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(Bruselas) –Las violaciones de derechos humanos en sus respectivos países de origen son la fuerza detrás del alarmante aumento registrado en la cantidad de migrantes que llegan a Europa cruzando el Mediterráneo en barco, dijo Human Rights Watch en un informe publicado hoy. Los líderes de la Unión Europea deberían dar prioridad a los derechos humanos en su respuesta. Los dirigentes de la UE se reunirán el 25 y 26 de junio de 2015 para discutir las propuestas de la Comisión Europa para la “Agenda Europea de Migración”.

El informe de 33 páginas, “The Mediterranean Migration Crisis: Why People Flee, What the EU Should Do” (“La crisis de inmigración en el Mediterráneo: Por qué huye la gente y lo que la UE  debería hacer al respecto”), documenta los abusos de derechos humanos que sufren las personas y que las empujan a emprender la peligrosa travesía por mar, así como las deficiencias en el sistema europeo de inmigración y asilo. El informe se basa en más de 150 entrevistas realizadas en mayo a migrantes y solicitantes de asilo recién llegados a Italia –Lampedusa, Catania y Milán— y Grecia –las islas de Lesbos, Chios, Samos, Leros y Kos. Las conclusiones también se basan en la amplia investigación que Human Rights Watch ha llevado a cabo en Siria,EritreaAfganistán y Somalia, los países de origen de muchos de los migrantes que llegan por mar.

“La mayoría de los que cruzan el Mediterráneo están asumiendo riesgos terribles porque no tienen otra alternativa, no porque quieran”, señaló Judith Sunderland, investigadora sénior para Europa Occidental de Human Rights Watch y autora del informe. “Las prioridades de la Unión Europea deberían ser salvar vidas y aumentar las vías seguras de entrada a Europa, además de garantizar que toda la cooperación con los países de origen y de tránsito respeta las normas internacionales de derechos humanos”.

Un buque de la Armada irlandesa Le Eithne, participa en una operación de rescate como parte del operativo Frontex Tritón, el 6 de junio de 2015. © 2015 AP Foto/Irish Defence Forces

En lo que va de año, más de 100.000 migrantes y solicitantes de asilo han cruzado el Mediterráneo. Según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), más de 60 por ciento de los que emprenden el viaje viene de Siria, Somalia y Afganistán, países azotados por la guerra y la violencia política generalizada; o de Eritrea, un país gobernado por un régimen extremadamente represivo. Los solicitantes de asilo, incluyendo los niños de esos cuatro países que llegaron a Italia y Grecia en mayo describieron a Human Rights Watch la lucha indiscriminada y las amenazas a  las que fueron sometidos por grupos insurgentes como los Talibán, Al-Shabaab e ISIS, el alistamiento militar forzado y el reclutamiento por grupos armados, los ataques contra las escuelas y los demás abusos que los obligaron a huir.

Mubarek, de Parwan, en el norte de Afganistán, huyó en marzo del país con su esposa y tres hijos pequeños para escapar de los talibanes. “Los talibanes tomaban a adultos y niños todos los días para ataques suicidas”, dijo. “Estaba preocupado por mis hijos; temía que acabaran obligándolos a convertirse en terroristas suicidas”.

Si bien muchos de los que vienen de otros países –NigeriaGambiaSenegalMali— quieren mejorar sus oportunidades económicas o vivir en sociedades más abiertas y seguras, es posible que algunos de ellos estén huyendo de la persecución u otras amenazas graves. Algunos de los migrantes que vivían en Libia antes de que estallaran las hostilidades en mayo de 2014 huyen de la inseguridad y la violencia en el país.

Cada año miles de niños no acompañados emprenden la travesía que cruza el Mediterráneo sin padres ni otros cuidadores. En 2014, más de 10.500 niños viajaron en solitario a Italia por mar. En Grecia se registraron más de 1.100 menores no acompañados en 2014.

La Organización Internacional para las Migraciones ha identificado el Mediterráneo como la ruta migratoria más  mortífera del mundo. La UE ha tomado recientemente algunas medidas positivas para salvar vidas en el Mediterráneo, pero permanece fundamentalmente centrada en maneras de limitar las llegadas a las costas europeas. Pero las graves situaciones de derechos humanos de las que huyen los migrantes ponen en evidencia por qué deben cambiar las prioridades de la UE, señaló Human Rights Watch.

