(Beirut) – El sistema de educación pública del Líbano discrimina a los niños con discapacidad, dijo Human Rights Watch en un informe publicado hoy. A estos niños a menudo se les niega la admisión a las escuelas debido a su discapacidad. Y aquellos que logran matricularse, descubren que la mayoría de las escuelas no toman medidas razonables para proporcionarles una educación de calidad. Muchos niños con discapacidad en el Líbano asisten a instituciones que no tienen el mandato de proporcionar educación, o sencillamente no reciben ningún tipo de educación.
El informe de 75 páginas, “‘I would like to go to school’: Barriers to Education for Children with Disabilities in Lebanon,” (“‘Me gustaría ir a la escuela’: obstáculos a la educación para niños con discapacidad en el Líbano”), revela que aunque la ley libanesa prohíbe que las escuelas discriminen a los niños con discapacidad, las escuelas públicas y privadas excluyen a muchos niños con discapacidades. Para aquellos que logran matricularse, las escuelas a menudo carecen de adaptaciones razonables, como modificaciones al entorno del aula de clases y los planes de estudios, o de métodos de enseñanza para abordar las necesidades de los niños. Las escuelas también requieren que las familias de los niños con discapacidad paguen tasas y gastos adicionales que, de hecho, son discriminatorios.
“Las prácticas de admisión discriminatorias están privando a los niños libaneses con discapacidad de recibir una educación”, señaló Lama Fakih, directora adjunta para Medio Oriente de Human Rights Watch. “Sin una opción real para obtener una educación inclusiva de calidad, miles de niños con discapacidades quedan rezagados”.
Bajo las leyes tanto libanesas como internacionales, todos los niños deberían tener acceso a una educación de calidad sin discriminación. La Ley Nº 220 del Líbano, aprobada en 2000, garantiza a todas las personas con discapacidad el derecho a la educación y a otros servicios, sin embargo no se está poniendo en práctica, como pudo comprobar Human Rights Watch. El camino educativo de los niños con discapacidad en el Líbano está plagado de escollos logísticos, sociales y económicos que hacen que, a menudo, enfrenten una experiencia escolar comprometida, si es que siquiera pudieron llegar a matricularse.
Human Rights Watch entrevistó a más de 200 niños con discapacidad y sus familias, funcionarios del gobierno, expertos en derechos de las personas con discapacidad y personal docente, y visitó 11 escuelas públicas y privadas, 17 instituciones y 6 proveedores de servicios.
Las familias dijeron que las autoridades escolares alegaron varias razones, a veces inhumanas, para negar la admisión de sus hijos. “Aunque la exclusión no sea una política, se ha convertido en una costumbre”, señaló un experto en derechos de personas con discapacidad.
Pocas escuelas en el Líbano son físicamente accesibles y el gobierno no hace muchos esfuerzos para llevar a cabo adaptaciones que los niños podrían necesitar para prosperar. Human Rights Watch descubrió en casi todos los casos que los maestros y administradores escolares carecían de formación en educación inclusiva y que las escuelas no disponían de fondos para proporcionar suficiente personal, en particular ayudantes para brindar apoyo directo a uno o más niños. La educación inclusiva implica que los niños con discapacidad estudien en las escuelas de su comunidad con un apoyo razonable para alcanzar logros académicos y de otro tipo.
“Estamos haciendo lo que podemos”, dijo un maestro. “No tenemos los recursos ni las herramientas que necesitamos”.
Para los niños que no pueden matricularse en las escuelas, hay 103 instituciones especializadas financiadas por el Ministerio de Asuntos Sociales que sirven como alternativa para los niños con discapacidad. Sin embargo, los recursos educativos en muchas de estas instituciones son de mala calidad. Y la falta de monitoreo, los mecanismos de evaluación deficientes y la escasez de recursos apropiados generan serias preocupaciones sobre si estas instituciones cumplen con el derecho de los niños a la educación.
Las condiciones en algunas de las instituciones son problemáticas, descubrió Human Rights Watch. En dos de las instituciones residenciales visitadas no había separación entre los niños y los residentes adultos, lo que se traduce en una falta de privacidad y una supervisión inadecuada. En muchos casos, la distancia y el costo del transporte hacen que muchos niños terminen pasando la noche en estas instituciones, separándolos en la práctica de sus familias y comunidades durante períodos de tiempo considerables.
No hay datos claros sobre el número total de niños con discapacidad en el Líbano ni sobre cuántos asisten a la escuela. De los 8.558 libaneses de 5 a 14 años registrados en el Ministerio de Asuntos Sociales como niños con discapacidad, 3.806 se encuentran en instituciones financiadas por el gobierno, y algunos otros están distribuidos entre escuelas públicas y privadas.
Sin embargo, otros datos plantean la preocupación de que decenas de miles de niños libaneses con discapacidad puedan ser excluidos del registro oficial de discapacidad del Líbano. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial estiman que el 5% de las personas menores de 14 años tiene una discapacidad, lo que arrojaría una estimación conservadora del número de niños libaneses de entre 5 y 14 años con una discapacidad de 40.000.
En los últimos años, el gobierno libanés ha dado pasos en la dirección correcta. El Ministerio de Educación ha realizado algunos esfuerzos para incluir a los niños con discapacidades de aprendizaje en las escuelas públicas. También está planificando un programa piloto para 2018 según el cual 30 escuelas públicas incluirán a niños con discapacidades de aprendizaje y 6 matricularán a niños con discapacidades visuales, auditivas, físicas e intelectuales moderadas.
El derecho a la educación se aplica a todos los niños, incluidos aquellos con discapacidad. Como Estado parte en las Convenciones sobre los Derechos del Niño y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el Líbano está obligado a proporcionar educación primaria obligatoria gratuita y acceso a la educación secundaria sin discriminación a todos los niños. La educación inclusiva beneficia a todos los estudiantes, no sólo a los estudiantes con discapacidad. Un sistema que satisfaga las diversas necesidades de todos los estudiantes beneficiaría a todos y es un medio para lograr una educación de alta calidad y puede promover una sociedad más inclusiva.
Los obstáculos que enfrentan los niños con discapacidad no son exclusivos del Líbano. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) estima que más de un tercio de los 121 millones de niños en edad primaria y secundaria que no asisten a la escuela en todo el mundo son niños con discapacidad.
El gobierno libanés debería implementar y hacer cumplir la legislación vigente sobre derechos de las personas con discapacidad, dijo Human Rights Watch. El Ministerio de Educación debería proporcionar educación inclusiva en todas sus escuelas de forma que se logre la máxima inclusión de niños con discapacidad en las escuelas públicas y privadas convencionales, lo que incluye la adaptación de los planes de estudios y la contratación de personal con experiencia. El Ministerio de Asuntos Sociales debería crear y poner en práctica un plan de acción sujeto a un plazo límite para la desinstitucionalización.
“Dieciocho años después de que el Líbano aprobara una ley que garantiza que los niños con discapacidad puedan obtener una educación, casi no se ha hecho nada para que sea una realidad”, dijo Fakih. “El Líbano debe poner fin urgentemente a su dependencia de las instituciones y garantizar que los niños con discapacidades puedan obtener una educación de calidad en el aula junto con sus compañeros”.