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República Democrática del Congo: Nueva ronda en la campaña de matanzas del ERS

EE.UU. debe implementar de inmediato la nueva ley para ayudar a poner fin a los ataques

(Washington, DC) - El ugandés Ejército de Resistencia del Señor (ERS) mató a 96 civiles y secuestró a decenas más entre enero y principios de abril de 2010 en una campaña brutal de asesinatos en el noreste de República Democrática del Congo, Human Rights Watch dijo hoy. No ha habido una pausa en las atrocidades del ERS desde que Human Rights Watch informó sobre una masacre mortal del ERS en diciembre de 2009.

Human Rights Watch instó al gobierno de EE.UU. a implementar rápidamente la nueva legislación para desarrollar una estrategia global con el fin de proteger a los civiles en África central de los ataques del ERS, para garantizar el Estado de derecho, y, junto con los gobiernos regionales, adoptar medidas para terminar con la violencia del grupo rebelde. La semana pasada, el Congreso de EE.UU. aprobó el proyecto de ley conocido como Ley del desarme del ERS y de recuperación del norte de Uganda 2009, con un amplio apoyo bipartidista. Se espera que sea firmada pronto por el presidente Barack Obama.

"El ERS está matando a civiles y secuestrando a niños a un ritmo alarmante", dijo Anneke Van Woudenberg, investigadora principal de África para Human Rights Watch. "El presidente Obama puede jugar un papel crucial agilizando la implementación de la nueva ley estadounidense para ayudar a encontrar soluciones que pongan fin a la violencia del ERS de una vez por todas".

Una reciente misión de investigación de Human Rights Watch en las zonas afectadas por el ERS en el noreste del Congo encontró que del 1 al 13 de febrero un grupo de unos 20 combatientes del ERS mató a por lo menos 74 civiles durante una serie de ataques organizados en las pequeñas comunidades agrícolas y pesqueras de Munuku , Kpanga, Mapi, y Kpuru en la jefatura Manziga del territorio Niangara. Muchos de los muertos eran personas mayores que no habían podido huir, y 14 eran niños.

Una de las primeras comunidades atacadas fue el pueblo de Munuku, a 50 kilómetros de la ciudad de Niangara, donde al menos 24 civiles murieron el 1 de febrero, entre ellos 15 hombres y mujeres de avanzada edad. Los testigos entrevistados por Human Rights Watch dijeron que el ERS mató a la mayoría de sus víctimas aplastando sus cráneos con grandes palos de madera. Otros fueron muertos a tiros, entre ellos un hombre de 70 años de edad, quien fue baleado y apuñalado con una bayoneta en el pecho hasta morir.

El ERS después se trasladó a la aldea vecina de Kpanga, atacándola el 2 de febrero, y continuó hacia Mapi y Kpuru en los días siguientes. En cada pueblo el ERS mató a civiles, secuestró a niños y adultos, y luego saqueó y quemó casas. Un joven entrevistado por Human Rights Watch que llegó a Kpanga poco después del ataque encontró a sus abuelos atados y muertos a tiros frente a su casa. Cerca de allí, otra mujer de 70 años de edad había sido atada y golpeada hasta la muerte con un bate de madera.

Durante la misma serie de ataques, el ERS secuestró a por lo menos 75 civiles, muchos de ellos niños. Tal como lo hizo en las masacres de mediados de diciembre en el área de Makombo, el ERS ató a sus cautivos a la cintura en cadenas humanas y los obligó a transportar los bienes robados de vuelta a los campamentos en la selva, matando a todo aquel que parecía cansado o que era considerado demasiado viejo para ser útil.

Además de la serie de ataques a principios de febrero, el ERS mató este año a 22 civiles durante ataques más pequeños en toda la zona Manziga. El 20 de enero, por ejemplo, en el pueblo de Nabo, el ERS ató a un hombre de 74 años de edad, para luego aplastarle el cráneo y apuñalarlo en la espalda con un palo de madera. Su hermano encontró su cuerpo unos días más tarde con el palo todavía incrustado en la espalda.

El 13 de abril, el ERS secuestró y mutiló a una mujer de 31 años de edad de Quartier Zande, un barrio en las afueras de Niangara. Después de unir sus labios con alicates, los combatientes del ERS obligaron a un joven congoleño de 16 años de edad, secuestrado durante un ataque anterior, a cortar los labios y la oreja derecha de la mujer con un cuchillo.