La UE debería mantener robustas operaciones de búsqueda y rescate mientras sigan siendo necesarias, dijo Human Rights Watch. Debería aumentar significativamente, desde la propuesta de 20.000 de la Comisión Europea, el número de personas reasentadas en la UE bajo programas del ACNUR. Los países de la UE deberían apoyar y cumplir plenamente la propuesta de la Comisión de trasladar a 40.000 solicitantes de asilo en la UE para compartir la responsabilidad sobre los solicitantes de asilo de una manera más equitativa.

El ACNUR ha pedido a la comunidad internacional que reubique al menos a 130.000 refugiados sirios. La UE se ha comprometido a reasentar a 45.000, pero podría responder con mayor generosidad a la crisis siria, así como a otras prolongadas crisis de refugiados, puntualizó Human Rights Watch.

Las muertes de más de 1.000 migrantes en alta mar en apenas una semana en abril impulsaron a la UE, si bien con retraso, a intensificar los esfuerzos de búsqueda y rescate en el Mediterráneo Central. La UE debería continuar este esfuerzo colectivo en el largo plazo para reducir al mínimo las muertes en el mar, y asegurarse de que los migrantes rescatados son llevados a puertos seguros de la UE, donde aquellos que pidan asilo tengan la oportunidad de que sus solicitudes sean consideradas de manera justa, recomendó Human Rights Watch.

En mayo, la Comisión Europea presentó propuestas para una “Agenda Europea de Migración”. Esta agenda incluye algunas medidas positivas que, de ser implementadas al completo y de manera más generosa, podrían ayudar a salvar vidas, asegurar un acceso más seguro a la protección internacional en la UE y corregir distorsiones en el sistema de asilo de la UE que afectan a los derechos de los solicitantes de asilo, dijo Human Rights Watch. Sin embargo, la mayor parte de la agenda de la Comisión se centra en medidas de refuerzo para limitar la llegada de migrantes a la UE.

El respeto de la UE por las leyes de derechos humanos y el derecho internacional debería influir y dar forma a sus deliberaciones actuales futuras sobre la inmigración y las políticas de asilo, así como su enfoque hacia la migración en barco en el Mediterráneo, dijo Human Rights Watch. El derecho a la vida y a la protección contra la devolución –el retorno a la persecución, la tortura o los malos tratos— son derechos que constituyen pilares de la arquitectura internacional de los derechos humanos. Además de estos derechos, el Convenio Europeo de Derechos Humanos garantiza el derecho a la libertad y a la seguridad, el derecho a un recurso judicial efectivo y el derecho a la intimidad y la vida familiar. Consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, es clave para garantizar el derecho a solicitar asilo. Esto también está garantizado en la Carta vinculante de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea.

De cara al Consejo de la UE el 25 y 26 de junio,  Human Rights Watch señaló que los líderes de la UE deberían apoyar propuestas de mayor alcance para aumentar los canales seguros y legales de entrada en la UE. Estas medidas deberían incluir la ampliación significativa de capacidad de reasentamiento para los refugiados registrados por el ACNUR, procesos que faciliten la reunificación familiar para que las personas que ya se encuentren en la UE puedan traer a sus familias, y un mayor uso de las visas humanitarias para que las personas que necesitan protección internacional puedan viajar legalmente a la UE para solicitar asilo.

En el largo plazo, la UE debería garantizar que la cooperación con los países de origen y de tránsito no atrape a los migrantes en situaciones de abuso, no les impida el acceso a procedimientos de asilo justos o les lleve a la devolución forzada. Además, la UE debería hacer uso de su influencia y recursos de manera más eficaz para abordar las verdaderas razones que impulsan la migración, incluyendo las violaciones sistemáticas de los derechos humanos, la pobreza, el desarrollo desigual, la gobernanza débil, los conflictos violentos y la anarquía.

“No hay soluciones fáciles para los terribles abusos y dificultades que obligan a las personas a abandonar sus países ni para la crueldad que afrontan en la travesía”, dijo Sunderland. “Es un desafío complicado para la UE pero uno en el que los derechos humanos deben ser los protagonistas”.

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