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(Nueva York) – A un año antes de la apertura de los Juegos Olímpicos de 2008 en Beijing, el gobierno chino está violando los compromisos sobre la libertad de prensa que hizo ante el Comité Olímpico Internacional, al continuar hostigando, intimidando y deteniendo a periodistas extranjeros y sus colegas locales, señaló Human Rights Watch en un informe hecho público hoy.

En el informe de 40 páginas, “You Will Be Harassed and Detained: Media Freedoms Under Assault in China Ahead of the 2008 Beijing Olympic Games”(Te hostigarán y detendran: Asalto a las libertades de los medios de comunicación en China ante los Juegos Olímpicos de Beijing de 2008), se documenta como las autoridades chinas han obstruido repetidamente la labor de los periodistas extranjeros este año, a pesar que el 1 de enero, China adoptó reglamentos temporales para cumplir los compromisos contraídos con el Comité Olímpico Internacional (COI) para garantizar la libertad de los periodistas.

“Los intentos del gobierno chino de intimidar y detener a periodistas extranjeros por el simple hecho de hacer su trabajo demuestra su desacato al principio olímpico del juego justo”, señaló Brad Adams, director para Asia de Human Rights Watch. “El hostigamiento constante y la detención de periodistas hace que el compromiso de Beijing con la libertad de prensa parezca más una estratagema de relaciones públicas que una iniciativa política sincera”, agregó.

Como parte de la candidatura de Beijing para los Juegos de 2008, en 2001, el gobierno chino aseguró al COI que relajaría su tradicional control de los periodistas extranjeros y locales durante los Juegos Olímpicos de Beijing. Este compromiso con una mayor libertad de prensa está en consonancia con la obligación de las ciudades anfitrionas de cumplir el artículo 51 de la Carta Olímpica, que dispone que el COI adoptará “todas las medidas necesarias para garantizar a los Juegos Olímpicos la cobertura más completa por los distintos medios de comunicación y de información y la mayor audiencia posible en todo el mundo”.

Uno de los funcionarios chinos que ha reiterado el compromiso del gobierno con la libertad de prensa durante el período olímpico es el Premier Wen Jiabao. En abril, Wen señaló que “también se garantizará la libertad de los periodistas extranjeros en la cobertura de noticias”, según la agencia oficial china de noticias Xinhua.

Como parte de su compromiso con el COI; en mayo de 2007, el gobierno chino anunció nuevas libertades para los periodistas extranjeros acreditados en China dentro de la “Guía de servicios para medios de comunicación extranjeros”, publicada en el sitio Web del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Beijing. La guía declara que “los reglamentos sobre las actividades informativas de los periodistas extranjeros se aplicarán a la cobertura de los Juegos Olímpicos de Beijing y sus preparativos, así como a los temas políticos, económicos, sociales y culturales de China cubiertos por periodistas extranjeros de acuerdo con las leyes y reglamentos chinos”. Los reglamentos temporales, en vigor desde el 1 de enero de 2007 hasta el 17 de octubre de 2008, permiten que los periodistas extranjeros realicen libremente entrevistas con cualquier organización o ciudadano chino que lo desee. Los reglamentos no permiten libertades similares para los periodistas chinos. (Para leer la respuesta en inglés de Human Rights Watch a la “Guía de servicios para los medios de comunicación extranjeros”, puede visitar: https://www.hrw.org/english/docs/2007/05/31/china16029.htm.)

Algunos periodistas extranjeros entrevistados por Human Rights Watch dijeron que, desde el 1 de enero, las nuevas reglas han extendido efectivamente su acceso a ciertos disidentes y funcionarios del gobierno que normalmente no hablarían con los medios de comunicación. Pero algunos dijeron que sus tareas informativas siguen siendo obstruidas por funcionarios del gobierno, policías o matones con vestimenta civil que alegan ignorar los nuevos reglamentos o los ignoran voluntariamente.

Obstrucción oficial a periodistas extranjeros
Lo más frecuente es que los periodistas extranjeros sean hostigados, detenidos o intimidados por perseguir historias consideradas sensibles por el gobierno chino, lo que incluye la cobertura informativa sobre disidentes políticos, el Tibet, la epidemia de VIH-SIDA en el país y los asunto relacionados con la “estabilidad social”, como los disturbios, las manifestaciones y sus consecuencias.

Pero los funcionarios no limitan su obstrucción de las actividades informativas legales de los periodistas extranjeros a los temas considerados “sensibles” por el gobierno chino. En un caso, un funcionario del Partido Comunista Chino se enfrentó a un periodista extranjero que estaba realizando un reportaje corporativo previamente concertado en una fábrica estatal, insistió en que la simple existencia de la fábrica era un “secreto de estado” y hostigó al reportero durante toda la visita. En otra ocasión, una fotógrafa extranjera y su colega fueron seguidas e intimidades durante todo un día por un grupo de matones vestidos de civil mientras trabajaban en una historia sobre un asesino en serie condenado que llevaba mucho tiempo muerto.

En dos incidentes distintos durante este año, personas con vestimenta civil (que según las sospechas de los periodistas, eran agentes de policía no uniformados) empujaron y zarandearon violentamente e intentaron detener a dos periodistas en el centro de Beijing, antes la mirada impasible de personal uniformado de seguridad del estado. El ataque se produjo cuando los periodistas intentaban cubrir los esfuerzos de residentes rurales de obtener remedios gubernamentales para problemas como la confiscación ilegal de tierras o la corrupción oficial.

Es motivo de alarma que algunos corresponsales dijeran a Human Rights Watch que el propio Ministerio de Relaciones Exteriores de China habría participado en la intimidación para evitar informaciones no deseadas. En un caso, el Ministerio de Relaciones Exteriores presionó activamente a una agencia de noticias extranjera con sede en Beijing para que saboteara la cobertura de un tema “sensible” por parte de una de sus oficinas fuera de China, y la reprendió con la denegación de una visa de trabajo cuando la agencia se negó a cumplir sus demandas.

Human Rights Watch señaló que éstas y otras violaciones constantes de los reglamentos temporales despiertan inquietantes dudas sobre el respeto a la libertad y la seguridad de muchos de los miles de periodistas que tienen previsto llegar a China para cubrir los Juegos Olímpicos.

“El gobierno chino todavía tiene un año para hacerlo bien, pero sólo si los funcionarios adoptan medidas significativas en lugar de promesas vacías”, señaló Adams. “El mundo estará observando si Beijing cumple sus compromisos con el Comité Olímpico Internacional”, agregó.

Discriminación contra periodistas chinos
El informe también documenta la vigilancia cada vez más estrecha y las presiones que sufren los ciudadanos chinos que ejercen como asistentes, investigadores, traductores o fuentes de información para los periodistas extranjeros en la fase previa a los Juegos Olímpicos de 2008 en Beijing. También examina como el gobierno chino mantiene un fuerte control de las actividades de los periodistas locales, intencionalmente excluidos de los nuevos reglamentos temporales, y censura estrictamente su trabajo informativo para que se ajuste a los objetivos de la propaganda oficial.

“Es una hipocresía que el gobierno niegue a los periodistas chinos incluso las limitadas libertades de que disfrutan sus colegas extranjeros”, señaló Adams. “El hecho de que Beijing no asegure las mismas libertades a los periodistas chinos no sólo viola la libertad de expresión, sino que constituye una forma de discriminación individual contra sus propios ciudadanos, especialmente teniendo en cuenta que la propia constitución china garantiza la libertad de prensa”, agregó.

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