Los gobiernos de todo el mundo deberían firmar inmediatamente el nuevo Convenio pionero de Minamata sobre el Mercurio, dijo hoy Human Rights Watch. Funcionarios de todo el mundo se reunirán en Kumamoto, en Japón, a partir del 7 de octubre de 2013, para adoptar formalmente el tratado. Una vez aprobado, será abierto a la firma y ratificación.
El mercurio es un metal venenoso que puede causar problemas de salud, discapacidad y muerte. El convenio obliga a los gobiernos a reducir el uso y las emisiones de mercurio en una amplia gama de industrias y procesos.
“Millones de personas en todo el mundo están expuestas a los efectos tóxicos del mercurio”, dijo Juliane Kippenberg, investigadora principal de los derechos del niño de Human Rights Watch. “Este tratado ayudará a proteger tanto el medio ambiente como el derecho a la salud”.
El tratado ha sido nombrado en referencia a la ciudad japonesa de Minamata, donde en los años 50 tuvo lugar una de las peores catástrofes de envenenamiento por mercurio de la historia, después de que una fábrica química contaminara la bahía con mercurio. Según cifras oficiales, murieron 1.700 personas, pero se cree que el número real es mucho mayor. Además, decenas de miles de personas sufrieron discapacidades permanentes, incluyendo daños cerebrales, discapacidad intelectual, defectos de nacimiento y otros problemas de salud. Muchas de las víctimas eran niños.
La mayor parte del mercurio se utiliza actualmente en la minería de oro a pequeña escala. Se estima que entre 10 y 15 millones de personas trabajan en este tipo de minería en África, Asia y América Latina, y recuren al mercurio como un método barato y fácil para extraer oro. Cuando el mercurio líquido se vierte sobre los minerales pulverizados, atrae las partículas de oro y forma una amalgama. Para separar el oro del mercurio, los mineros queman la amalgama, convirtiendo el mercurio en un gas tóxico. Gran parte del oro de la pequeña minería es exportado y llega al mercado mundial de oro.
La investigación de Human Rights Watch ha documentado el uso de mercurio por parte de niños y adultos en Malí, Nigeria, Ghana, Tanzania y Papua Nueva Guinea. Aunque el mercurio es especialmente perjudicial para los niños, algunos trabajan con mercurio a diario, sin darse cuenta de los riesgos para su salud. El derecho internacional prohíbe esta clase de trabajo infantil peligroso. Los niños también están expuestos a los vapores de mercurio cuando sus padres o hermanos mayores queman la amalgama en sus hogares.
“En el marco del Convenio de Minamata, la acción sobre el mercurio ya no será una cuestión voluntaria”, señaló Kippenberg. “Los gobiernos que firmen y ratifiquen el tratado estarán obligados por ley a reducir la exposición al mercurio en la minería y a hacer esfuerzos especiales para proteger a los niños y mujeres en edad fértil”.
Bajo el convenio, los países con minería de oro a pequeña escala tendrán que elaborar planes de acción nacionales. Estos planes deberán incluir medidas para eliminar las prácticas especialmente perjudiciales, como quemar la amalgama de oro-mercurio en zonas residenciales y sin dispositivos para capturar el gas de mercurio producido. Si bien el tratado no establece una fecha límite para el uso del mercurio en la minería, sí obliga a los gobiernos a reducir el uso del mercurio y a promover métodos alternativos sin el nocivo metal.
El convenio también obliga a los gobiernos a proteger la salud de las comunidades mineras de pequeña escala mediante la recopilación de datos de salud, la capacitación de trabajadores sanitarios y dando a conocer los peligros del mercurio a través de los servicios de salud. Además, hace un llamamiento a los gobiernos para prevenir y tratar a todas las poblaciones afectadas por el mercurio, y para fortalecer la preparación de los profesionales de la salud para hacer frente a enfermedades relacionadas con el mercurio. Esta es la primera vez en que un acuerdo medioambiental reconoce la importancia del sector de la salud a través de un artículo independiente centrado en la salud.
“Es muy importante que el tratado reconozca el papel fundamental que el sector de la salud tiene que desempeñar no sólo en la prevención, sino también en el seguimiento de los niveles de exposición de los pacientes (al mercurio) y ofrecerles la atención que necesitan”, advirtió Kippenberg.
El mercurio ataca el sistema nervioso central y puede causar discapacidad permanente, incluyendo daños cerebrales. Los niveles más altos de exposición al mercurio pueden provocar insuficiencia renal, insuficiencia respiratoria e incluso la muerte. El mercurio es especialmente perjudicial para los niños, ya que sus sistemas están todavía en desarrollo, y su daño es irreversible.
Los gobiernos deberían transmitir una clara señal de apoyo mediante la firma inmediata del tratado, durante la conferencia diplomática, señaló Human Rights Watch. También deben tomar las medidas necesarias para garantizar que sus parlamentos puedan ratificar el convenio lo antes posible.
El tratado fue negociado durante más de tres años bajo el auspicio del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Este acuerdo entrará en vigor cuando 50 gobiernos lo hayan ratificado. Una vez en vigor, ofrecerá un mecanismo financiero para ayudar a los gobiernos a desarrollar los recursos necesarios y prestar la asistencia técnica para reducir el uso del mercurio a través del Fondo Mundial para el Medio Ambiente, un fondo fiduciario de múltiples donantes. Sin embargo, los gobiernos pueden presentar una solicitud al fondo de apoyo financiero, incluso antes de que el tratado entre en vigor.
“Personas de todo el mundo están siendo perjudicadas por el mercurio en estos momentos”, dijo Kippenberg . “Los gobiernos deberían salvar vidas y la salud de las personas, comenzando ahora mismo a reducir el uso del mercurio y las emisiones de la minería y otras industrias”, añadió.