Hoy se inaugura en Berlín una importante conferencia internacional. La Conferencia para la Recuperación de Ucrania pretende generar ayuda gubernamental e inversión del sector privado para la «recuperación, reconstrucción, reforma y modernización» de Ucrania.
A algunos les parecerá un poco extraño. Después de todo, la invasión a gran escala y llena de atrocidades de Ucrania por parte de Rusia sigue su curso, y la destrucción continúa. Por lo tanto, puede parecer un poco prematuro hablar de reconstrucción.
Pero nunca es demasiado pronto para planificar el futuro, y cuando se trata de los niños y su educación, el futuro es ahora: las necesidades existen hoy, con guerra o sin ella.
El impacto de la invasión rusa en el sistema educativo de Ucrania ha sido enorme. Human Rights Watch ha documentado grandes daños y destrucción en escuelas y centros preescolares a causa de los ataques, así como de las fuerzas rusas que ocuparon, saquearon y destrozaron los centros educativos. El gobierno ucraniano afirma que más de 3.790 instituciones educativas han resultado dañadas o destruidas.
Los donantes reunidos en Berlín esta semana deberían dar prioridad a la ayuda para reconstruir las escuelas dañadas y hacerlas accesibles a los niños.
Sin embargo, conseguir que los edificios vuelvan a funcionar es sólo una parte de lo que se necesita.
Los daños sufridos por las escuelas y los riesgos que corren los alumnos han empujado a Ucrania a adoptar en muchos casos la enseñanza a distancia. Pero muchos padres y niños siguen careciendo de los dispositivos y la conectividad necesarios para el aprendizaje a distancia.
La conferencia de Berlín también debería abordar esta cuestión y contribuir a que los niños y los profesores dispongan de las herramientas y la tecnología que necesitan.
Y una cosa más. Ucrania sigue sufriendo el legado de la era soviética de institucionalizar a los niños considerados discapacitados o procedentes de entornos socioeconómicos desfavorecidos. El gobierno ucraniano ha elaborado una detallada hoja de ruta para la desinstitucionalización, y los recientes fondos de reconstrucción de la UE incluyen planes para construir hogares de acogida para miles de niños.
La nueva financiación de la conferencia de Berlín debería aprovechar este impulso para sacar a los niños de las instituciones.
La invasión rusa continúa, la guerra no ha terminado y cabe esperar nuevas atrocidades. Pero la reconstrucción de Ucrania ya ha comenzado, y quienes se reúnen en Berlín esta semana deben tener presente que el futuro del país está en sus niños.