(Nueva York) - Las autoridades de Kuwait deben dejar de negar la entrada a los conferencistas que intentan visitar el país únicamente por sus opiniones, señaló Human Rights Watch hoy. El Ministerio del Interior ha prohibido a dos académicos destacados - una antropóloga cultural saudita y un teólogo egipcio- así como a una figura religiosa saudita- entrar al país en los últimos tres meses.
El Gobierno no ha dado ninguna razón oficial por negarse a permitir que los tres conferencistas entraran al país. Pero en los tres casos, las negativas parecen estar basadas en las opiniones de estas personas sobre religión y política, dijo Human Rights Watch.
"Kuwait está enviando un mensaje de que las preocupaciones políticas están por encima del derecho de los ciudadanos kuwaitíes de escuchar todos los puntos de vista", dijo Joe Stork, subdirector para Oriente Medio de Human Rights Watch. "Kuwait debe demostrar ya sea que tiene una razón legítima para prohibir la entrada de estas personas al país o dejarlos ingresar y hablar libremente".
El 11 de febrero de 2010, los funcionarios de seguridad de Kuwait cancelaron la visa de la saudita Madawi Al-Rasheed, profesora de antropología cultural en el King's College de Londres, una semana antes de que hablara en un foro económico regional y en el Instituto Mujer de la Mujer para el Desarrollo y la Capacitación.
En enero, el Gobierno prohibió a Muhammad al-'Uraifi, un prominente clérigo saudí, la entrada al país, a pesar de las frecuentes visitas anteriores en que públicamente celebró conferencias y sermones. En diciembre, oficiales del Ministerio del Interior regresaron al erudito egipcio Nasr Hamid Abu Zayd, cuando llegó al Aeropuerto Internacional de Kuwait, a pesar de que tenía un visado válido. Abu Zayd, un estudioso del Corán que ostenta la presidencia Ibn Rushd de Humanismo e Islam en la Universidad Utrecht de Estudios Humanísticos en los Países Bajos, había sido invitado por la Sociedad Cultural de la Mujer de Kuwait a dar una conferencia sobre el Islam y la democracia.
Miembros islámicos del Parlamento de Kuwait habían instado públicamente al ministro del Interior, el jeque Jaber Al-Khaled Al-Sabah, a negar la entrada de Abu Zayd, en un momento en que Al-Khaled necesitaba el apoyo parlamentario para luchar contra una iniciativa que podía removerlo de su cargo. El trabajo de investigación de Abu Zayd sobre el Corán dio lugar a controversia a mediados de la década de 1990 después de que islamistas egipcios lograran obtener una decisión judicial que invalidaba su matrimonio ser un "apóstata".
Después de que Abu Zayd fue rechazado, los miembros de la minoría chiíta del Parlamento pidieron al ministro prohibir la entrada a al-'Uraifi por los comentarios que supuestamente había hecho a un prominente clérigo chiíta en Irak, Ali al-Sistani, que fueron considerados despectivos para los musulmanes chiítas.
Al-Rasheed dijo a Human Rights Watch que creía que la decisión de cancelar su visa provino de la presión política ejercida por Arabia Saudita. E trabajo académico de Al-Rasheed y sus frecuentes comentarios a los medios de comunicación, a menudo críticos del Gobierno saudita, han despertado la ira de las autoridades saudíes. Jusoor Arabiya, un grupo de liderazgo y consultoría basado en Kuwait, había invitado a Al-Rasheed a hablar el 18 de febrero en su foro de debate anual sobre la evolución económica y política en el Oriente Medio.
Al-Rasheed dijo que estaba consciente de los casos de Abu Zayd y al-'Uraifi, y que aunque Kuwait otorga a los ciudadanos del Reino Unido como ella visados de visita a su llegada, para evitar un incidente similar ella había obtenido su visa de Kuwait por adelantado, el 26 de enero. El Gobierno no la había contactado directamente ni emitió ninguna razón para cancelar su visa. Un miembro del parlamento, Al-Awadhi Aseel, publicó una carta en el diario en línea kuwaití Al-Aan, pidiendo al ministro del Interior aclarar las razones detrás de dicha decisión.
"Al negar la entrada de estos individuos, Kuwait sólo abre la puerta a mayor interferencia política sobre el derecho de los kuwaitíes a la libertad de información y el derecho de estos visitantes a la libertad de expresión", dijo Stork. "Las autoridades deben alentar a las organizaciones de la sociedad civil en Kuwait a desempeñar un papel activo en los debates regionales en lugar de tratar de silenciarlos".