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Francia debe actuar para erradicar la violencia y el acoso en el trabajo

Nueva campaña de Human Rights Watch insta a acelerar las reformas

(París) – Francia, que se propone asumir un rol de liderazgo en materia de igualdad de género a nivel mundial, debe acelerar las medidas orientadas a erradicar la violencia de género y el acoso en el trabajo dentro del país, señaló hoy Human Rights Watch.

El 15 de diciembre de 2020, Human Rights Watch inició una campaña para instar a Francia a combatir el acoso sexual y la violencia en el trabajo acelerando la ratificación del Convenio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre la violencia y el acoso de 2019 y llevando a cabo reformas sobre la materia en el país. El gobierno francés debe trabajar en estrecha consulta con las organizaciones de trabajadores y con los empleadores para estudiar las protecciones que existen a nivel nacional e identificar las reformas que sean necesarias.

“Ratificar el Convenio de la OIT sobre la violencia y el acoso es una oportunidad excelente para que el presidente Macron lleve a la práctica el compromiso asumido por Francia de convertirse en defensor mundial de la igualdad de género”, apuntó Nisha Varia, directora de Incidencia sobre Derechos de la Mujer de Human Rights Watch. “El gobierno francés debe iniciar rápidamente un diálogo con los actores sociales, incluidas organizaciones de trabajadores y empleadores, para que la ratificación esté acompañada de un cambio concreto en la legislación y la práctica en el país”.

Francia fue uno de los primeros países que se comprometió a impulsar la ratificación cuando se adoptó el tratado el 21 de junio de 2019, y el Ministerio de Trabajo reiteró su compromiso el 25 de noviembre de 2020. Francia es coanfitrión del Foro Generación Igualdad, que procura establecer una ambiciosa agenda a 10 años y un marco de rendición de cuentas para la igualdad de géneros. 

Los sindicatos y las organizaciones de la sociedad civil , incluidas la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (Confédération Française Démocratique du Travail, CFDT), la Confederación General del Trabajo (Confédération Générale du Travail, CGT), Action-Aid Peuples Solidaires (ActionAid France) y CARE France, han impulsando campañas para instar a la pronta ratificación y a que se implementen las reformas nacionales correspondientes.

Estas reformas incluyen establecer protecciones para las víctimas de violencia doméstica y cerciorarse de que las empresas multinacionales aborden la violencia y el acoso en sus cadenas de suministro. CARE señaló que varias empresas francesas expresaron su apoyo al tratado, entre ellas L’Oréal, BNP Paribas, BBDO France, Sodexo y Kering.

Francia prohíbe el acoso sexual en el código penal y en el código laboral. Human Rights Watch señaló que, a través de un análisis jurídico nacional, se podría apreciar con mayor claridad en qué medida el marco legal de Francia es acorde con los estándares mínimos del tratado de la OIT, las pautas expresadas en la Recomendación 206 y sus mejores prácticas emergentes.

La pandemia de COVID-19 pone de manifiesto la importancia de los estándares del convenio. La pérdida de empleos y la recesión ejercen presión sobre los trabajadores desesperados por conservar sus puestos de trabajo, lo que hace más difícil que denuncien situaciones de abuso. En Francia, la pandemia contribuyó a un aumento del 36 % en los casos de violencia doméstica denunciados durante las restricciones establecidas por el confinamiento entre marzo y mayo de 2020. El convenio y la Recomendación 206 que lo complementa incluyen pautas para los empleadores y los gobiernos relativas a protecciones, a fin de que las víctimas de violencia de género, incluidas las de violencia doméstica, puedan actuar para preservar su seguridad sin temor a perder sus empleos.

Un informe de Human Rights Watch publicado en junio destaca las principales obligaciones impuestas a los gobiernos en el tratado y algunos aspectos de leyes y políticas de distintos países que son un reflejo de la implementación de prácticas alentadoras. Los países que lo ratifican aceptan adecuar sus leyes nacionales a los estándares del tratado, y la OIT los evaluará periódicamente para determinar si cumplen con lo asumido.

Un informe del Banco Mundial de 2020 concluyó que 50 de 190 economías no habían adoptado disposiciones jurídicas específicas que prohíban el acoso sexual en el trabajo. Human Rights Watch ha documentado incidentes de violencia y acoso en el trabajo en todo el mundo, en sectores como agricultura, trabajo doméstico, educación, pesca, industria de la indumentaria, salud, periodismo, minería, administración pública y fuerzas armadas.

El tratado exige a los gobiernos mantener leyes nacionales integrales contra el acoso y la violencia en el trabajo, y prevenir los abusos mediante campañas de información y medidas especiales para los sectores de alto riesgo. También requiere que haya medidas de control de cumplimiento, como inspecciones e investigaciones, y que las víctimas tengan acceso a recursos, incluidos los sistemas de presentación de denuncias, las garantías para los terceros denunciantes, servicios pertinentes e indemnizaciones.

Uruguay, Fiyi y Namibia fueron los tres primeros países en ratificar el tratado, y se ha aprobado una ley de ratificación en ambas cámaras del Congreso de Argentina, que ahora deberá ser refrendada por el presidente. Varios otros países, incluidos Bélgica, Francia, Finlandia, Islandia, Irlanda, Italia, Filipinas, Sudáfrica y Uganda, han expresado que están dispuestos a ratificar el convenio.

Hace más de tres años, la larga lucha contra la violencia de género cobraba una nueva visibilidad pública cuando se hizo viral el hashtag #MeToo, acuñado por la activista estadounidense Tarana Burke. Millones de personas de todo el mundo se pronunciaron a favor de cambiar el statu quo, encender el debate público y movilizarse a favor del cambio.

“Garantizar la seguridad de las mujeres en el trabajo no es un asunto secundario y requiere atención prioritaria de los gobiernos, los empleadores y del público”, indicó Varia. “En 2021, se dan las condiciones para acelerar las acciones en este sentido, e instamos a todos a hacer su parte para avanzar con el movimiento #MeToo”.

Información adicional acerca del Convenio de la OIT sobre la violencia y el acoso. El tratado:

  • Se aplica, entre otros, a trabajadores, aprendices, trabajadores que han sido despedidos, personas en busca de empleo y postulantes a un empleo del sector formal e informal, y del ámbito público y privado.
  • Prevé el requisito de abordar la violencia y el acoso que involucre a terceros, como clientes, proveedores de servicios, pacientes en contextos de atención de la salud o estudiantes en ámbitos educativos.
  • Reconoce que la violencia y el acoso pueden ocurrir también fuera del espacio físico de trabajo, e incluye otras actividades vinculadas con el trabajo como los trayectos desde y hacia el trabajo y los eventos laborales que se desarrollan fuera del lugar de trabajo.
  • Obliga a los gobiernos a cerciorarse de que los empleadores cuenten con políticas para el lugar de trabajo y medidas de prevención sobre violencia y acoso.
  • Exige que los países identifiquen sectores y acuerdos laborales que agravan la vulnerabilidad de los trabajadores frente a situaciones de violencia y acoso, como el trabajo doméstico, el trabajo en el sector de la indumentaria y el empleo precario, incluidos los contratos a corto plazo y la economía del trabajo esporádico en plataformas (“gig” economy).
  • Aborda específicamente la violencia de género, incluida la intersección entre violencia doméstica y trabajo, así como los pasos que deben dar los gobiernos, lo que incluye las protecciones para que las personas sobrevivientes de hechos de violencia doméstica puedan obtener ayuda sin perder su trabajo.

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