(Washington, DC) – Se espera que el presidente de Estados Unidos Barack Obama emita una orden ejecutiva el 22 de enero de 2009 para cerrar el centro de detención militar de la Bahía de Guantánamo. La decisión de Obama de ordenar el cierre de Guantánamo, dos días después de asumir el cargo, señala la alta prioridad que tiene para el nuevo presidente la reforma de las políticas antiterroristas de Estados Unidos, dijo Human Rights Watch.
"Con el golpe de una pluma, el presidente Obama hará grandes progresos hacia la restauración de la autoridad moral de Estados Unidos", dijo Jennifer Daskal, alta asesora en la lucha contra el terrorismo de Human Rights Watch. "Al cerrar un símbolo global de abusos, Obama privará a los terroristas de una herramienta poderosa de reclutamiento".
Human Rights Watch ha obtenido una copia del proyecto de la orden, que establece la fecha para el cierre definitivo de la prisión para enero de 2010, suspende el uso de comisiones militares, y pone en marcha una revisión de archivos de los detenidos. El proceso de revisión, que será dirigido por el Fiscal General, determinará cuáles detenidos pueden ser repatriados o reasentados, y cuáles deben continuar en detención para ser procesados por Estados Unidos en los tribunales federales.
La nueva orden al parecer no abordará la cuestión de si el gobierno de Obama tratará de establecer un nuevo régimen de detención preventiva que le permita seguir manteniendo a algunos de los detenidos sin cargos en los Estados Unidos. Human Rights Watch ha instado al presidente Obama a rechazar este sistema, ya que tendría los mismos defectos principales que el sistema de Guantánamo. Sería visto como simplemente transferir Guantánamo al territorio estadounidense, y casi seguro que implicaría años de desafíos legales y controversia para el nuevo gobierno.
"El decreto permitirá al nuevo gobierno de Obama iniciar un proceso profundo y delicado para cerrar Guantánamo", dijo Daskal. "Esperamos que para enero de 2010 todo detenido o enfrente cargos penales en un proceso justo o sea puesto en libertad."
La orden ejecutiva no resuelve el destino de los chinos uigures, un grupo de 17 hombres que han sido absueltos de la designación "combatiente enemigo" pero que no pueden volver a China debido a temores creíbles de que serían torturados a su regreso. En octubre de 2008, un tribunal federal de EE.UU. ordenó al gobierno de Bush admitir a estos hombres en los Estados Unidos.
Miembros de la comunidad uigur en los Estados Unidos y grupos de reasentamiento de refugiados prometieron proporcionar a los hombres vivienda, enseñanza del idioma y capacitación laboral. Pero el gobierno de Bush apeló la sentencia, y los hombres aún no han sido admitidos en los Estados Unidos.
"El presidente Obama ha establecido un plan largamente tardío para el cierre de Guantánamo", dijo Daskal. "Debería de arrancar el proceso aceptando el reasentamiento de los uigures en los Estados Unidos."