Al decidir sobre la suerte del general Pinochet, España estará jugando un papel de fundamental importancia en relación a la protección internacional de los derechos humanos. José Miguel Vivanco, Director Ejecutivo de la División de las Américas de Human Rights Watch

"Al decidir sobre la suerte del general Pinochet, España estará jugando un papel de fundamental importancia en relación a la protección internacional de los derechos humanos", señalo José Miguel Vivanco, Director Ejecutivo para las Américas de Human Rights Watch. "A esta encrucijada, el gobierno de España debe apoyar la causa de la justicia."

En la carta de dos páginas, Human Rights Watch—a organización no gubernamental de derechos humanos más grande con sede en Estados Unidos—felicitó al Presidente Aznar por los comentarios que hizo a la prensa que indicaron que no existirían obstrucciones al accionar de la justicia española y en particular ante un posible pedido de extradición. Al mismo tiempo, la organización se mostró gravemente preocupada por otras declaraciones del mandatario en el sentido que el procesamiento de Pinochet podría causar disturbios en transiciones a la democraci en otros países.

"Es tal la gravedad de esos crímenes que la mera sugerencia de que los mismos deberían ser dejados en la total impunidad por razones de incierta conveniencia política socava el más elemental principio de justicia" argumenta la carta.

Según la carta de Human Rights Watch, el procesamiento del Gral. Pinochet cobra fundamental importancia. La gravedad de la práctica sistemática de violaciones de derechos humanos cometidas en Chile durante la época militar, exige calificar estos hechos como crímenes de lesa humanidad y, por ende, la obligación de investigar, juzgar y condenar a los responsables de tales crímenes alcanza a todos los estados miembros de la comunidad internacional. Al mismo tiempo, la realización de la justicia en el caso Pinochet, si fuera encontrado culpable, promovería un mensaje sumamente beneficioso para la democracia y la vigencia de los derechos humanos. CARTA AL PRESIDENTE AZNAR REGRESAR