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Siria

Eventos del 2016

Personas caminan por una zona que fue dañada tras un ataque aéreo ocurrido en la ciudad de Douma, Ghouta al oriental de Damasco, sitiada por rebeldes, el 2 de noviembre de 2016.

© 2016 Bassam Khabieh / Reuters

Ni una mayor participación de Estados Unidos y Rusia en Siria, ni los esfuerzos por llegar a un acuerdo político en 2016 lograron reducir significativamente las flagrantes violaciones de los derechos humanos y el derecho humanitario que han caracterizado el conflicto armado en ese país.

Según el Centro Sirio de Investigación Política, una organización siria independiente de investigación, el saldo de víctimas mortales del conflicto hasta febrero de 2016 era de 470.000. La propagación e intensificación de los combates han desencadenado una grave crisis humanitaria, con 6,1 millones de desplazados internos y 4,8 millones de refugiados en países vecinos, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (ONU). Se estima que a mediados de 2016 aproximadamente un millón de personas vivía en zonas asediadas a las que las organizaciones de asistencia y ayuda humanitaria no tenían acceso.

Desde 2011, más de 117.000 personas han sido detenidas o han desaparecido, la gran mayoría a manos de las fuerzas gubernamentales, incluyendo 4.557 entre enero y junio de 2016, según la Red Siria para los Derechos Humanos. La tortura y el maltrato son frecuentes en los centros de detención; miles han muerto bajo custodia de las autoridades.

El Estado Islámico (también conocido como ISIS) y la antigua rama de Al Qaeda en Siria, Jabhat al-Nusra, que cambió su nombre por Jabhat Fath al-Sham, fueron responsables de violaciones sistemáticas y generalizadas, que incluyeron ataques con artillería contra civiles, secuestros y ejecuciones. Los grupos armados no estatales contrarios al gobierno también cometieron serios abusos, incluidos ataques indiscriminados contra civiles, el uso de niños soldados, secuestros, el bloqueo ilegal de la ayuda humanitaria y torturas.

En su cuarto informe, publicado este año, el Mecanismo Conjunto de Investigación de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) y la ONU llegaron a la conclusión de que las fuerzas gubernamentales sirias utilizaron productos químicos tóxicos en un ataque en Idlib en marzo de 2015. La investigación también descubrió a las unidades militares responsables de los vuelos conectados a los ataques pero no pudo identificar a los comandantes de las unidades debido a que el gobierno sirio no respondió a preguntas cruciales. En un informe anterior, la investigación conjunta había llegado a la misma conclusión en el caso de otros dos ataques, en 2014 y 2015. La investigación también había concluido previamente que ISIS había utilizado gas mostaza de azufre en un ataque contra áreas asediadas por grupos armados de la oposición en agosto de 2015.

El 28 de octubre, Rusia perdió su asiento en el Consejo de Derechos Humanos tras no conseguir los votos necesarios para su reelección de los Estados miembros de la ONU. Varias organizaciones de derechos humanos y ayuda humanitaria, entre ellas Human Rights Watch, habían instado a los Estados miembros de la ONU a hacer rendir cuentas a Rusia por su participación en posibles crímenes de guerra.

Ofensivas contra civiles, ataques indiscriminados y el uso de armas incendiarias, municiones en racimo y armas químicas

El saldo de civiles muertos como consecuencia de ataques aéreos y de artillería disminuyó ligeramente después de los cese al fuego mediados internacionalmente en febrero y septiembre, pero sólo durante un breve período, mientras que los ataques ilícitos contra civiles por todas las partes involucradas en el conflicto persistieron durante todo el año. Las ofensivas aéreas de Siria y Rusia continuaron bombardeando o impactando indiscriminadamente contra áreas civiles, entre ellos hogares, mercados, escuelas y hospitales, utilizando explosivos de gran alcance, bombas de barril, municiones en racimo y armas incendiarias de materiales inflamables.

En 2016, Human Rights Watch documentó varios ataques contra viviendas, centros médicos, mercados y escuelas que parecían haber sido escogidos como blanco de la ofensiva, incluido un importante ataque aéreo por parte de la coalición sirio-rusa contra el Hospital al-Quds y sus alrededores el 27 de abril de 2016, que mató a 58 civiles y pacientes. Sólo en agosto hubo varios ataques contra instalaciones médicas, incluidos los de Idlib, Alepo, Hama y Homs.

Entre julio de 2012 y agosto de 2016, las fuerzas gubernamentales usaron al menos 13 tipos de municiones en racimo internacionalmente prohibidas en más de 400 ataques contra áreas controladas por la oposición, matando e hiriendo a civiles, niños incluidos. Las operaciones militares conjuntas entre Siria y Rusia, que comenzaron el 30 de septiembre de 2015, también han recurrido ampliamente al uso de municiones en racimo prohibidas internacionalmente. Las municiones en racimo han sido proscritas por la mayoría de los países, ya que sus submuniciones caen sobre una extensa área, sin distinguir entre combatientes y civiles, y porque muchas de estas pequeñas bombas no explotan y actúan como minas terrestres que explotan al contacto, incluso después de muchos años si no son retiradas.

