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EE.UU.: Principal carcelero del mundo, nuevas cifras lo demuestran

El nuevo gobierno debe revisar las políticas fallidas de control del crimen

(Washington, DC, 11 de diciembre de 2008) - Las nuevas cifras que demuestran que Estados Unidos sigue teniendo la mayor población carcelaria del mundo subrayan la necesidad de adoptar políticas alternativas de justicia penal, señaló hoy Human Rights Watch.

Las cifras hechas públicas hoy por el Departamento de Estadísticas de Justicia, dependiente del Departamento de Justicia de EE.UU., demuestran que, al 31 de diciembre de 2007, casi 2.3 millones de personas estaban recluidas en cárceles y prisiones de Estados Unidos, lo que constituye la mayor población carcelaria del mundo. Estados Unidos también tiene la tasa más alta de encarcelación, con 756 presos por cada 100,000 habitantes. En contraste, Gran Bretaña tiene encarceladas a 153 personas por cada 100,000 habitantes, Canadá a 108 e Italia a 83.

"Estas nuevas cifras confirman que Estados Unidos sigue siendo el principal país carcelario del mundo", señaló David Fathi, director del programa de Estados Unidos de Human Rights Watch. "Y deberían hacer que los estadounidenses cuestionen duramente a sus líderes: ¿Por qué Estados Unidos tiene siete veces más presos que Canadá? ¿Cómo es posible que otros países puedan salvaguardar la seguridad pública encarcelando a menos personas?", agregó. 

En las nuevas estadísticas de Estados Unidos se observan grandes disparidades raciales: la tasa de encarcelamiento de los hombres de raza negra es 6.5 veces superior a la de los hombres de raza blanca y 2.5 veces mayor a la de los hispanos. La tasa de encarcelamiento de las mujeres negras es aproximadamente tres veces superior a la de las mujeres blancas y el doble que la de las mujeres hispanas.

También se observan grandes variaciones entre cada uno de los estados: la máxima tasa de encarcelamiento (Louisiana) supera en cinco veces a la mínima (Maine).

Human Rights Watch instó a los funcionarios públicos de Estados Unidos a que eliminen la pena mínima decretada para todos los delitos relacionados con las drogas, y adopten sanciones basadas en el trabajo comunitario y otras alternativas al encarcelamiento para los que cometan delitos menores relacionados con drogas y otros crímenes sin violencia. 

Human Rights Watch apeló también al nuevo presidente electo, Barack Obama, para que modifique el rumbo de la justicia penal.

"El presidente electo Obama debe liderar un diálogo nacional sobre la política de control del crimen", señaló Fathi. "Ha llegado el momento de desmarcarse de las políticas fallidas que han convertido a Estados Unidos en el principal carcelero del mundo", agregó.

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