Gobierno de Cuba acalla a la disidencia mediante abusos y leyes opresivas
El embargo norteamericano es "contraproducente"

(Washington, 23 de julio de 1999) — Cuarenta años después de la revolución cubana, Fidel Castro mantiene el control del país gracias a la intimidación, leyes represivas y el encarcelamiento de disidentes, denunció Human Rights Watch en un informe publicado hoy.

Cuba se destaca en el hemisferio por este tipo de violaciones a los derechos humanos: la tipificación como delito de la libre expresión y asociación, el encarcelamiento de disidentes y la negación de acceso a observadores internacionales de derechos humanos.

José Miguel Vivanco, Director Ejecutivo de la División de las Américas de Human Rights Watch


El embargo comercial norteamericano contra Cuba, con décadas de antigüedad, sólo empeora las cosas, de acuerdo al estudio de Human Rights Watch, titulado La maquinaria represiva de Cuba: Los derechos humanos cuarenta años después de la revolución. Otras políticas internacionales con respecto a Cuba que parecían más prometedoras han demostrado ser similarmente ineficaces, debido a la falta de voluntad política para implementarlas.

En el libro de Human Rights Watch se examina cómo las leyes cubanas niegan derechos fundamentales tales como la libertad de expresión, asociación y movimiento, y se describe la difícil situación de docenas de personas procesadas de conformidad con estas leyes. En el informe de 291 páginas también se exponen en detalle los malos tratos que alcanzan el nivel de tortura en las prisiones cubanas. El informe demuestra, además, que los derechos laborales son violados sistemáticamente en el sector de inversiones extranjeras, en expansión en Cuba, mediante la aplicación de leyes que prohíben la formación de sindicatos y garantizan el control estatal en la contratación de personal.

"Cuarenta años después de su llegada al poder, el gobierno de Fidel Castro sigue procesando a disidentes por la expresión pacífica de sus ideas," dijo José Miguel Vivanco, Director Ejecutivo de la División de las Américas de Human Rights Watch. "Cuba se destaca en el hemisferio por este tipo de violaciones a los derechos humanos: la tipificación como delito de la libre expresión y asociación, el encarcelamiento de disidentes y la negación de acceso a observadores internacionales de derechos humanos," agregó Vivanco.

Vivanco señaló, asimismo, que el juicio de cuatro destacados disidentes a principios de este año demostró que el gobierno de Cuba estaba decidido a acallar a cualquier costo la más mínima oposición. Señaló que los cubanos son juzgados por delitos tales como "propaganda enemiga" y "desacato a la autoridad" y que el gobierno también utiliza una disposición mal definida, conocida como "estado peligroso" para detener incluso a cubanos que no han cometido delito alguno.

En el informe de Human Rights Watch se critica también el embargo estadounidense, impuesto en 1961 como parte de los esfuerzos de Washington para derrocar a Castro. "En lugar de una herramienta calibrada que pueda responder oportuna y adecuadamente a eventuales cambios en las prácticas cubanas de derechos humanos, el embargo es una política del todo o nada," dijo Vivanco. En virtud de las leyes vigentes, el embargo no puede ser levantado—ni total ni parcialmente—hasta que un gobierno de transición, sin la presencia de Fidel Castro ni de su hermano Raúl, exista en Cuba.

El carácter indiscriminado del embargo ha provocado la condena internacional de la Asamblea General de las Naciones Unidas, del Papa Juan Pablo II y de gobiernos de todas las tendencias políticas. "El embargo se ha vuelto contraproducente para la promoción de los derechos humanos en Cuba," dijo Vivanco. "Ha dividido a la comunidad internacional y ha permitido que Fidel Castro justifique la represión con motivos antiimperialistas." En La maquinaria represiva de Cuba se demuestra también cómo las restricciones impuestas a los viajes por el embargo violan los derechos humanos.

Además de analizar cómo las leyes cubanas criminalizan la libertad de expresión y asociación, en el informe se muestra cómo la falta de independencia de los jueces y de acceso a los abogados compromete el derecho a un juicio justo. El hecho de que el gobierno no garantice los derechos al debido proceso hace que el empleo de la pena de muerte en Cuba sea especialmente preocupante, según el informe, en el que se señalan recientes fusilamientos.

Aunque el respeto a los derechos religiosos en Cuba ha aumentado en los últimos años, en el informe se concluye que existen continuas restricciones a las manifestaciones públicas de fe, al acceso de los presos a la atención pastoral y a la distribución de ayuda humanitaria por parte de grupos religiosos.

En La maquinaria represiva de Cuba se ofrecen recomendaciones detalladas al gobierno de Cuba, así como a los gobiernos de los Estados Unidos, Europa, Canadá, América Latina y el Caribe, y a los inversionistas extranjeros en Cuba.

Human Rights Watch insta a la Unión Europea y a Canadá a que asuman un papel protagónico en la promoción de los derechos humanos. "La Unión Europea ha adoptado una política sólida de derechos humanos con respecto a Cuba, sin embargo debe presionar más enérgicamente al gobierno cubano para que se produzcan reformas," señaló Vivanco. Sobre la posición de Ottawa, Vivanco agregó: "Nos satisface que Canadá haya decidido reevaluar su política de relación constructiva con La Habana, que no ha producido mejorías en derechos humanos. Instamos al gobierno canadiense a que redoble sus esfuerzos para lograr avances en derechos humanos en Cuba."

Human Rights Watch insta a la revocación o modificación de los delitos contemplados en el código penal cubano cuya tipificación viola normas internacionales de derechos humanos, entre ellos: desacato a la autoridad, salida ilegal, difamación de instituciones y organizaciones de masas y el incumplimiento del deber de denunciar. INFORME — LA MAQUINARIA REPRESIVA DE CUBA REGRESAR

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