La crisis climática mundial nos afecta a todos, pero a algunos más que a otros.
Los trabajadores migrantes de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), por ejemplo, se enfrentan a una especie de triple impacto.
En primer lugar, a menudo trabajan en condiciones de calor extremo sin protección adecuada, y la región es cada vez más calurosa: las proyecciones climáticas indican que los extremos de calor en verano se intensificarán. El calor extremo es un grave peligro para la salud. Puede ser mortal o tener consecuencias para toda la vida. El calor también puede afectar a la función cognitiva, aumentando el riesgo de lesiones en el lugar de trabajo.
En segundo lugar, los trabajadores inmigrantes en los EAU son a menudo víctimas de graves abusos laborales, como el robo de salarios y las exorbitantes tasas de contratación, lo que reduce su capacidad de enviar dinero a sus familias en su país de origen.
Estas remesas han sido durante mucho tiempo una fuente de ingresos clave para los familiares de los trabajadores migrantes, pero estas transferencias de dinero pueden adquirir una importancia aún mayor en situaciones de emergencia, como los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el clima.
Y los trabajadores inmigrantes de los EAU proceden a menudo de países vulnerables al clima, como Bangladesh, Nepal y Pakistán. Por ello, los abusos laborales que roban dinero de los bolsillos de los trabajadores pueden generalizar aún más la crueldad.
En tercer lugar, EAU es uno de los mayores productores de petróleo del mundo y uno de los mayores emisores per cápita de gases de efecto invernadero. Junto con otros emisores históricos, los EAU están alimentando la crisis climática, que es fundamental para los otros dos problemas.
Por supuesto, si se respetaran los derechos de los trabajadores inmigrantes, que constituyen el 88% de la población emiratí, podrían mejorar las cosas. Pero los EAU prohíben los sindicatos, lo que inhibe la capacidad de los trabajadores para exigir cosas como una mayor protección laboral. Y con el sistema de kafala, los visados de los trabajadores están vinculados a sus empleadores, lo que los hace muy dependientes y vulnerables.
Tal vez los representantes de los gobiernos que asisten a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) podrían sacar a relucir estas cuestiones de derechos laborales y recordar a todos su relación con la crisis climática.
La COP28 comienza esta semana. En los EAU.