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Testimonios de “Encerrados y alejados”

Testimonios de los detenidos, sus familiares y sus abogados sobre los traslados

"Los traslados son devastadores, absolutamente devastadores. [Los  detenidos] son subidos a un avión en medio de la noche. No tienen idea de dónde están, ni idea de en qué estado [de Estados Unidos] se encuentran. No puedo exagerar cuando  enfatizo el trauma psicológico que sufren estas personas. El modo en que afecta a sus familiares tampoco puede explicarse totalmente. He recibido llamados de familiares que sollozan por teléfono y gritan: ‘¡No sé dónde está mi hijo o mi marido!'" - Rebecca Schreve, abogada de inmigración, El Paso, Texas, 29 de enero de 2009.

"Mientras permanecí detenido en Nueva York, estuve a punto de conseguir un abogado a través de una de las iglesias, pero esa posibilidad se perdió una vez que me enviaron aquí a Nuevo México... Todas las pruebas y las cosas que necesito están allá en Nueva York. He intentado obtener toda la información sobre mi caso que está en Nueva York... escribiendo al ICE para que envíen mi expediente. Pero no me dan mi expediente, no me han dado nada. Me estoy representando yo mismo y hasta el momento no tengo pruebas". - Kevin H. (seudónimo), Centro de Procesamiento del Condado de Otero, Chaparral, Nuevo México, 11 de febrero de 2009.

"Nunca he representado a nadie que no haya estado en más de tres centros de detención. Puede ser El Paso, Texas, un centro en Arizona, o los envían a Hawái... Llevo ejerciendo como abogada de inmigración más de una década. Ni una sola vez me han notificado del traslado [de mi cliente]. Nunca". - Holly Cooper, abogada de inmigración y profesora de derecho aplicado, Escuela de Derecho Davis de la Universidad de California, Davis, California, 27 de enero de 2009.

"Desde que lo enviaron allí [a Nuevo México], ha sido una pesadilla. Mi madre tiene problemas de presión sanguínea, y la presión le sube y le baja a lo loco ahora por la preocupación por él y demás. [Su esposa] está aterrorizada. Llora todas la noches. Y su bebé pregunta por él, pregunta por ‘Papá'. Besa su foto. Empieza a llorar en cuento escucha la voz de su padre en el teléfono aunque sólo tiene un año de edad... La semana pasada [mi hermano] llamó para decir que ya no puede más. Va a firmar un papel aceptando la deportación". - Georgina V. (seudónimo), hermana de detenido, Brooklyn, Nueva York, 23 de enero de 2008.

Un detenido que fue trasladado 2,250 kilómetros a un centro de detención de Texas después de estar unas cuentas semanas recluido en el sur de California, dijo que la diferencia para él era "como la diferencia entre el cielo y la tierra. Al menos en California tenía más posibilidades. Podía contratar a un abogado para que me representara. Ahora, aquí, no tengo más remedio que ponerme en manos de la gracia de Dios". - Michael M. (seudónimo), Centro de Detención de Pearsall, Pearsall, Texas, 25 de abril de 2008.

Un residente permanente legal originario de la República Dominicana, que había estado viviendo en Filadelfia pero fue trasladado a Texas, señaló: "Tuve que llamar yo mismo para intentar obtener mi expediente policial. Me llevó mucho tiempo. El juez se enojó porque seguía pidiendo más tiempo. Pero llegó finalmente. Intenté argumentar el caso yo mismo. Perdí". - Miguel A. (seudónimo), Centro de Procesamiento de Port Isabel, Los Fresnos, Texas, 23 de abril de 2008.

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