Corea del Norte tiene una de las peores situaciones de derechos humanos del mundo, y está a punto de ser el centro de una nueva atención mundial.
Digo «una de las peores» porque Human Rights Watch no clasifica a los países. No decimos: Ruritania Occidental tiene el decimoséptimo peor historial de derechos humanos del mundo, y Ruritania Oriental es algo mejor en la decimoctava posición.
Este tipo de comparaciones no son útiles, porque todos los gobiernos deben trabajar para mejorar su respeto por los derechos humanos, independientemente de lo que hagan otros países. Y lo que es más importante, la clasificación exigiría miles de juicios imposibles sobre el sufrimiento relativo.
¿Qué es peor, por ejemplo, unas autoridades que torturan sistemáticamente a la gente o unas autoridades que impiden deliberadamente que llegue ayuda vital a personas hambrientas? No se pueden comparar: ambas son horribles.
Así pues, HRW no clasifica a los países, como tampoco lo hace Amnistía Internacional, por cierto. En su gran informe anual sobre el Estado de los Derechos Humanos en el Mundo, publicado esta mañana, no encontrarás una lista de mejor a peor.
Sin embargo, si alguien hiciera una lista de los más terribles violadores de los derechos humanos, Corea del Norte estaría claramente cerca de los primeros puestos.
Kim Jong Un, dictador de tercera generación, dirige el país con ferocidad totalitaria.
El gobierno impone una obediencia extrema mediante torturas, ejecuciones, encarcelamientos brutales, desapariciones forzadas y trabajos forzados. Se niegan todas las libertades básicas, como las de expresión, asociación y religión. Los medios de comunicación independientes, los grupos de la sociedad civil y los sindicatos están prohibidos.
Corea del Norte ha sido tan horrible durante tanto tiempo que a veces se olvida en las noticias internacionales. Los medios de comunicación no consideran que el horror sea noticia, porque no es nuevo.
Pero es de esperar que la situación reciba más atención mundial en los próximos meses, después de que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU adoptara una resolución que refuerza la investigación de los abusos cometidos por Corea del Norte, tanto en el pasado como en el presente, y que aumenta los recursos para los esfuerzos de rendición de cuentas.
Es importante destacar que la nueva resolución también subraya el vínculo entre el programa armamentístico de Corea del Norte y los derechos humanos. Durante décadas, el gobierno ha desviado miles de millones al desarrollo de armas nucleares y programas de misiles, ignorando los derechos básicos de la población, como el derecho a la alimentación y a la salud, y convirtiendo a Corea del Norte en uno de los países más pobres del mundo.
No sólo es fundamental reconocer la conexión entre el desarrollo de sistemas de armamento y los derechos humanos en Corea del Norte, sino que este enfoque también ayudará a mantener la terrible situación de los derechos en el ojo internacional.
Puede que algunos se muestren escépticos sobre el impacto que puede tener una resolución como ésta, pero es la más ambiciosa de este tipo en muchos años.
Tiene una inmensa importancia para las víctimas que han estado sufriendo la represión en solitario, en lo que es, según cualquier clasificación, una de las peores situaciones de derechos humanos del mundo.