En el mundo entero, millones de mujeres viven en condiciones de privación máxima y atentados contra sus derechos humanos fundamentales por la simple razón de ser mujeres. En conflictos bélicos, como los de Sierra Leona, Kosovo, la República Democrática del Congo, Afganistán y Ruanda, los combatientes y sus simpatizantes han violado a mujeres como arma de guerra con impunidad casi total. El maltrato hogareño de las mujeres por los hombres en Pakistán, Sudáfrica, Perú, Rusia y Uzbekistán alcanza un nivel increíble, mientras que estos gobiernos, alternativamente, se niegan a intervenir para proteger a las mujeres o a castigar los quienes las maltratan, y cuando lo hacen, es al azar y haciendo sentir culpables a las mismas víctimas. Como consecuencia directa de las desigualdades encontradas en sus países, mujeres de Ucrania, Moldova, Nigeria, la República Dominica, Burma y Tailandia, son compradas y vendidas, traficadas para trabajar en la prostitución forzada, mientras los gobiernos actúan insuficientemente para proteger sus derechos y castigar a los traficantes. En Guatemala, Sudáfrica y México, la capacidad de las mujeres para entrar y permanecer en la fuerza laboral se ve obstruida por los empleadores que excluyen las mujeres del empleo con la excusa del estado reproductivo, apoyándose en leyes laborales discriminatorias que además se aplican discriminatoriamente. En escuelas de los Estados Unidos, estudiantes discriminan y atacan a las muchachas que no se ajustan a los criterios masculinos de conducta femenina, a las lesbianas, bisexuales o transgénero. En Marruecos, Jordania, Kuwait y Arabia Saudita, las mujeres enfrentan discriminación promovida por gobiernos que las hacen desiguales ante la ley. Estos códigos incluyen leyes de familia discriminatorias que niegan la autoridad legal a las mujeres y la ponen en manos de los varones de la familia, y leyes que restringen la participación de las mujeres en la vida pública. En todo el mundo, abusos contra las mujeres son incesantes, sistemáticos y ampliamente tolerados, si no condonados explícitamente. A pesar del progreso tan real del movimiento internacional por los derechos humanos de la mujer en la identificación, a pesar del aumento de conciencia y rechazo respecto a las violaciones de los derechos humanos de las mujeres, la violencia y la discriminación contra las mujeres continúan siendo epidemias sociales a nivel global. Vivimos en un mundo en el que las mujeres no tienen el control fundamental de lo que ocurre con sus cuerpos. Millones de mujeres y niñas son obligadas a casarse y practicar el sexo con hombres a los que no desean. Las mujeres no pueden depender del gobierno para que las proteja de la violencia física en el hogar, incluido el aumento del riesgo de contagio de VIH/SIDA, con consecuencias fatales en ocasiones. Las mujeres bajo la custodia del Estado se enfrentan al acoso sexual de sus carceleros. Las mujeres son castigadas por practicar el sexo fuera del matrimonio o con una persona que elijan (en lugar de la que elija su familia). Los esposos y otros familiares varones obstruyen o dictan el acceso de las mujeres a la atención a la salud reproductiva y las mujeres en comunidades desfavorecidas o marginadas son el objetivo de las políticas coercitivas de planificación familiar practicadas por doctores y funcionarios gubernamentales. Nuestro deber como activistas es exponer estas prácticas y políticas denunciándolas como violaciones de los derechos humanos fundamentales que silencian y subordinan a las mujeres. Rechazamos las prácticas específicas legales, culturales o religiosas a través de las cuales las mujeres son sistemáticamente discriminadas y excluidas de la participación política y la vida pública, segregadas en sus vidas diarias, violadas en los conflictos armados, maltratadas en sus hogares, denegadas de igualdad de derechos al divorcio y la herencia, asesinadas por practicar el sexo, obligadas a casarse, asaltadas por no conformarse a normas de género y vendidas para trabajo forzado. Los argumentos que sostienen y excusan estos abusos contra los derechos humanos- como los de las normas culturales, los derechos "apropiados" de las mujeres o el imperialismo occidental - a penas disfrazan su verdadero significado: que la vida de la mujer se considera menos importante que la del hombre. El relativismo cultural que argumenta la ausencia de derechos humanos universales y dice que los derechos están culturalmente determinados y dependen de cada cultura, sigue constituyendo una amenaza formidable y corrosiva contra los derechos de las mujeres a la igualdad y la dignidad en todas los aspectos de sus vidas. La División de Derechos de la Mujer del Human Rights Watch lucha contra la deshumanización y la marginalización de la mujer. Promovemos la igualdad de derechos y la dignidad humana de la mujer. La realización de los derechos de la mujer es una lucha global basada en los derechos humanos universales y el Estado de Derecho. Exige que nos unamos todos en solidad para poner fin a las tradiciones, las prácticas y las leyes que perjudican a las mujeres. Es una lucha por la libertad de las mujeres para ser totalmente y completamente humanas e iguales, sin disculpa ni permiso. En última instancia, la lucha por los derechos humanos de la mujer tiene que consistir en hacer que las vidas de la mujeres sean importantes en todas partes, todo el tiempo. En la práctica, esto implica tomar medidas para prevenir y detener la discriminación y la violencia contra la mujer. México: Niegan a víctimas de violación acceso a aborto legal(Ciudad de México, 7 de marzo de 2006) – Funcionarios públicos mexicanos obstaculizan activamente el acceso a un aborto legal y seguro para víctimas de violación, y no sancionan la violación y la violencia sexual dentro y fuera de la familia, denunció Human Rights Watch en un informe publicado hoy. MÁS >> Colombia Mujeres enfrentan prisión por abortos (Nueva York, 27 de junio del 2005) En Colombia, las mujeres enfrentan prisión por hasta cuatro años y medio, incluso en casos de violación o donde su vida corre peligro. En un memorando presentado frente la Corte Constitucional de Colombia, Human Rights Watch declaró que las sanciones penales por aborto de este país no están de acuerdo con las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos, y que deberían ser declaradas inconstitucionales. MÁS >>
Human Rights Watch pide despenalización del aborto en Colombia
Argentina Límites al control natal amenazan a los dd.hh.
Decisión prohibida Acceso de las mujeres a los anticonceptivos y al aborto en Argentina
Egipto Garantizar la igualdad de derechos de la mujer ante el divorcio
Afganistán Mujeres son atacadas por intentar hacer valer sus derechos
República Dominicana Doble abuso contra mujeres con VIH
Discriminan contra mujeres viviendo con VIH en la República Dominicana
La República Dominicana Pacto comercial desprotege a las mujeres embarazadas
El Salvador Las niñas que trabajan en el servicio doméstico padecen abusos
Sentencia Sharia de apedrear a mujer nigeriana
Rusia Investigar la violencia sexual en Chechenia
Guatemala Las trabajadoras se enfrentan a la discriminación
La no ratificación del Protocolo Facultativo a la CEDAW sería "un gran retroceso para Chile"
El TLC con Estados Unidos: Un tema de mujeres
¿Cómo planificar responsablemente?
¿Test de VIH/sida?
|
Crisis en Colombia Violencia contra mujeres Sin salida: Violación de hombres en prisiones de Estados Unidos |