(Londres) – Ninguna de las partes en conflicto de Somalia ha conseguido proteger a los niños somalíes de los enfrentamientos o evitar que se sumen a sus tropas, señaló Human Rights Watch en un informe difundido hoy. El grupo insurgente islamista Al-Shabaab ha reclutado progresivamente a niños con fines de combate, matrimonio forzado y violación sexual, y ha atacado a docentes y escuelas, expresó Human Rights Watch.
“Para los niños y niñas de Somalia, ningún sitio es seguro”, afirmó Zama Coursen-Neff, subdirectora de la división de Derechos del Niño de Human Rights Watch. “Los rebeldes de Al-Shabaab han secuestrado a niños de sus hogares y escuelas para usarlos en combates, violarlos u obligarlos a contraer matrimonio”.
El informe de 104 páginas,“No Place for Children: Child Recruitment, Forced Marriage, and Attacks on Schools in Somalia” (“Un sitio no apto para niños: Reclutamiento infantil, matrimonio forzado y ataques contra escuelas en Somalia”), describe las prácticas de reclutamiento ilícito y otras transgresiones del derecho de guerra que afectan desde 2010 a niños y niñas por parte de todas las facciones del conflicto en Somalia. El informe se preparó a partir de más de 164 entrevistas a niños somalíes, incluidos 21 que habían logrado escapar de las fuerzas de Al-Shabaab, así como a padres y docentes que huyeron a Kenia.
Human Rights Watch instó a todas las partes del conflicto, incluido el Gobierno Federal de Transición de Somalia y las fuerzas de la Unión Africana (AMISOM) que luchan contra Al-Shabaab, a liberar a todos aquellos niños soldados que integren actualmente sus filas, a proteger a los niños que hayan estado vinculados anteriormente con facciones armadas y a salvaguardar a escuelas, docentes y estudiantes frente a los ataques.
Luego de que el conflicto en Somalia se agravara durante 2010 y 2011, Al-Shabaab ha intensificado el reclutamiento de niños, algunos de tan sólo 10 años, para reforzar sus tropas, cada vez menos numerosas. Luego de varias semanas de arduo entrenamiento, los niños reclutados por Al-Shabaab son enviados al frente, donde sirven como “carne de cañón” para proteger a soldados adultos, según comprobó Human Rights Watch. Otros han sido obligados a inmolarse en atentados suicidas. En 2010, un niño de 15 años contó a Human Rights Watch: “De todos mis compañeros de escuela –cerca de 100 niños– tan sólo dos logramos escapar; el resto fueron asesinados. Los niños fueron eliminados. Todos los niños murieron, mientras que los soldados de mayor edad escaparon”.
Al-Shabaab también ha secuestrado a niñas para tareas domésticas y para servir en el frente, o para convertirlas en esposas de soldados de Al-Shabaab. Las familias que tratan de impedir que sus hijos sean reclutados o secuestrados por Al-Shabaab, o los niños que intentan escapar, se enfrentan a graves consecuencias, incluida la muerte.
El ejército del Gobierno Federal de Transición y las milicias alineadas con este cuentan con niños soldados entre sus filas, a pesar del compromiso asumido por funcionarios somalíes desde fines de 2010 de poner fin al reclutamiento y uso de niños, indicó Human Rights Watch. Hasta el momento, el Gobierno Federal de Transición no ha conseguido que ningún responsable rinda cuentas por estos abusos. Además, ha detenido a niños que se consideran partidarios de Al-Shabaab en vez de brindarles protección y asegurar su rehabilitación, como lo exigen las normas internacionales.
“Los abusos aberrantes perpetrados por Al-Shabaab no justifican la decisión del Gobierno Federal de Transición de usar a niños como soldados”, afirmó Coursen-Neff. “El Gobierno Federal de Transición debería cumplir su compromiso de abandonar el reclutamiento de niños para el combate, y sancionar a quienes incurran en esta práctica. Los gobiernos que apoyan al Gobierno Federal de Transición deberían dejar en claro que estos abusos no serán tolerados”.
Las transgresiones del derecho de guerra por Al-Shabaab incluyen ataques contra escuelas, docentes y estudiantes, señaló Human Rights Watch. Este grupo armado ha desplegado a sus soldados y su armamento en escuelas, que a menudo albergan a numerosos estudiantes, y ha usado a los niños como “escudos humanos”. Varios estudiantes aterrorizados contaron a Human Rights Watch que fueron encerrados en escuelas a la espera de un contraataque, muchas veces indiscriminado, por parte de las fuerzas del Gobierno Federal de Transición y la Unión Africana.
