios de comunicación de todo el mundo, ha provocado protestas públicas y ha sido condenado por decenas de países, así como por una resolución del Parlamento Europeo. En septiembre de 2015, más de 60 naciones expresaron en la Primera Conferencia de Revisión de la Convención sobre Municiones en Racimo su profunda preocupación por el uso de municiones en racimo en Yemen y emitieron una declaración condenando “cualquier uso de municiones en racimo por cualquier actor”.
Human Rights Watch preside la Coalición contra las Municiones en Racimo en Estados Unidos, que ha urgido al presidente Barack Obama a que revise la directriz política de junio de 2008 del entonces secretario de Defensa, Robert Gates, y que elimine la excepción que autorizaba las municiones en racimo que resultaban en un promedio de no explosión de menos de 1 por ciento.
“Arabia Saudita debería abordar las preocupaciones de Estados Unidos sobre los daños contra civiles por culpa de ataques con municiones en racimo en Yemen y dejar de utilizar estas armas”, señaló Goose. “Arabia Saudita y sus aliados deberían destruir, en lugar de usar, las reservas de municiones en racimo restantes y proveer ayuda para retirar los restos de municiones en racimo de los suelos de Yemen”.