- Combatientes de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y milicias aliadas han violado a decenas de mujeres y niñas, incluyendo casos de esclavitud sexual, en el estado de Kordofán del Sur, Sudán, desde septiembre de 2023.
- La violencia sexual en entornos de conflicto constituye una grave violación del derecho humanitario internacional y un crimen de guerra. Cuando se lleva a cabo como parte de un ataque sistemático o generalizado contra la población civil, puede considerarse un crimen de lesa humanidad.
- Los Estados miembros de las Naciones Unidas y de la Unión Africana deben actuar con urgencia para brindar asistencia a las sobrevivientes, proteger a otras mujeres y niñas y garantizar justicia por estos atroces crímenes.
(Nairobi, 16 de diciembre de 2024) – Combatientes de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés) y milicias aliadas han violado a decenas de mujeres y niñas, incluyendo en contextos de esclavitud sexual, en el estado de Kordofán del Sur, Sudán, desde septiembre de 2023, según denunció hoy Human Rights Watch. Estos actos de violencia sexual, que constituyen crímenes de guerra y posiblemente crímenes de lesa humanidad, subrayan la necesidad urgente de una acción internacional significativa para proteger a la población civil y garantizar justicia.
Una mujer de 35 años de la etnia Nuba relató cómo seis combatientes de las RSF, vestidos con uniformes beige, irrumpieron en el recinto de su familia. Uno de ellos dijo: “Tú, Nuba, hoy es tu día”. Acto seguido, los hombres la violaron en grupo. “Mi esposo y mi hijo intentaron defenderme, pero uno de los combatientes de las RSF les disparó y los mató. Luego continuaron violándome, los seis”, relató.
“Las sobrevivientes describieron haber sido violadas en grupo, en presencia de sus familias o durante períodos prolongados, incluso mientras eran mantenidas como esclavas sexuales por combatientes de las RSF”, señaló Belkis Wille, directora adjunta de Crisis y Conflictos en Human Rights Watch. “Los Estados miembros de las Naciones Unidas y de la Unión Africana deben actuar con urgencia para asistir a las sobrevivientes, proteger a otras mujeres y niñas y garantizar justicia por estos atroces crímenes”.
En octubre de 2024, Human Rights Watch entrevistó a 93 personas, de forma presencial y remota, incluidas 70 que se encontraban en asentamientos informales para desplazados en la región de las montañas Nuba, en el estado de Kordofán del Sur, actualmente bajo el control del grupo armado Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán-Norte (SPLM-N). Las RSF, que están en conflicto con las Fuerzas Armadas de Sudán (SAF) por el control del país, también han combatido contra el SPLM-N. Durante la investigación, se entrevistó a siete sobrevivientes de violación, entre ellas una mujer que relató haber estado detenida junto con otras 50 mujeres y haber sido violada repetidamente durante tres meses. Human Rights Watch también entrevistó a 12 personas que declararon que familiares o amistades suyas habían sido violadas, muchas veces en incidentes que presenciaron directamente.
En total, las sobrevivientes y otros testigos proporcionaron información sobre 79 niñas y mujeres, de entre 7 y 50 años, que reportaron haber sido violadas. La mayoría de los incidentes documentados fueron violaciones en grupo ocurridas desde el 31 de diciembre de 2023, en los alrededores de la localidad de Habila y en una base de las RSF, incluyendo víctimas de la localidad de Fayu, situada aproximadamente a 17 kilómetros al sur de Habila, en Kordofán del Sur.
Sobrevivientes y testigos señalaron que los atacantes eran miembros uniformados de las RSF o de milicias aliadas. Algunas sobrevivientes identificaron a los atacantes como hombres conocidos de su comunidad. En los casos documentados por Human Rights Watch, combatientes de las RSF violaron a 14 mujeres y niñas en sus propios hogares o en casas vecinas, a menudo en presencia de sus familiares. En cinco de estos casos, los atacantes violaron a las mujeres y niñas tras asesinar o amenazar a sus familiares.
En un informe independiente publicado el 10 de diciembre, Human Rights Watch documentó asesinatos a gran escala, secuestros y lesiones de civiles, así como saqueos y quema de propiedades en los alrededores de Habila y Fayu. Estas violaciones, junto con la violencia sexual, son evidencia de los ataques generalizados de las RSF contra la población civil en Kordofán del Sur.
Una joven de 18 años relató que, en febrero, combatientes de las RSF la trasladaron junto con otras 17 mujeres y niñas de Fayu a una base militar, donde ya estaban detenidas otras 33 mujeres y niñas. Bajo el control absoluto de sus captores, las mantuvieron en condiciones de esclavitud, incluso encadenadas entre sí. Durante tres meses, los combatientes las sometieron a violaciones y palizas diarias, crímenes que también constituyen esclavitud sexual.
Ninguna de las mujeres entrevistadas vio una forma de que sus agresores rindieran cuentas. Una de ellas afirmó: “Nadie puede hacer nada para que se haga justicia. Solo puedo denunciarlo ante Dios”.
El 25 de noviembre, Human Rights Watch compartió un resumen de sus hallazgos y preguntas relacionadas con el general Mohamed Hamdan Dagalo, comandante de las RSF, pero no ha recibido respuesta alguna.
Estos hallazgos coinciden con los de un informe reciente de la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos de la ONU para Sudán, que concluye que las RSF están cometiendo violencia sexual a gran escala, incluyendo múltiples casos de esclavitud sexual. Human Rights Watch documentó la violación de decenas de mujeres y niñas por parte de las RSF en Darfur en 2023, así como violencia sexual generalizada relacionada con el conflicto, perpetrada por las RSF y, en menor medida, por las SAF en Jartum y ciudades vecinas desde que estallaron los enfrentamientos entre las SAF y las RSF en abril de 2023.
La violencia sexual en conflictos constituye una grave violación del derecho humanitario internacional, también conocido como las leyes de la guerra, y es un crimen de guerra. Según Human Rights Watch, cuando estos actos se cometen como parte de un ataque sistemático o generalizado contra una población civil, pueden considerarse crímenes de lesa humanidad. En casos donde las personas son sometidas a condiciones de esclavitud —cuando sus captores ejercen un control similar al derecho de propiedad sobre ellas— y son objeto de violencia sexual, esto constituye esclavitud sexual.
La ONU y la Unión Africana deben desplegar con urgencia una misión para proteger a la población civil en Sudán, dotada de los recursos y el mandato necesarios para abordar la violencia sexual, incluyendo la prevención, documentación y provisión de servicios integrales para todas las sobrevivientes. Además, los Estados miembros de la ONU deberían reforzar el apoyo a la misión de determinación de los hechos de la ONU, tal como lo recomendó el secretario general, para allanar el camino hacia una rendición de cuentas significativa.
“Esta investigación resalta lo que llevamos escuchando desde hace tiempo sobre la magnitud de la violencia sexual en Sudán, con las RSF entrando en los hogares y violando repetidamente a mujeres y niñas”, señaló Wille. “Sin embargo, hasta ahora, las víctimas sudanesas apenas han tenido acceso a servicios, y mucho menos a reparación o esfuerzos concretos para detener estos horrendos crímenes”.