(Bruselas)—Con la adopción el 25 de junio de 2012 de un completo paquete de derechos humanos, los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE) sellaron un compromiso de gran alcance para dar prioridad a los derechos humanos en las políticas de la UE tanto a nivel interno como en el extranjero. Ahora las instituciones de la UE y sus 27 Estados miembros tendrán que adoptar un enfoque firme, coherente y uniforme ante las violaciones a los derechos humanos en todo el mundo, de una manera transparente y responsable, señaló Human Rights Watch.
El paquete de derechos humanos adoptado por los ministros de Asuntos Exteriores de la UE consiste en un marco estratégico de derechos humanos y democracia, un plan de acción de la UE y la decisión de nombrar a un Representante Especial de la UE para los derechos humanos.
“Hoy celebramos el compromiso manifiesto de la UE de proteger y promover los derechos humanos en todo el mundo”, dijo Lotte Leicht, directora de la UE para Human Rights Watch. “Mañana, empieza el trabajo duro de convertir las palabras en acciones y nosotros estaremos pendientes de que los Estados miembros de la UE y sus instituciones practiquen lo que predican”.
Los ministros de Asuntos Exteriores prometieron que los derechos humanos, la democracia y el Estado de derecho serán promovidos “en todas las áreas de las acciones exteriores de la UE sin excepción” y que la UE “colocará los derechos humanos en el centro de sus relaciones con terceros países incluyendo con sus socios estratégicos”. La verdadera prueba de este compromiso será si la UE cumplirá con su promesa de respaldar al cien por cien “a los defensores de la libertad, la democracia y los derechos humanos en todo el mundo”, dijo Human Rights Watch.
Durante décadas, la UE ha sido complaciente en su trato con gobiernos que violan los derechos humanos en Medio Oriente, el Norte de África y otros lugares, sobreestimando el poder de los regímenes abusivos, rehusándose a criticar a aliados y subestimando los llamados legítimos de la gente a favor de la justicia política y social, el imperio de la ley y la democracia, dijo Human Rights Watch. La Primavera Árabe fue una llamada de atención para la UE y un claro recordatorio de la propia historia reciente de muchos de sus miembros quienes experimentaron transiciones de regímenes totalitarios y abusivos después de protestas públicas.
“El derrocamiento de regímenes autocráticos en Europa en 1989 y los levantamientos populares durante la Primavera Árabe ponen de manifiesto que el poder de la gente es en última instancia más significativo que la gente en el poder”, dijo Leicht. “La EU debería colocar los derechos de las personas, en vez de a sus dirigentes, en el centro de sus diálogos con los países abusivos”.
En todo el mundo, gobiernos represivos siguen haciendo todo lo posible por silenciar a los activistas que ponen en evidencia sus abusos y corrupción, incluso mediante acoso, arrestos, torturas, desapariciones e incluso asesinando a defensores de los derechos humanos, periodistas, abogados y otros. Los ministros de Asuntos Exteriores dijeron el 25 de junio que pondrían un fin a esto. Para ello, las instituciones de la UE y sus 27 Estados miembros deberían ponerse siempre del lado de los derechos humanos y sus defensores cuando respondan a abusos graves y persistentes, recomendó Human Rights Watch. La UE también debería endurecer las consecuencias que deben afrontar quienes violan los derechos humanos, incluso exponiéndolos y avergonzándolos públicamente, imponiéndoles sanciones específicas y garantizando que los delitos graves sean llevados ante la justicia.
En el pasado, la UE solía con demasiada frecuencia canalizar las críticas contra gobiernos abusivos mediante la diplomacia discreta, utilizando “diálogos” en los rangos inferiores en vez de convocar reuniones de alto nivel ministerial para expresar sus preocupaciones y exigir correcciones. Si la UE verdaderamente tiene la intención de “abordar temas de derechos humanos enérgicamente en todas las formas apropiadas de diálogo bilateral, incluso al más alto nivel”, tal como prometieron los ministros el día 25, sus críticas deben hacerse en público y no a puertas cerradas, recomendó Human Rights Watch.
Los activistas asumen grandes riesgos para sacar a la luz pública los abusos de gobiernos y funcionarios, quienes a su vez hacen todo lo que está en sus manos para silenciar a estas valientes voces. Con demasiada frecuencia, la UE y sus Estados miembros han preferido recurrir a la discreción de la diplomacia como la mejor herramienta para abordar las violaciones contra los derechos humanos.
“La diplomacia discreta de la UE está bien si produce resultados, pero en casos de persistentes violaciones a los derechos humanos, la UE debería alzar la voz para asegurarse de que su mensaje sea escuchado tanto por los gobiernos abusivos como por su gente”, dice Leicht. “Los activistas necesitan saber que jugadores de peso como la UE están dispuestos a enfrentarse a los abusos de los gobiernos. El uso de la diplomacia discreta por la UE parece principalmente una manera de protegerse a sí misma contra la ira y la venganza de los abusadores”.
Human Rights Watch hizo un llamado a las altas autoridades de la UE y los ministros de Asuntos Exteriores de los Estados miembros para que conviertan las reuniones con defensores de los derechos humanos en un elemento esencial para todas las visitas a otros países. De esta manera, la UE otorgaría mayor poder a los activistas y defensores de los derechos humanos y la democracia, a la vez que también se involucra a la sociedad civil, dijo Human Rights Watch.
Human Rights Watch acogió con beneplácito la decisión de nombrar a un Representante Especial de la UE para derechos humanos, pero insistió en que ese nuevo representante especial sólo sería tan efectivo como los esfuerzos unificados de las instituciones de la UE y los Estados miembros de implementar el paquete de derechos humanos.
También es crucial para la credibilidad de las iniciativas de la UE en derechos humanos que la UE y todos sus Estados miembros sean vistos adoptando y ejerciendo el más alto estándar de derechos humanos en sus políticas tanto internas como externas. Eso incluye ratificar todos los tratados de derechos humanos, garantizar que los derechos humanos sean completamente respetados en sus políticas migratorias y antiterroristas, incluyendo el procesamiento por cargos de tortura y complicidad en la tortura, y asegurar la igualdad y plenos derechos para las minorías, incluidas las religiosas.
La UE se demoró casi dos años en esbozar y aprobar un paquete integral de derechos humanos adoptado por los ministros de Asuntos Exteriores. Los esfuerzos para implementar el plan deberían ser enérgicos, rápidos y ambiciosos, señaló Human Rights Watch. El marco estratégico de derechos humanos de la UE y su plan de acción representan una base, no un techo, que las instituciones de la UE y sus Estados miembros están ahora obligados a respetar.