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Día Mundial del SIDA: Human Rights Watch llama a un mayor apoyo, protección para los activistas mundiales del SIDA

Activistas del SIDA de alrededor del mundo enfrentan una frecuente represión gubernamental y abuso y necesitan un mayor apoyo y protección, afirmó Human Rights Watch en el Día Mundial del SIDA.

“Las pocas historias de éxito que tenemos en la lucha global contra el SIDA son el resultado de esfuerzos heroicos de individuos valientes, movilizando a los empobrecidos, marginados y estigmatizados a la acción,” señaló Joe Amon, director del Programa de VIH/SIDA de Human Rights Watch, “Pero los activistas del SIDA y trabajadores sociales son normalmente acosados o incluso encarcelados por sus gobiernos, por el simple hecho de luchar y hablar claro sobre el SIDA, y la comunidad internacional benefactora está realizando demasiado poco para ayudarlos.”

Human Rights Watch ha documentado numerosos casos de activistas del SIDA y de organizaciones no gubernamentales que han sido hostigadas, intimidadas y encarceladas por su trabajo. En la China, oficiales del gobierno han encarcelado activistas por haber buscado exponer la complicidad del gobierno en un escándalo de sangre contaminada que infectó a millones de pobres con el VIH durante la pasada década. En la India y Bangladesh, trabajadores sociales que han prestado servicios a los trabajadores del sexo, a hombres que tienen sexo con hombres, y a otras poblaciones ocultas, han enfrentado una política generalizada de acoso y violencia.

En Uganda, activistas protestando frente al reciente giro del gobierno hacia programas moralistas de “abstinencia hasta el matrimonio” enfrentan intimidación de parte de los oficiales y acusaciones de inmoralidad. En las Filipinas, la policía arresta rutinariamente a mujeres y las acusa de prostitución por el solo hecho de llevar condones consigo. En Rusia, el parlamento está considerando dictar una legislación que intensificaría el control gubernamental sobre las organizaciones no gubernamentales extranjeras, amenazando los servicios sociales y programas educativos dirigidos a los drogadictos que usan jeringas y trabajadores del sexo.

Los activistas han enfrentado la violencia del gobierno por el solo hecho de manifestarse pública y pacíficamente por un mejor acceso al sistema de salud. Este año en Queenstown, Sudáfrica, la policía usó balas de goma y gas lacrimógeno contra miembros de la Campaña por el Acceso a Tratamiento (CAT), quienes estaban protestando por el lento progreso del programa de antiretroviral del gobierno. Human Rights Watch ha llamado a realizar una investigación completa sobre este incidente.

“La experiencia dolorosa nos muestra que el reprimir a la sociedad civil sólo aumenta la epidemia de SIDA,” afirmó Amon, “Donde prima la represion, el SIDA gana.”

Desde el 2002, Human Rights Watch ha honrado a seis personas u organizaciones por su valiente trabajo defendiendo los derechos de los que viven con VIH o son afectadas por él. Ellas son:

Meena Seshu (2002) es el fundador y secretario general de SANGRAM, una organización con base en Sangli, Estado de Maharashtra, India, que ha ayudado a mujeres dedicadas a la prostitución a convertirse en educadores sobre el SIDA, entre ellas y el resto de la comunidad.

Dr. Wan Yanhai (2002) es coordinador de AIZHI (AIDS) Proyecto Acción, una organización no gubernamental que él fundó en 1994, la cual entrega parte de la única información básica sobre VIH/SIDA disponible para la gente en China, a través de un sitio de Internet ampliamente usado. (www.aizhi.org).

AIDS Law Project (2003) es una organización pionera que ayuda a combatir el VIH/SIDA protegiendo los derechos de los millones de afectados por la enfermedad en Sudáfrica y que cofundó la Campaña por el Acceso a Tratamiento.

The Thai Drug Users’ Network (2004) ha trabajado con pocos recursos para ayudar a proteger los derechos humanos de los drogadictos en Tailandia desde el 2002, incluso durante una brutal represión antidrogas que produjo como resultado la muerte de 3.000 personas.

Humanitarian Action (2005) es una de las primeras organizaciones de VIH/SIDA, la cual ha demostrado que proveer ayuda y cuidado a las poblaciones rusas más marginales –como recambio de jeringas para drogadictos, asistencia para los trabajadores sexuales de la calle y servicios médicos para los niños de la calle—es la mejor manera de contener el avance del VIH/SIDA.

Beatrice Were (2005) es una de las activistas del SIDA en Uganda más valientes e interesantes. Fundó una organización que apoya a las mujeres viviendo con VIH/SIDA y que actúa en defensa de las familias afectadas por el SIDA y fue una de las primeras mujeres en Uganda en declarar abiertamente su estatus de contagiada por el SIDA.

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