La Unión Europea debe presionar al recién elegido Gobierno griego a poner fin a la detención abusiva y expulsiones sumarias de migrantes, incluyendo a niños no acompañados, y a reformar el sistema de asilo roto del país, señaló Human Rights Watch en un informe publicado hoy.
En un movimiento a gran escala, las autoridades griegas detuvieron a centenares de migrantes en todo el país, entre junio y agosto de 2009, expulsándolos de deterioradas viviendas en Atenas, arrasando con un campamento en Patras, y deteniendo a los recién llegados a las islas. Los niños no acompañados atrapados en la represión se encontraban entre los muchos que fueron posteriormente trasladados a centros de detención en el norte, cerca de la frontera con Turquía. Desde allí, en operaciones secretas nocturnas, la policía griega obligó a decenas de migrantes - posiblemente cientos, incluyendo a niños no acompañados y potenciales refugiados - a atravesar la frontera con Turquía.
"Las expulsiones ilegales de Grecia han llegado a un nuevo nivel", dijo Simone Troller, investigadora para Human Rights Watch. "Los migrantes están siendo ahora arrestados en todo el país y luego empujados a Turquía. Evidentemente, las personas que necesitan protección no están seguras en Grecia".
El sistema disfuncional de asilo de Grecia está totalmente en manos de la policía, quien crea obstáculos para la presentación de solicitudes de asilo y niega a los solicitantes de asilo audiencias justas y evaluaciones de sus casos. Más del 99 por ciento de los solicitantes de asilo son rechazados después de su primera entrevista. En julio, el Gobierno anterior abolió los procedimientos de apelación de asilo, un requisito estándar en el derecho europeo e internacional de derechos humanos. La acción dejó a adultos y niños sin una solución efectiva y con el riesgo de ser deportados a lugares donde sus vidas y su seguridad pueden estar en riesgo.
Human Rights Watch entrevistó a 16 personas que fueron detenidas entre julio y septiembre en la región de la frontera norte de Grecia. Dos de ellas nos describieron cómo la policía griega los obligó a cruzar el río Evros hacia Turquía. Las autoridades turcas los enviaron de vuelta a Afganistán. Otras ocho personas dijeron que vieron a la policía griega llevarse a los inmigrantes de los centros de detención al anochecer en camiones o furgonetas. Cuatro de ellos dijeron que las personas que fueron sacadas más tarde se pusieron en contacto con los detenidos que se quedaron y les dijeron que la policía los había expulsado a Turquía.
Estas relatos son coherentes con la previa documentación de Human Rights Watch sobre la expulsión sistemática e ilegal de migrantes y refugiados en Grecia, en un informe de noviembre de 2008 titulado "Stuck in a Revolving Door: Iraquies and Other Asylum Seekers and Migrants at the Greece/Turkey Entrance to the European Union" (Atrapados en una puerta giratoria: Los iraquíes y otros solicitantes de asilo y los migrantes en la entrada de Grecia/Turquía a la Unión Europea). En ese momento, Human Rights Watch realizó entrevistas privadas y confidenciales en varios lugares, tanto en Grecia como en Turquía, con 41 solicitantes de asilo y refugiados, quienes en su totalidad dieron versiones coherentes de cómo las autoridades griegas los llevaron al río Evros en la noche y los obligaron a cruzarlo. Las recientes entrevistas presentan nuevas pruebas de que las autoridades griegas están ahora expulsando no sólo a los migrantes detenidos atrapados cerca de la frontera, sino también a aquellos detenidos en otras partes del país, incluyendo a potenciales refugiados y niños no acompañados.
Migrantes, incluyendo solicitantes de asilo y niños que fueron detenidos en las instalaciones de detención en el norte de Grecia, también informaron a Human Rights Watch sobre hacinamiento, condiciones antihigiénicas con una alimentación insuficiente y problemas de salud no tratados. Varios se refirieron a malos tratos infligidos por los guardias. Estos informes son consistentes con la previa documentación de Human Rights Watch sobre las condiciones de detención y el maltrato a los migrantes y niños no acompañados.
El sistema de asilo de Grecia y las condiciones de detención claramente violan la ley de la UE, así como los estándares europeos e internacionales de derechos humanos, afirmó Human Rights Watch. Sin embargo, a pesar de las críticas en curso y un reciente deterioro de la situación tanto en la legislación como en la práctica, la Comisión Europea se mantuvo en silencio y no logró que Grecia rindiera cuentas.
"La detención abusiva de Grecia y la expulsión ilegal de migrantes han sido ignoradas por mucho tiempo," dijo Troller. "Con un nuevo Gobierno en el poder, poner fin a estos abusos, proteger a los niños migrantes, y reformar las prácticas de asilo deben ser prioridades urgentes para Atenas, y Bruselas".
Human Rights Watch pide al nuevo Gobierno en Grecia poner fin de inmediato a las expulsiones ilegales a través del río Evros. Grecia también debe hacer cumplir la prohibición de exponer a la gente al riesgo de malos tratos, tanto en Grecia o como resultado de ser sacado de Grecia. Asimismo, debe garantizar el acceso de todos los migrantes al procedimiento de asilo y restaurar un proceso significativo de apelación.