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Sudán: Restablecer seguridad en Abyei

Dos meses después de que los enfrentamientos destruyeron la ciudad, los civiles siguen sin poder regresar.

Decenas de miles de civiles siguen sin poder regresar a la ciudad de Abyei, dos meses después de que la mitad de la ciudad fuera destruida en los combates, Human Rights Watch dijo en un informe publicado hoy.

Una investigación de Human Rights Watch de junio de 2008 documentó la muerte de al menos 18 civiles en los combates de mediados de mayo, la mayoría de ellos fueron asesinados deliberadamente por las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS) o milicias aliadas. Debido a las restricciones de las FAS para acceder a la zona en las semanas posteriores a los combates, el número total de víctimas sigue siendo desconocido.

El informe 32 páginas, “Abandoning Abyei: Destruction and Displacement, May 2008” (El abandono de Abyei: Destrucción y desplazamientos de mayo de 2008), documenta las violaciones de derechos humanos cometidas por las FAS y las milicias aliadas antes, durante y después de los enfrentamientos con el Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán (ELPS) del sur de Sudán entre el 13 y 21 de mayo. Los habitantes de Abyei que habían huido al sur de la ciudad dijeron a Human Rights Watch que soldados de las FAS dispararon a civiles que estaban tratando de huir, y detuvieron y luego mataron arbitrariamente a otros.

“Dos meses después de los enfrentamientos aún no hay información clara sobre cuántos civiles murieron y bajo qué circunstancias", dijo Georgette Gagnon, directora de África para Human Rights Watch. "Sin una investigación completa e independiente, no será posible lograr el rendimiento de cuentas por los asesinatos, los saqueos y la destrucción masiva en Abyei”.

Según información obtenida por Human Rights Watch durante y después de los combates, soldados de las FAS y las milicias aliadas llevaron a cabo saqueos masivos y destruyeron más de la mitad de la ciudad. Para el 17 de mayo habían quemado más de la mitad de los hogares en Abyei y destruido el completamente el mercado. Los soldados y la milicia también saquearon y prendieron fuego a los campanentos y los bienes de las Naciones Unidas y las agencias humanitarios en Abyei.

Hasta el momento no ha sido posible una investigación completa e independiente sobre los asesinatos y otros abusos porque las fuerzas de las FAS restringieron el acceso a Abyei en las semanas posteriores a los combates.

Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, aproximadamente 60,000 personas huyeron de la ciudad durante los enfrentamientos, y al menos 50,000 siguen viviendo en chozas temporales o hacinadas en casas con otras familias en el condado de Twic, al sur de Abyei. El gobierno del norte y el gobierno de Sudán del Sur llegaron a un acuerdo el 7 de junio conocido como “Abyei Roadmap” (mapa de ruta de Abyei) que pedía a ambas partes retirar sus fuerzas de la zona y desplegar a una nueva Unidad Integrada Conjunta (UIC), con las fuerzas de ambas partes, para garantizar la seguridad en la ciudad. Sin embargo, ninguna de las partes ha retirado completamente a sus tropas. Las personas desplazadas de Abyei dijeron a Human Rights Watch que no irán a sus casas hasta que esto se realice, por miedo a regresar a la violencia.

"Las personas desplazadas nos dijeron en repetidas ocasiones que no podrían volver a sus casas hasta Abyei fuera seguro", dijo Gagnon. "Para ellos ‘seguro’ significa el retiro completo de las FAS y que la nueva unidad conjunta esté lista y trabajando".

La Misión de las Naciones Unidas en Sudán (UNMIS, por sus siglas en inglés) estaba al tanto de la creciente tensión y la acumulación de tropas en Abyei desde finales de 2007, sin embargo, cuando estalló la lucha sólo 200 soldados fueron desplegados -una fuerza que fue insuficiente para proteger a los civiles y a sus propiedades frente al gran nivel de los combates y la destrucción. La UNMIS también estuvo obstaculizada por las restricciones a su movimiento largamente impuestas por las FAS y el ELPS, a pesar de un mandato que garantiza la plena libertad de circulación.

"La UNMIS ha sabido desde hace tiempo que Abyei es un foco potencial de violencia", dijo Gagnon. "Es urgente que tome medidas para asegurar que la misión está preparada para cumplir con su mandato de proteger a los civiles."

A petición del Consejo de Seguridad, la UNMIS ha llevado a cabo una investigación inicial sobre su propio papel en el período previo y durante los combates, y se espera que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, incluya los resultados iniciales en su informe trimestral al Consejo Seguridad el 24 de julio.

Mientras tanto, los retrasos en la ejecución del mapa de la ruta de Abyei están reanudando la tensión entre las dos partes. El 7 de julio, un soldado del ELPS disparó e hirió a un observador militar de la ONU y a un vigilante de las FAS en Agok, al sur de Abyei.

"Un retorno a la violencia en Abyei podría tener enormes repercusiones para todo Sudán", dijo Gagnon. "Jartum y el gobierno de Sudán del Sur necesitan implementar el mapa de la ruta de Abyei en su totalidad y a tiempo, y las Naciones Unidas y los gobiernos deben ejercer presión sobre ellos para lograrlo."

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