Ante la devastación de Gaza, Human Rights Watch pidió la suspensión de las transferencias de armas tanto al ejército israelí como a los grupos armados palestinos.
Se trata, ante todo, de una petición urgente para ayudar a proteger a los civiles, que están siendo asesinados a una escala sin precedentes -por miles- en estos momentos.
Es también una advertencia a quienes suministran armas, dado el riesgo real de que las armas transferidas puedan utilizarse para cometer graves abusos. Al suministrar armas que, a sabiendas y de manera significativa, contribuirían a ataques ilegales, los aliados y patrocinadores podrían ser cómplices de crímenes de guerra.
Entre esos aliados se encuentran, para el gobierno israelí, Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Alemania. Todos ellos deberían suspender inmediatamente la asistencia militar y la venta de armas al gobierno israelí mientras sus fuerzas sigan cometiendo crímenes de guerra.
Entre esos aliados se incluyen, en el lado palestino, Irán y otros gobiernos, que deben dejar de inmediato de suministrar armas a grupos armados palestinos como Hamás y la Yihad Islámica, mientras sigan cometiendo crímenes de guerra.
En el tenso entorno informativo mundial en torno a este conflicto, espero que este llamamiento a suspender las transferencias de armas reciba una importante atención mediática en los próximos días. Para nosotros, sin embargo, no hay nada inusual en nuestro anuncio.
Ya hemos pedido embargos de armas en numerosas ocasiones: a Siria en 2011 y 2015 tras los terribles abusos del gobierno; a Myanmar en 2017 tras la represión y las atrocidades masivas contra los rohingya; a Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos en 2016 y 2020 a la luz de las atrocidades en Yemen; y a Etiopía en 2021 , en el contexto de los graves abusos en la región de Tigray.
A principios de este año, también instamos a ampliar el embargo de armas a Sudán para ayudar a frenar las crecientes atrocidades masivas que se cometen allí.
El embargo de armas es una de las medidas que pueden tomar los gobiernos para intentar frenar la muerte de civiles en conflictos en los que las partes implicadas cometen atrocidades sin visos de detenerse.
En las hostilidades actuales, Israel y los grupos armados palestinos siguen cometiendo graves abusos, y sus líderes han hecho declaraciones que indican que continuarán los graves abusos por parte de sus fuerzas.
Por todo ello, y con el imperativo de salvar vidas civiles, suspender las transferencias de armas a violadores conocidos sólo tiene sentido.
Y negarse a hacerlo cuando el coste es tan claro -cuando miles de civiles están siendo asesinados- se corre el riesgo de convertir a los gobiernos proveedores de armas y a otros en cómplices de las atrocidades que se están cometiendo.