En algunas escuelas ubicadas en zonas bajo su control, los oficiales de Al-Shabaab han reclutado a niños y docentes y han impuesto su rigurosa interpretación del islam como parte del programa académico. Docentes y estudiantes dijeron a Human Rights Watch que Al-Shabaab prohibió asignaturas como inglés, ciencias y otras materias, e incluso asesinó a docentes que se resistían a las medidas. Como resultado de esto, muchas escuelas han cerrado sus puertas, luego de que algunos docentes huyeran y numerosos niños dejaran de asistir a clase. Las escuelas que aún continúan abiertas dejaron de dar clases o no imparten ningún tipo de educación relevante.
Human Rights Watch también instó al Gobierno Federal de Transición, sus milicias aliadas y a las tropas de la Unión Africana a identificar las escuelas ubicadas en áreas donde llevan a cabo operaciones militares, incluidas aquellas en las afueras de Mogadiscio, para minimizar el riesgo al cual están expuestas.
Quienes apoyan al Gobierno Federal de Transición en el ámbito internacional, como las Naciones Unidas, la Unión Europea, la Unión Africana y Estados Unidos, no han prestado suficiente atención a las violaciones de derechos humanos cometidas por el gobierno, que incluyen el reclutamiento y uso de niños para el combate, afirmó Human Rights Watch.
Human Rights Watch instó a gobiernos e instituciones intergubernamentales, incluidos los estados de la región, a que incorporen la protección de los niños y otros temas de derechos humanos en un lugar prioritario en su agenda cuando se reúnan en Londres para debatir sobre la crisis en Somalia el 23 de febrero de 2012. Deberían reforzar el apoyo a la vigilancia y la denuncia de problemas de derechos humanos, y aprovechar cualquier posibilidad de presión que tengan sobre las partes en el conflicto para proteger a los niños y garantizar su acceso seguro a la educación.
“Si los líderes mundiales que se reúnen en Londres tienen interés en abordar el futuro de Somalia, es crucial que adopten medidas para proteger a esta generación de niños diezmados frente a nuevos horrores y que inviertan en su educación y seguridad”, manifestó Coursen-Neff.
Selección de testimonios del informe:
“Mi amigo de 13 años estaba en mi clase. Cuando los de Al-Shabaab intentaron llevarlo al campamento, les dijo que era el único hijo que tenía su madre. Le dijeron que moriría incluso antes de que pudiera dar una explicación. Lo golpearon de un culatazo y se lo llevaron de la clase por la fuerza. El docente intervino y los miembros de Al-Shabaab lo acusaron de convencer a los niños para que no fueran. Entonces le dispararon en frente de toda la clase”. – Relato de un joven de 15 años sobre un asesinato ocurrido en 2012 en El Ashabiya.
“Luego nos llevaron a combatir. El enfrentamiento era entre Al-Shabaab y el Gobierno Federal de Transición. Todos los niños más pequeños fueron puestos en la primera línea de combate. Yo estaba entre ellos. Varios de los niños más pequeños fueron asesinados, entre ellos algunos de mis compañeros de escuela. De todos mis compañeros –cerca de 100 niños– solamente dos logramos escapar, mientras que al resto los mataron. Los niños fueron eliminados. Todos los niños murieron, mientras que los soldados de mayor edad escaparon”. – Joven de 15 años que fue reclutado por miembros de Al-Shabaab en su escuela en Mogadiscio, a mediados de 2010.
“A mediados de 2010, Al-Shabaab me sacó de mi casa. Controlaban todo el barrio, y me encerraron en una vivienda. Me dijeron ‘Vamos a casarte con nuestro líder’. Estuve en esa casa durante un mes. Lloraba día y noche. Entonces les dije que debían preguntarle a mi padre. Cuando me liberaron, le dije a mi madre que no quería casarme. Luego de eso fui a vivir con mi abuela en otro barrio controlado por el Gobierno Federal de Transición, Hamer Wayne. Y después vinieron a nuestra casa y se llevaron a mis dos hermanos”. –Joven de 16 años de Bondhere, Mogadiscio.
“Me preocupaba cuando estaban en el colegio. Todos los días uno se preocupa de que tu hijo haya sido reclutado o que tu hija haya sido secuestrada. Cada día que tus hijos regresan te sientes agradecida. Todos los días se producían incidentes en la escuela”.– Madre cuya hija de 17 años fue llevada por Al-Shabaab de su escuela Bakara, Mogadiscio, durante el horario de receso.
“Un día los de Al-Shabaab entraron a mi escuela y subieron al primer piso. Disparaban sus grandes armas desde la escuela... Entre 15 y 20 miembros de Al-Shabaab entraron al primer piso y comenzaron a disparar. Cerraron la puerta y permanecimos en el aula. Estuvimos encerrados desde las 10 u 11 a.m. hasta las 6 p.m. Durante ese tiempo, los enfrentamientos no cesaron. Sentimos los contraataques pero la escuela no sufrió ningún impacto; todo cayó a nuestro alrededor”. – Relato ofrecido por un estudiante de 18 años de Hawlwadag, Mogadiscio, sobre un incidente ocurrido en octubre de 2010.