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Las voces de las personas con discapacidad deberían ser escuchadas en las elecciones de Estados Unidos

Urnas y papeletas inaccesibles podrían privar a millones de personas del derecho al voto

Una mujer sale de la escuela primaria Beethoven tras participar en la votación anticipada en Chicago, el 15 de octubre de 2020.   © 2020 AP Photo/Charles Rex Arbogast

Aproximadamente 38.3 millones de personas con discapacidad, casi el equivalente de toda la población de California, son elegibles para votar en las próximas elecciones de Estados Unidos. Esto incluye a 5.4 millones de votantes negros y 4.1 millones de latinos con discapacidad. Sin embargo, los obstáculos que enfrentan para votar pueden hacer que sus voces no sean escuchadas.

La Ley sobre Estadounidenses con Discapacidades (ADA, por sus siglas en inglés) y otras leyes requieren que los lugares de votación para las elecciones federales de EE.UU. sean accesibles para todos los votantes. Eso incluye accesibilidad física, accesibilidad en las comunicaciones y modificaciones razonables para adaptarse a requisitos individuales. Los colegios electorales también deben contar con un sistema accesible para emitir votos que garantice un voto privado e independiente. Pero muchos centros de votación no cumplen con estos estándares. Un informe sobre los colegios electorales después de las elecciones de 2016 encontró que casi el 60 por ciento tenía al menos una barrera de accesibilidad, una mejora sobre el 73 por ciento en 2008, pero aún lejos de donde debería estar el país 30 años después de la aprobación de la ADA.

La pandemia de COVID-19 trae nuevas dificultades. Durante las primarias de primavera, los funcionarios electorales redujeron el número de centros de votación, lo que obligó a las personas a desplazarse más lejos para llegar a ellos. El transporte público accesible sigue siendo limitado. Las largas filas de espera pueden impedir el voto para quienes no pueden esperar al aire libre o en la fila durante largos períodos, y para quienes corren un mayor riesgo de contraer una enfermedad grave por el COVID-19.

La expansión del voto por correo y en línea ha aumentado las oportunidades de voto para muchas personas con discapacidades. Por ejemplo, Virginia permite que las personas ciegas o con problemas de visión utilicen papeletas electrónicas compatibles con la tecnología de asistencia del lector de pantalla. Pero la boleta aún debe imprimirse y enviarse por correo, un desafío o una imposibilidad para algunos. Durante las primarias de primavera de Arizona,  nos enteramos de que los funcionarios electorales del condado de Maricopa habían distribuido tabletas de votación electrónica entre los votantes con discapacidades o con factores de riesgo de COVID-19. Luego utilizaron un portal en línea para ayudar a las personas a manejar el proceso de voto electrónico.

Sin embargo, en los estados sin opciones electrónicas, algunos votantes podrían tener que renunciar a su derecho a un voto privado, o no votar en absoluto si no pueden escribir a mano o firmar una boleta por correo, o no pueden leer fácilmente una boleta estándar debido a una discapacidad visual, intelectual o de otro tipo.

En unos comicios con muchas preocupaciones por el voto, los estados deberían tomar medidas para asegurar que las voces de las personas con discapacidad sean escuchadas y que sus votos sean contados.

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