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Europa debe aclarar su participación en torturas realizadas por la CIA

Gobiernos de la UE deben revelar el verdadero alcance de la tortura llevada a cabo en su territorio

 La "guerra contra el terror" hace tiempo añadió  los términos 'simulacro de ahogamiento' y 'entrega' al vocabulario de la vida pública, pero es sólo hasta ahora que la magnitud de los abusos cometidos durante la "guerra" se hacen verdaderamente evidentes.  Por cortesía de un informe publicado en agosto por el inspector general de la CIA, ahora sabemos, por ejemplo, que los agentes de la CIA también llevaron a cabo simulacros de ejecución y amenazaron con matar a los hijos de los detenidos.

 Aun así, la revelación pública de las actividades de la CIA sigue incompleta.  Varias partes de este informe fueron suprimidas casi en su totalidad - y una de ellas describía  el funcionamiento de los centros de detención secretos en Europa.  Gobiernos de la UE deben llenar estos vacíos en nuestro conocimiento.

 Para aquellos en Bruselas, el formulario de cargos debe resultar familiar.  En noviembre de 2006, el Parlamento Europeo confirmó que los Estados miembros de la UE "tenían conocimiento del programa de entregas extraordinarias y detenciones secretas", acusó a los funcionarios de inteligencia italianos de ayudar en los secuestros y entregas de la CIA, condenó la complicidad del gobierno sueco en dos entregas de la CIA en 2001 e identificó al gobierno alemán como cómplice en dos entregas.  Todos los 'entregados' fueron posteriormente torturados.

 Luego, en el informe de 2007, el Consejo de Europa confirmó la existencia de centros secretos de tortura de la CIA en Polonia y Rumanía.  Este verano, ABC informó que Lituania había albergado un sitio - secreto- "negro".

 Algunos gobiernos de la UE han respondido, pero sus investigaciones han sido truncadas o afectadas.  Los tribunales de Francia y Suecia dejaron rápidamente de lado las denuncias penales.  Un tribunal italiano ahora está procesando a agentes italianos por el secuestro de un sospechoso, Abu Omar, a Egipto, pero el Tribunal Constitucional dictaminó que evidencias clave deberían permanecer en secreto, y los agentes de la CIA presuntamente implicados están siendo juzgados en ausencia, porque el gobierno se negó a buscar su extradición.

 Del mismo modo, el gobierno alemán se niega a pedir la extradición de agentes de la CIA por la entrega de Khaled el-Masri, una investigación del Bundestag sobre la presunta complicidad del Estado en este y otro caso resultó ser un encubrimiento.  España sólo ha reconocido ahora que -bajo el gobierno anterior- la CIA utilizó su espacio aéreo para los vuelos de entregas.

 El Reino Unido ha abierto investigaciones sobre dos casos de presunta complicidad de  agentes del servicio secreto "en la tortura de detenidos de EE.UU., pero se ha negado a ordenar una investigación completa sobre la complicidad en los abusos en países terceros.

 En Rumania, una investigación parlamentaria poco convincente desestimó las acusaciones de un "sitio negro", mientras que Polonia mantendrá en secreto los resultados de su investigación sobre acusaciones similares.  En Lituania, un comité parlamentario especial aún tiene que comenzar a trabajar.

 Con la elección de Barack Obama en los EE.UU. y el fin de las prácticas más atroces de la CIA, se puede caer en la tentación de afirmar que lo peor ha pasado, que nada se gana con ser claro y que la cuestión principal heredada de la "guerra contra el terror" es encontrar hogares para los detenidos en Guantánamo.

 De hecho, sin embargo, el gobierno de Obama ha indicado que podría enviar a sospechosos a terceros países que estén dispuestos a proporcionar garantías diplomáticas de que no usarán tortura.  Pero en un caso tras otro, las garantías dadas por el gobierno de Bush resultaron completamente ineficaces.

 Se deben crear mecanismos para garantizar que Europa no se involucre de nuevo en entregas y lugares de tortura.  Es igualmente importante que Europa haga rendir cuentas a quienes autorizaron la tortura.  Hasta entonces, la mancha de la tortura se mantendrá en su territorio.

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