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Siria: Es necesario acabar con el fuego indiscriminado contra civiles que huyen del país

Los agentes fronterizos aparentemente disparan contra los sirios que ven tratando de huir hacia Jordania

(Amman, 27 de junio de 2012) – Soldados sirios en la frontera con Jordania se encuentran al parecer disparando indiscriminadamente contra cualquiera –incluyendo mujeres y niños civiles – que intente huir de Siria, Human Rights Watch señaló hoy. Las autoridades sirias deberían ordenar inmediatamente que sus fuerzas armadas en la frontera acaben con todos los ataques indiscriminados, y tomar todas las medidas posibles para evitar que los civiles que cruzan a países vecinos sean heridos y respetar su derecho a salir del país.

A mediados de junio, Human Rights Watch habló con 17 refugiados sirios en Jordania que relataron que, cuando cruzaron en mayo y junio la frontera en grupos de hasta 200 civiles acompañados por miembros del Ejército Libre de Siria (FSA por sus siglas en inglés), soldados sirios los sometieron al fuego sostenido de ametralladoras y francotiradores, matando a tres civiles e hiriendo a once. Todos los refugiados describieron incidentes en los que el ejército sirio abrió fuego sin previo aviso y disparó por igual contra cualquiera que estuviera cruzando la frontera, ya fueran miembros del FSA u hombres, mujeres y niños civiles.

“Siria dice que está combatiendo terroristas armados, sin embargo, parece sus fuerzas en las fronteras están disparando sin distinción a cualquiera que cruza, atacando a civiles hombres, mujeres, niños y heridos de la misma manera que atacan al enemigo”, dijo Gerry Simpson, investigador sénior sobre temas de refugiados y defensor de la labor de Human Rights Watch. “Al atacar indiscriminadamente a los civiles que intentan salir del país por las fronteras, Siria viola derechos humanos fundamentales, incluyendo el derecho a la vida, el derecho a salir del país y el derecho a pedir asilo en otra nación".

Un desertor del ejército sirio relató a Human Rights Watch cómo otros compañeros que desertaron de la guardia fronteriza entre Jordania y Siria le contaron que habían recibido órdenes de disparar a cualquiera que intentara entrar o salir del país sin pasar por uno de los puestos oficiales en la frontera, y que algunos de los soldados se negaron a cumplirlas.

Human Rights Watch también entrevistó a refugiados civiles que recibieron disparos de soldados sirios cuando trataban de cruzar la frontera a Irak. Refugees International y una serie de artículos periodísticos también indican que los soldados sirios dispararon contra civiles que intentaban huir de la violencia hacia el Líbano.

Durante un período de tres días a mediados de junio en Jordania, Human Rights Watch entrevistó a un total de 21 refugiados sirios que habían llegado recientemente a Jordania y que dijeron que ellos y otros 1,100 civiles habían huido cruzando la frontera a Jordania con la ayuda del Ejército Libre de Siria (FSA).

Diecisiete de ellos contaron que los soldados sirios abrieron fuego contra sus grupos cuando cruzaron la frontera por la noche. Algunos dijeron que vieron (mientras que otros afirmaron que se enteraron más tarde) cómo el ejército sirio mató a tres civiles, herido a 11 –incluyendo una mujer embarazada— y arrestado a unos 170 civiles, de los cuales más de 100 eran mujeres y niños, cuyo destino es aún desconocido para Human Rights Watch.

La mayoría cruzó en grupos de 30 a 200 personas, incluyendo niños y personas heridas en batallas en otros lugares de Siria, y estaban acompañados por miembros del FSA cerca del único cruce oficial de la frontera entre ambos países, cerca de la gobernación siria de Dar’a y la ciudad jordana de Ramtha.

Sólo cuatro refugiados aseguraron que sus grupos no habían sido blanco del fuego sirio cuando cruzaron la frontera.

La amplia mayoría de los refugiados dijo que soldados de a pie y en camiones aparecieron cerca de la frontera y que sin previo aviso empezaron a dispararles con ametralladoras normalmente desde una distancia de unos 200 y 300 metros. Los refugiados aseguraron que el FSA generalmente no disparaba de vuelta a los soldados sirios porque les contaron que preferían evitar un enfrentamiento de fuego cruzado en el que probablemente los civiles se verían atrapados. Aún así, los miembros del FSA sí abrían fuego si los soldados se acercaban demasiado. Algunos de los civiles dicen que fueron inmovilizados hasta por tres horas cuando el FSA disparaba de vuelta.

Una madre de cinco hijos que fue atrapada y que luego escapó a Jordania en su segundo intento tras ser puesta en libertad describió lo que pasó la primera vez que intentó cruzar la frontera:

 

Estaba con mis cinco hijos pequeños en un grupo de 250 personas, con muchas mujeres, niños, ancianos y heridos. El FSA estaba con nosotros. Caminamos una hora y llegamos al lado sirio de la frontera y nos dimos cuenta de que casi habíamos llegado a Jordania. Entonces escuchamos disparos cercanos y el grupo se dispersó. Me tiré al suelo y cubrí a tres de mis hijos con mi cuerpo. Los otros dos salieron corriendo y luego oí que lograron cruzar al otro lado de la frontera. El fuego duró una hora y a continuación los soldados (sirios) vinieron y nos detuvieron.

