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Honduras: Agente de policía sentenciado por apuñalar a una trabajadora del sexo transgénero

Una condena excepcional a pesar de las intimidaciones y una victoria para la justicia

(Tegucigalpa) - La condena de un oficial de policía por el ataque a puñaladas contra una mujer transgénero mientras se encontraba fuera de servicio es una gran victoria para la justicia y la igualdad de derechos en Honduras, Human Rights Watch y la Red Lésbica Cattrachas, una organización de derechos de las lesbianas de Honduras, señalaron hoy. Las dos organizaciones asistieron al juicio en calidad de observadores.

El 9 de septiembre de 2010, tres jueces sentenciaron al oficial de policía, Amado Rodríguez Borjas, a entre10 y 13 años de prisión por su participación en el ataque. Nohelia, la mujer trangénero, fue secuestrada y apuñalada 17 veces el 18 de diciembre de 2008. Esta la primera condena de un oficial de policía en Honduras desde 2003 por un delito contra una persona transgénero, a pesar de que los abusos por parte de la policía son comunes en el país.

"Este fue un crimen alimentado por el odio; las 17 puñaladas dan fe de ello", dijo Juliana Cano Nieto, investigadora del Programa de Lesbianas, Gays, Personas Bisexuales y Transgénero de Human Rights Watch. "A pesar de las amenazas e intimidaciones, éste es un ejemplo de la integridad y el valor de todas las personas involucradas en el caso que promovieron la justicia".

El caso estuvo plagado de actos de intimidación contra miembros investigadores de la policía, una testigo y los fiscales, así como contra Nohelia, quienes fueron amenazados por agresores y llamados anónimos. El 21 de marzo, personas desconocidas secuestraron a Nohelia y la amenazaron de muerte si continuaba con el caso. Nohelia recibió un disparo en el brazo durante el forcejeo con los secuestradores, pero logró escapar.

Una testigo de la fiscalía y la policía a cargo de la investigación recibieron amenazas anónimas. Como resultado de ello, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos extendió las medidas de protección a Nohelia, los agentes de policía y los fiscales.

Los ataques contra personas transgénero-a menudo víctimas porque su apariencia y actitud desafían estereotipos basados en los roles de género-son comunes en Honduras. Casi la totalidad de las personas transgénero que Human Rights Watch entrevistó durante una investigación en Honduras en 2008 y 2009 se quejaron de acoso, golpizas y malos tratos a manos de la policía. El asesinato más reciente ocurrió el 30 de agosto. Dos hombres en una motocicleta mataron a tiros en San Pedro Sula a Imperia Gamaniel Parson, una trabajadora del sexo transgénero y miembra del Colectivo Unidad Rosa.

Los ataques motivados por prejuicios en contra de las personas transgénero a manos de civiles son endémicos. Al menos 19 personas transgénero han sido asesinadas en lugares públicos en Honduras desde 2004, y muchas más han sido heridas en golpizas, apuñalamientos o tiroteos.

Estos ataques rara vez llevan a una investigación o a una acción judicial en Honduras.

"La gran pregunta es si este juicio será el comienzo de otros procesos en contra de individuos que cometen crímenes de odio contra los las personas transgénero, lesbianas, gays y bisexuales, dijo Cano Nieto.

El hecho de que la decisión del tribunal no abordara cuestiones de discriminación, a pesar de que la fiscalía presentó pruebas de homofobia y transfobia como motivos del ataque, fue una debilidad en la resolución del caso contra Borjas, dijo Human Rights Watch. El tribunal tampoco aceptó los argumentos de la fiscalía para que la pena se incrementara por el componente de homofobia.

Adicionalmente, la mayoría de las personas en la corte trataron a Nohelia y a una testigo transgénero con aparente desdén, y sólo el fiscal y una de las tres juezas se refirió a ellas utilizando su nombre elegido.

"La corte debe ser aplaudida por considerar que se cometió un delito grave, pero esperamos el día en que los tribunales entiendan la plenitud de odio detrás del crimen", dijo Indyra Mendoza, directora de la Red Lésbica Cattrachas. "Todavía tenemos un largo camino por recorrer para asegurar que el sistema de justicia comprenda y aborde de forma adecuada la orientación sexual e identidad de género".

Contexto
En la noche del 17 de diciembre de 2008, Nohelia, una trabajadora sexual en Tegulcigalpa, se negó a prestarle servicios sexuales a Borjas. La noche siguiente, Borjas regresó en un coche con otros dos hombres. De acuerdo con las pruebas presentadas en el juicio, Borjas apuñaló a Nohelia en el cuello cuando ésta se acercó al coche sin saber quién estaba dentro. Luego, los dos hombres la arrastraron al interior del coche y se dirigieron a las afueras de la capital, donde Borjas la apuñaló en los brazos, la espalda y en el frente de su cuerpo.

Nohelia logró escapar por la ventana del coche, y un carro que pasaba por allí la recogió y la llevó al hospital. Nohelia tiene una cicatriz permanente en su garganta y otras varias en los brazos.

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