(Sioux Falls, SD, 7 de diciembre de 2016) – Numerosas escuelas de Estados Unidos continúan siendo entornos hostiles para los alumnos LGBT, a pesar de los importantes avances conseguidos durante los últimos años en materia de derechos de personas LGBT, señaló Human Rights Watch en un informe difundido hoy. Se necesitan medidas urgentes para reforzar la seguridad y la inclusión de los estudiantes desde todos los niveles gubernamentales.
El informe de 106 páginas, “‘Like Walking Through a Hailstorm’: Discrimination against LGBT Youth in US Schools” [Adversidad constante: discriminación de jóvenes LGBT en escuelas de Estados Unidos], documenta una variedad de problemas a los cuales están expuestos los alumnos LGBT. Esto incluye acoso escolar y hostigamiento, la exclusión en los programas de estudio de temas relacionados a la comunidad LGBT o la carencia de recursos escolares, las restricciones a la posibilidad de formar grupos de estudiantes LGBT, así como la discriminación e intolerancia por parte de compañeros de clase y personal escolar por motivos de orientación sexual e identidad de género.
“En numerosas escuelas de EE. UU. hay un clima hostil para los niños LGBT, y no solo porque no puedan usar los baños o vestuarios adecuados”, comentó Ryan Thoreson, asociado del programa de Derechos LGBT de Human Rights Watch. “En todos los estados que visitamos, escuchamos historias de alumnos que eran blanco de insultos, ciberacoso o agresiones, y de docentes que permitían los actos de discriminación y hostigamiento porque consideraban que eran comportamientos normales.”
Human Rights Watch analizó las numerosas formas en que se manifiesta el acoso escolar contra jóvenes LGBT, incluida la violencia física, las agresiones sexuales, el acoso verbal, el ciberacoso y la exclusión. En muchas instancias, los docentes no intervienen, y hubo casos de enseñantes que participaron en el hostigamiento.
“Durante mi primer año de escuela, la maestra de biología exponía a estudiantes que vestían los pantalones demasiado cortos o suéteres raros y decía ‘Más vale que se quiten eso, o van a parecer gay’”, contó Bianca L., una joven bisexual de 16 años de Alabama. “Pero lo decía frente a toda la clase”. Los nombres de los estudiantes citados en el informe fueron modificados para su seguridad.
En muchas escuelas, las políticas y prácticas discriminatorias exacerban la sensación de exclusión que experimentan los estudiantes. Human Rights Watch comprobó que algunos docentes temen sufrir consecuencias laborales adversas si se identifican como LGBT o apoyan a alumnos LGBT. A veces se impide o se desalienta que alumnos que mantienen relaciones sentimentales con personas del mismo sexo asistan a eventos como pareja, y se niega a alumnos transgénero el acceso a instalaciones, clases y actividades extracurriculares debido a su identidad de género.
Muchas escuelas censuran el debate sobre temas LGBT, aun cuando las personas LGBT y los temas relevantes tienen cada vez mayor visibilidad en la vida pública. Ocho estados de EE. UU. limitan la posibilidad de debatir sobre temas LGBT en las escuelas, y algunos distritos escolares de otros estados aplican sus propias restricciones. Estas leyes y políticas transmiten a los estudiantes un mensaje contundente de que ser LGBT es anormal o está mal.
“Recuerdo haber preguntado sobre relaciones con personas del mismo sexo en la escuela media y que me hicieron callar automáticamente, y luego una de las autoridades de la escuela me llevó a un lado y me dijo que no es algo de lo que podamos hablar”, contó Angela T., una joven de 17 años de Pennsylvania.
En muchas escuelas, como reacción a entornos hostiles, los estudiantes han creado alianzas entre gais y heterosexuales (gay-straight alliances, GSA) y otros grupos de apoyo. No obstante, Human Rights Watch comprobó que en numerosas escuelas los estudiantes enfrentan obstáculos significativos cuando conforman estos grupos y participan en ellos, a pesar de las garantías claras que prevé la legislación federal. Algunos estudiantes afirmaron haber sido tratados con desdén, no haber podido conseguir un tutor académico o que se les prohibió realizar actividades en las mismas condiciones que a las demás organizaciones estudiantiles. “Las personas se acercaban y aporreaban la puerta de la GSA, se sumaban al grupo para burlarse de nosotros, o colgábamos afiches y los rompían o los destruían”, contó “Ethan B.”, un joven transgénero de 16 años de Texas. “Nos quejamos de esto, pero la administración dijo que no había nada que pudieran hacer”.
En los cinco estados analizados en el informe, diversas organizaciones de incidencia destacaron que el rechazo por parte de familiares y compañeros de clase hace que los estudiantes no tengan adónde recurrir. “Son muchos los jóvenes LGBT en nuestra comunidad que son objeto de ofensas y bromas, o incluso agresiones físicas, y esto los hace sentirse solos”, señaló Danielle Wilcox, miembro de la junta directiva del Center for Equality en Sioux Falls. “Y como lo hemos comprobado en nuestros programas destinados a jóvenes, contar con una comunidad solidaria y acceso a recursos puede realmente marcar la diferencia”.
Las conclusiones de Human Rights Watch muestran por qué es importante que los legisladores de todo EE. UU. sigan trabajando para que las escuelas sean más seguras e inclusivas el año próximo. En 2016, el gobernador de Dakota del Sur Dennis Daugaard dio un ejemplo positivo, y vetó una ley que habría restringido el acceso a baños y vestuarios para estudiantes transgénero en todo el estado.
“La discriminación no era aceptable en nuestro estado cuando este proyecto fue impulsado por una minoría de legisladores, y ciertamente tampoco hay lugar para este tipo de discriminación en el futuro”, apuntó Libby Skarin, directora de políticas del ACLU de Dakota del Sur. “Los líderes políticos de Dakota del Sur y otras jurisdicciones deberían seguir el ejemplo del gobernador y rechazar cualquier acción tendiente a identificar a estudiantes transgénero —que ya están, de por sí, en situación vulnerable— para que sean objeto de acoso escolar, hostigamiento y discriminación”.
Las autoridades federales, estatales y locales deberían adoptar medidas para promover la seguridad, el bienestar y el acceso a educación en las escuelas, señaló Human Rights Watch. Los estados deberían adoptar leyes destinadas expresamente a combatir el acoso escolar contra jóvenes LGBT, derogar leyes discriminatorias que impiden que docentes analicen temas LGBT y establecer garantías laborales para enseñantes LGBT. Los distritos escolares locales deberían revisar sus políticas para contrarrestar el acoso escolar y la discriminación, brindar recursos y apoyo a estudiantes LGBT y propiciar entornos donde todos los niños se sientan incluidos y puedan aprender.
“Mantener seguros a los jóvenes no es un tema partidario, y el compromiso de combatir el ciberacoso expresado por Melania Trump es un ejemplo de ello”, dijo Thoreson. “En los próximos meses, esperamos que el nuevo gobierno, incluida la secretaria de educación designada Betsy DeVos, adopte medidas concretas para garantizar que los niños LGBT, del mismo modo que los demás niños, puedan recibir la educación y el apoyo que merecen en nuestras escuelas.”