Muchos refugiados dijeron que fueron obligados a arrastrarse por la arena o a correr tan rápido como podían para cubrir los 50 a 100 metros restantes para llegar a la línea fronteriza con Jordania.

Human Rights Watch habló con cinco refugiados que sufrieron heridas tras pasar por debajo o a través del alambre de púas que marca el lado jordano de la frontera. Muchos más contaron que conocían a personas que habían sufrido severos cortes con el alambre.

Un joven que huyó de la lucha en su ciudad natal de Maraa a finales de mayo relató:

 

Guías beduinos que colaboran con el FSA nos guiaron a través de la frontera por la noche. Éramos unos 50 hombres y mujeres y unos cuantos niños. De repente apareció un camión militar y las personas en el camión empezaron a dispararnos, sin previo aviso. Nos dispersamos y corrí lo más rápido que pude para alcanzar el alambre de púas en el lado jordano, que estaba a unos 100 metros. Me hice severos cortes al cruzar. Sólo 22 de nosotros, la mayoría hombres, lo logramos. Los otros 30, la mayoría mujeres, debieron ser arrestados. Otro de los que lograron cruzar llamó a los beduinos que le dijeron que una mujer había muerto a consecuencia de los disparos y que dos hombres y un niño habían sido heridos.

 

“Siria está forzando a sus propios civiles desesperados a salir arrastrados de su propio país bajo una lluvia de balas”, dijo Simpson. “Disparar indiscriminadamente contra civiles que intentan huir de su país es una evidencia atroz del fracaso abismal de Siria a la hora de cumplir con su responsabilidad soberana de proteger a sus propios ciudadanos”.

Los refugiados contaron que tan pronto como cruzaron la frontera, había militares jordanos presentes y que les ayudaron a llegar a un lugar seguro.

Siria y Jordania comparten una frontera de 375 kilómetros, la mayor parte de la cual es desierto y está deshabitada en ambos lados. Para los civiles que intentan huir a Jordania, esto deja un tramo de aproximadamente 100 kilómetros ubicados en el noroeste de Jordania que es apto para cruzar. Los civiles normalmente cruzan con miembros del FSA en la gobernación de Siria de Daraa, frente a la ciudad fronteriza en Jordania de Ramtha, donde el FSA puede operar con mayor facilidad en comparación con otras partes de la frontera.

Según algunos jordanos en Ramtha, el único cruce oficial en la frontera de Siria y Jordania que está teóricamente abierto para cualquiera que quiera salir o entrar a Siria es el de Naseeb-Jader, unos 20 kilómetros al noreste de Ramtha. Mientras tanto, desde junio de 2011, el cruce de Ramtha-Daraa está abierto sólo a comerciantes.

Sin embargo, muchos refugiados contaron cómo ellos o sus familiares no pudieron pasar porque los guardias sirios no les dejaron cruzar en la frontera sin darles una razón oficial. Algunos refugiados dijeron a Human Rights Watch que sabían de otras familias que habían logrado sobornar a los guardias fronterizos en Siria en el cruce de Naseeb-Jader para que los dejaran salir de Siria, para lo que pagaron en torno a 30,000 libras sirias (unos US$470) por familia.

Refugiados sirios en Irak también contaron a Human Rights Watch que fueron blanco de disparos cuando salieron huyendo de Siria. Un refugiado sirio de 19 años en Irak dijo que una patrulla fronteriza siria abrió fuego contra su grupo de 37 civiles y miembros del FSA el 8 de abril a las 2 de la madrugada cuando estaban a apenas 400 metros de la frontera. “Los disparos venían de la patrulla fronteriza y se dirigían a nosotros”, dice. “Vi a dos de nuestro grupo que fueron alcanzados y cómo cayeron al suelo. No sé si sobrevivieron porque después de eso todos nos dispersamos y salimos huyendo en diferentes direcciones”.

El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que Siria ha ratificado, establece que cualquier persona tiene el derecho a salir de su país, lo que incluye residentes de largo plazo como los palestinos en Siria, y que ese derecho sólo puede ser restringido bajo circunstancias que “se hallen previstas en la ley, sean necesarias para proteger la seguridad nacional, el orden público, la salud o la moral públicas o los derechos y libertades de terceros” y que “sean compatibles con los demás derechos reconocidos en el presente Pacto”. Siria no ha hecho ninguna declaración explicando por qué civiles, incluyendo mujeres, niños y heridos, no pueden salir del país, ni por qué está recurriendo a métodos letales para detenerlos.

Human Rights Watch señala que incluso cuando hay miembros del FSA presentes con civiles, y activos en la lucha, los soldados sirios deben tomar todas las medidas posibles para minimizar los daños a los civiles, incluso asegurándose de que sus ataques sólo se dirijan a objetivos militares. Los miembros del FSA también deben hacer todo lo que está en sus manos para garantizar que los civiles no sean heridos, incluso asegurándose de que su despliegue no conlleve ataques contra los civiles. Pero todos los testimonios de los refugiados aseguran que el ejército sirio abrió fuego sin previo aviso contra todos los que intentaban cruzar la frontera, sin establecer diferencias entre civiles y miembros del FSA.

Desde el comienzo de las protestas contra el gobierno en Siria en marzo de 2011, apenas unos 26,000 sirios se han registrado como refugiados en Jordania.

“Si Siria quiere demostrar que los intereses de sus ciudadanos son su prioridad, permitir que sus civiles salgan del país sin matarlos es el primer paso”, dijo Simpson.

 

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