Los incendios forestales de Canadá han provocado cielos desagradablemente brumosos y aire insalubre en amplias zonas de Norteamérica. La calidad del aire en Canadá es pésima y, en algunas zonas, una de las peores del mundo. El humo de los incendios forestales es perjudicial para la salud humana y otras formas de vida, y es un problema que se agrava debido a la crisis climática. La sequía, por ejemplo, puede facilitar que los bosques se incendien y que el fuego se propague.
Esto es una mala noticia para las embarazadas en Canadá, donde los incendios también han obligado a la gente a abandonar sus hogares, así como en Nueva York, Washington DC y otras zonas afectadas por la bruma. La salud materna, incluido el desarrollo fetal, es especialmente vulnerable a la contaminación atmosférica. Los estudios relacionan la contaminación atmosférica con el bajo peso al nacer, la mortinatalidad y enfermedades graves para la salud materna, como la hipertensión y la diabetes gestacional. Las repercusiones de las minúsculas partículas PM 2,5 del humo de los incendios forestales y otros tipos de contaminación atmosférica -incluida la procedente de combustibles fósiles y operaciones petroquímicas- en las tasas de nacimientos prematuros son tan conocidas que un experto tuiteó que no necesitamos más estudios, sino acción.
Una investigación de Human Rights Watch y Nurturely, un grupo de derechos perinatales de Oregón, muestra que la situación económica es un factor importante a la hora de determinar quién está expuesto al humo de los incendios forestales. A las personas más ricas, con purificadores de aire, casas bien construidas y flexibilidad sobre cuándo y dónde trabajan, les va mejor que a las personas con rentas bajas, como los trabajadores inmigrantes, ya que muchas de ellas suelen trabajan al aire libre y no tienen otra opción que viviendas de mala calidad.
En todo Estados Unidos están aumentando las tasas de nacimientos prematuros. Son aproximadamente el doble para las mujeres negras que para las blancas. Las comunidades negras se enfrentan a una contaminación atmosférica peor que otras, y también pueden ser más vulnerables a la contaminación debido al racismo sistémico.
El gobierno de Biden y el Congreso tomaron medidas para hacer frente a la crisis climática el año pasado, entre ellas la promulgación de la Ley de Reducción de la Inflación. Sin embargo, algunos legisladores sugirieron importantes disposiciones sobre salud materna que no se incorporaron a la legislación, como en la "Ley de protección de madres y bebés frente al cambio climático". Estas disposiciones habrían ayudado a establecer protecciones frente a la crisis climática para las embarazadas más expuestas, entre otras cosas procurando más recursos para las trabajadoras de primera línea en los partos, como las doulas (Mujeres dedicadas a una familia que, además, asistían durante el parto y postparto de la mujer). El proyecto de ley se ha vuelto a presentar este año en el Congreso.
El Congreso debería aprobar este proyecto de ley. El humo de los incendios forestales en la capital estadounidense debería recordar a los legisladores que la contaminación atmosférica ha sido durante mucho tiempo una cuestión de justicia reproductiva en gran medida ignorada y parte de la crisis de salud materna en Estados Unidos.
