La Organización de Estados Americanos (OEA) debería impulsar al gobierno de facto en Honduras a respetar los derechos humanos, dijo Human Rights Watch en una carta que envió hoy al Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza.
La carta expresa preocupación por supuestos abusos graves cometidos contra manifestantes, y por la aprobación por parte del Congreso Nacional de Honduras de un decreto de Estado de excepción que suspendió derechos fundamentales tras el golpe militar que derrocó al Presidente Manuel Zelaya en la madrugada del 28 de junio de 2009.
"Debe condenarse en forma categórica cualquier intento de suspender derechos inderogables", dijo en la carta José Miguel Vivanco, Director para las Américas de Human Rights Watch. "Debería recordárseles claramente a las autoridades que los actos de tortura, el trato inhumano o degradante y las desapariciones forzadas están absolutamente prohibidos y pueden ser investigados como crímenes internacionales".
La carta cita denuncias creíbles de graves abusos cometidos en los últimos días, los cuales incluyen detenciones arbitrarias de casi 100 manifestantes y la censura de medios de comunicación. Human Rights Watch expresó preocupación porque el nuevo decreto podría llevar a más violaciones de derechos humanos.
"Si no existe una amenaza clara al orden público y a la seguridad en Honduras, no podría interpretarse razonablemente que las manifestaciones políticas pacíficas justifican la suspensión generalizada de derechos fundamentales", dijo Vivanco en la carta.