¿Qué tiene 76 años y un 3,7% de mujeres?
Parece una broma, ¿verdad? Pero no tiene ninguna gracia, sobre todo cuando se trata de un órgano judicial mundial.
La Corte Internacional de Justicia (CIJ), el principal brazo judicial de las Naciones Unidas, sólo ha tenido cuatro juezas en su historia. Los otros 105 jueces han sido todos hombres. En la actualidad, tres de los 15 jueces -que cumplen mandatos de 9 años- son mujeres, incluida la presidenta del tribunal, Joan E. Donoghue. Pero un tribunal mundial con sólo un 20% de mujeres muestra una falta de compromiso con la equidad de género por parte de la ONU que exige ser cuestionada.
A la CIJ se le pide que se pronuncie sobre algunas de las cuestiones más importantes del mundo, desde el uso de armas nucleares hasta los conflictos por el supuesto terrorismo de Estado. Una próxima petición puede buscar su opinión sobre quién debe ser responsable de mitigar y financiar la adaptación a la crisis climática. Aproximadamente la mitad de los habitantes del planeta son mujeres y niñas, e inevitablemente algunos de los casos de los que se ha ocupado el tribunal han tenido que ver con cuestiones que afectan específicamente a las mujeres. Por ejemplo, ha abordado la violencia sexual en situaciones de conflicto armado en lugares como la República Democrática del Congo y los Balcanes. Y si el tribunal se ocupa de la crisis climática, será otro ámbito en el que las mujeres y las niñas se ven afectadas de forma desproporcionada.
Ya es hora de que los Estados miembros de la ONU que eligen a los jueces de la CIJ aborden la brecha de género. Actualmente, uno de los 15 puestos está vacante y se ha iniciado el proceso para cubrirlo. Los Estados miembros de la ONU tienen la oportunidad ahora, y en todas las futuras elecciones judiciales, de demostrar su compromiso con la igualdad de género. Pueden hacerlo apoyando a candidatas fuertes y teniendo en cuenta la contribución de los candidatos a la igualdad de género y a la jurisprudencia feminista en el derecho internacional. El hecho de que las mujeres estén tan gravemente subrepresentadas en el principal órgano judicial de la ONU en 2021 socava la credibilidad más amplia de la ONU y arroja una sombra sobre las decisiones jurídicas de peso que toma.