Por lo general, Corea del Norte sólo aparece en los titulares internacionales cuando lanza un misil cerca de sus vecinos o envía armas para apoyar la invasión rusa de Ucrania.
Sin duda, son noticias importantes, pero suelen presentarse sin demasiado contexto. En particular, no se menciona la terrible situación de los derechos humanos en Corea del Norte.
Algunos pensarán: Bueno, ¿por qué debería mencionarse? Es un tema aparte, ¿no?
Pues no. De hecho, estas dos cuestiones -los programas de armamento de Corea del Norte y sus violaciones de los derechos humanos- están profundamente relacionadas.
Todo el mundo sabe que Corea del Norte es una zona de desastre en materia de derechos humanos. La tercera generación del dictador Kim Jong Un dirige el país con ferocidad totalitaria.
Niega todas las libertades básicas. El gobierno impone una obediencia extrema mediante torturas, ejecuciones, encarcelamientos brutales, desapariciones forzadas y trabajos forzados.
Respaldados por una represión brutal, los trabajos forzados se utilizan para apoyar programas militares cruciales para la producción de armas. Esto incluye el desarrollo y la producción de misiles y armas nucleares.
Es más, el gobierno desvía miles de millones a programas de armamento a expensas de las necesidades básicas. De este modo se pisotean otros derechos, como el derecho a la alimentación y a la salud.
Los abusos extremos de los derechos humanos por parte del gobierno y sus programas de armamento están muy interconectados.
Esto es algo que la comunidad internacional ha ido reconociendo gradualmente. Por supuesto, el Consejo de Seguridad de la ONU sigue estancado en estos asuntos. Pero la Asamblea General de la ONU ha tomado la iniciativa.
En una resolución de diciembre, la Asamblea General subrayó la relación entre la grave situación de los derechos humanos en Corea del Norte y sus programas de armamento. Asimismo, convocó una sesión plenaria especial de alto nivel sobre Corea del Norte.
Esa sesión especial tendrá lugar en la Asamblea General de la ONU mañana, 20 de mayo.
Es de esperar que los miembros de la ONU aprovechen esta oportunidad para aumentar la presión. En concreto, deberían considerar opciones para crear un organismo permanente de la ONU que aborde las conexiones entre armas y abusos.
Este organismo debería documentar cómo las violaciones sistemáticas de los derechos humanos por parte de Corea del Norte amenazan cada vez más la paz y la seguridad, no sólo en la península coreana, sino en todo el mundo. El organismo debería contar con expertos en derechos humanos internacionales y derecho humanitario, proliferación de armas y sanciones.
Corea del Norte es una de esas situaciones en las que la seguridad internacional y el respeto de los derechos humanos van claramente de la mano. Preocuparse por las armas de Corea del Norte es preocuparse por los abusos de Corea del Norte.
Esperemos que la Asamblea General de la ONU dé mañana un paso más en el reconocimiento de esta situación como lo que es.