La investigación de Human Rights Watch, además de entrevistas con los secuestrados que más tarde escaparon, encontró que los asesinatos y otras atrocidades fueron cometidos por los comandantes del ERS subordinados del general Domingo Ongwen, uno de los principales comandantes del ERS. Ongwen, junto con otros dos líderes del ERS, es buscado por la Corte Penal Internacional en virtud de una orden de detención dictada en julio de 2005 por delitos anteriores cometidos en el norte de Uganda. Los tres siguen en libertad.

"Las órdenes de arresto contra los líderes del ERS han estado pendientes durante casi cinco años", dijo Van Woudenberg. "Mientras tanto, se siguen cometiendo abusos".

La Misión de las Naciones Unidas en la Republica Democrática del Congo (MONUC) tiene una base en la ciudad de Niangara, al sur de la jefatura de Manziga. Con pocas tropas y los malos caminos de la zona, las trabajadores de la paz de las Naciones Unidas rara vez salen de la ciudad y no han podido prevenir o responder a los ataques recientes.

Las fuerzas armadas congoleñas y ugandesas también tienen una presencia en la ciudad y sus alrededores, pero con una falta de capacidad logística y de comunicaciones, tampoco han podido proporcionar seguridad adecuada para los civiles. En las últimas semanas, los funcionarios congoleños han logrado una mejor documentación de las atrocidades del ERS. En abril, un equipo de alto nivel de Kinshasa fue enviado a Niangara para investigar e informar sobre los crímenes del ERS contra la población civil congoleña.

"Tanto los trabajadores del mantenimiento de la paz y el Gobierno congoleño necesitan aumentar su presencia en el noreste del Congo con fuerzas preparadas para proteger a los civiles y para responder rápidamente a los ataques del ERS", dijo Van Woudenberg. "También es urgente el aumento de la asistencia humanitaria para las víctimas y los civiles que han sido obligados a huir de los ataques".

Human Rights Watch instó al gobierno de Obama y otros gobiernos donantes a trabajar con las autoridades congoleñas a fin de mejorar los sistemas de comunicación en las zonas afectadas por el ERS para permitir que las fuerzas de la paz de las Naciones Unidas y otros puedan responder rápidamente a los ataques y averiguar dónde se esconden los líderes del ERS. Esto podría incluir el financiamiento de la expansión de las redes de telefonía celular y estaciones de radio comunitarias.

Los asesinatos en la jefatura de Manziga ocurrieron tras una masacre de cuatro días en la cercana zona de Makombo, en diciembre de 2009. Los combatientes del ERS, que también operan bajo el mando de Ongwen, atacaron numerosos pueblos en una de las masacres más grande del ERS en sus 23 años de historia. Los líderes locales entrevistados por Human Rights Watch informaron que recientemente descubrieron otros 24 cuerpos producto de este ataque del ERS, con lo que el número de muertos se incrementa a por lo menos 345.

Los recientes asesinatos son parte de una vieja práctica de atrocidades y abusos por parte del ERS. Expulsado del norte de Uganda en 2005, el ERS ahora opera en la remota zona fronteriza entre el sur de Sudán, el Congo y la República Centroafricana.

En diciembre de 2008, los gobiernos de la región, encabezados por las fuerzas armadas ugandesas y con inteligencia y apoyo logístico de Estados Unidos, iniciaron una campaña militar contra el ERS en el noreste de Congo, la Operación Lightning Thunder (Trueno luminoso). Pero la campaña militar no ha logrado acabar con la violencia o capturar a los líderes del ERS.

"El gobierno de EE.UU. ha dependido del Ejército de Uganda para poner fin a la amenaza del ERS, pero esta estrategia no está funcionando", dijo Van Woudenberg. "El gobierno de Obama, junto con los gobiernos de la región y otros Estados interesados, debería volver a la mesa de diseño y desarrollar nuevas opciones de política para poner fin a la violencia del ERS, incluyendo una estrategia más efectiva para detener a los líderes del ERS implicados en atrocidades".

El 19 de mayo, los defensores de los derechos humanos en Niangara hicieron un llamado público al presidente Obama: "Vivimos cada día con el temor de que habrá más ataques por el ERS ... Sabemos que usted solo puede traer una respuesta una rápida, concreta y decisiva antes de que nuestras mujeres y niños sean exterminados".

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