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Productos de aprendizaje en línea permitieron la vigilancia de niños, niñas y adolescentes

La evidencia muestra que 48 gobiernos recomendaron productos inseguros durante la pandemia

© Andrea Devia Nuño, Hero Studios

(Nueva York) – La inmensa mayoría de los productos de tecnología educativa (EdTech) que avalaron 49 gobiernos de los países más poblados del mundo y que revisó Human Rights Watch parecían haber vigilado o haber tenido la capacidad de vigilar a niños, niñas y adolescentes de formas que pusieron en riesgo o vulneraron sus derechos, señaló Human Rights Watch en el día de hoy. Human Rights Watch presentó evidencias técnicas y perfiles de privacidad de fácil visualización sobre 163 productos de EdTech que se recomendaron para el aprendizaje de niños, niñas y adolescentes durante la pandemia.

De los 163 productos analizados, 145 (el 89 %) vigiló a los menores, o tuvo la capacidad de vigilarlos, incluso fuera del horario de clases, inmiscuyéndose en lo más íntimo de sus vidas. Se determinó que muchos productos recopilaban información de niños y niñas, incluyendo quiénes son, dónde están y qué hacen en el aula, quiénes son sus familiares y amigos y qué tipo de dispositivos podían adquirir sus familias para que usaran en el aprendizaje en línea. Esta evidencia sirvió de base para la elaboración del informe “‘¿Cómo se atreven a husmear en mi vida privada?’: Violaciones a los derechos de niños, niñas y adolescentes por gobiernos que avalaron el aprendizaje en línea durante la pandemia de Covid-19”, que se dio a conocer el 25 de mayo de 2022.

“En general no se informó a niños, padres ni docentes sobre estas prácticas de vigilancia de datos que descubrimos en las aulas virtuales de los niños”, dijo Hye Jung Han, investigadora y defensora sobre derechos de niños y niñas y tecnología de Human Rights Watch. “Al entender cómo estas herramientas de aprendizaje en línea manejaron la privacidad de sus hijos, las personas tienen mayor capacidad de exigir que se proteja a sus hijos en Internet”.

Pocos gobiernos constataron si los productos de tecnología educativa que se apresuraron a avalar durante la pandemia de Covid-19 eran seguros para los niños. Muchos gobiernos pusieron en riesgo o directamente violaron los derechos de niños, niñas y adolescentes. De los 42 gobiernos que brindaron educación en línea para menores, diseñando y ofreciendo sus propios productos EdTech, 39 desarrollaron productos que administraban los datos personales de niños, niñas y adolescentes y pusieron en riesgo o vulneraron sus derechos.

Human Rights Watch comprobó que este monitoreo de datos se produjo en entornos educativos donde los menores no podían cuestionar razonablemente tal vigilancia. La mayoría de las compañías de EdTech no permitieron que los estudiantes se negaran a ser rastreados y gran parte de estas acciones de monitoreo se produjeron de manera secreta, sin el conocimiento ni el consentimiento del alumno o su familia. En la mayoría de los casos, fue imposible para los niños excluirse de esa vigilancia sin tener que renunciar a la educación formal durante la pandemia.

La evidencia incluye perfiles sobre privacidad de fácil visualización, que han sido diseñados para padres, docentes y otros usuarios con el fin de ayudarles a entender cómo los productos de EdTech que recomendaron los gobiernos pueden haber tratado los datos de los menores y su privacidad al momento del análisis. Human Rights Watch invita a expertos, periodistas, responsables de políticas y lectores a poner a prueba y usar los datos y evidencias técnicas.

Human Rights Watch ha iniciado una campaña global, #StudentsNotProducts (EstudiantesNoMercancia), que reúne a padres, profesores, niños y aliados para exigir protecciones para los niños, niñas y adolescentes en línea.

“Los niños, niñas y adolescentes no tienen precio, no son mercancía”, expresó Han. “Los gobiernos deberían adoptar y hacer cumplir leyes sobre protección de datos para que cese la vigilancia de niños, niñas y adolescentes por parte de actores que no tienen como prioridad proteger el bienestar del niño”.

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