Las fuerzas gubernamentales y sus aliados también recurrieron cada vez más al uso de armas incendiarias, con al menos 18 ataques documentados en áreas de la oposición en Alepo e Idlib entre el 5 de junio y el 10 de agosto. En junio, Rusia Today emitió imágenes de cómo estaban cargando armas incendiarias (específicamente bombas RBK-500 ZAB-2.5SM) en un avión de ataque ruso Su-34 en una base aérea siria. Las armas incendiarias inducen una cadena de reacciones químicas que provocan fuegos difíciles de extinguir, y causan quemaduras extremadamente dolorosas, difíciles de tratar. Un total de 113 países, entre ellos Rusia (pero no Siria), han ratificado el protocolo de la Convención sobre Armas Convencionales que prohíbe el uso de armas incendiarias lanzadas desde el aire en zonas con una alta “concentración de civiles”.

Si bien Rusia continúa negando su participación en los ataques con armas incendiarias en Siria, ha ignorado persistentemente los llamamientos para firmar el protocolo, y el uso de armas militares por parte de las fuerzas armadas se ha documentado desde finales de 2012.

Las fuerzas gubernamentales también siguieron usando sustancias químicas tóxicas en varios ataques con bombas de barril, en violación de la Convención sobre Armas Químicas. El 10 de agosto y el 6 de septiembre, helicópteros del gobierno de Siria lanzaron bombas de barril con productos químicos tóxicos sobre barrios residenciales en las partes controladas por la oposición en la ciudad de Alepo.

En un informe publicado el 24 de agosto de 2016, una investigación designada por la ONU atribuyó dos ataques de armas químicas en 2016 al gobierno sirio y otro a ISIS, el cual ya está bajo sanciones de la ONU.

Restricciones ilícitas a la asistencia humanitaria

En 2016 continuó el asedio de áreas civiles por parte del gobierno, fuerzas progubernamentales y grupos armados de oposición, así como el bloqueo a la ayuda humanitaria. El gobierno sirio siguió requiriendo que las agencias de ayuda pasaran por un sistema de aprobación burocrático para obtener permisos antes de acceder a estas áreas. El secretario general de la ONU dijo que incluso en las áreas donde el acceso de la ayuda sí estuvo permitido, el gobierno sirio retiró artículos de primera necesidad de los convoyes. Sólo en febrero, el gobierno impidió que 80.000 artículos de tratamiento médico, entre ellos kits de diarrea, botiquines de emergencia, antibióticos y otros medicamentos, llegaran a las áreas asediadas, dijo la ONU.

Las condiciones humanitarias en las zonas asediadas por el gobierno y las fuerzas progubernamentales se deterioraron rápidamente, obligando a los civiles a abandonar estas zonas. Los residentes de Daraya, a las afueras de Damasco, se vieron forzados a evacuar la ciudad el 25 de agosto tras un asedio de cuatro años.

El 19 de septiembre de 2016, aviones atacaron un convoy de ayuda humanitaria de la ONU y un almacén de la Media Luna Roja de Siria en la zona de Urum al-Kubra, en Alepo, matando a 20 civiles y un miembro del personal mientras descargaban los camiones. La mayor parte de la asistencia, que incluía alimentos y suministros médicos, iba a distribuirse entre al menos 78.000 personas, según una declaración de la Media Luna Roja siria. La ONU dijo que el convoy había recibido los permisos adecuados del gobierno sirio con antelación para cruzar desde la parte de Alepo controlada por el gobierno a la parte occidental de la ciudad, en manos de la oposición, y entregar la ayuda.

Detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, tortura y muerte de personas bajo custodia de fuerzas gubernamentales

Las detenciones arbitrarias, el maltrato, la tortura y las desapariciones forzadas por parte de las fuerzas gubernamentales continúan siendo generalizadas y sistemáticas en Siria, y tienen lugar en un clima de impunidad. Las muertes bajo custodia gubernamental por torturas, abusos, hambre, palizas y enfermedades también son numerosas: entre marzo de 2011 y junio de 2016, al menos 12.679 personas perdieron la vida bajo custodia, según observadores locales.

Un informe de septiembre de la Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU sobre Siria señaló que, si bien el estigma y el trauma han provocado un subregistro de la violencia sexual, pudo documentar algunos casos de violencia sexual por parte de funcionarios gubernamentales contra hombres y mujeres detenidos.

Las fuerzas de seguridad del gobierno hicieron uso de la fuerza excesiva para sofocar un motín dentro de la prisión central de Hama que comenzó el 1 de mayo y resultó en algunas lesiones, según los presos a los que entrevistó Human Rights Watch.

El 1 de abril, las fuerzas sirias arrestaron a Judai Abdallah Nawfal, director del Centro Sirio para la Sociedad Civil y la Democracia, en un puesto de control fronterizo cuando se dirigía hacia el Líbano. Había sido detenido anteriormente en 2014 y en 1992. Fue detenido por la Subdivisión de Inteligencia Militar 235 y le prohibieron reunirse con sus abogados y su familia. Del mismo modo, el destino de Bassel Khartabil, un defensor de la libertad de expresión de 34 años, sigue siendo desconocido, aunque información no confirmada indica que podría haber sido juzgado y condenado a muerte por un tribunal militar en la sede de la Policía Militar Siria de Al Qaboun, famoso por llevar a cabo juicios a puerta cerrada que carecen de equidad.

Abusos de Jabhat al-Nusra e ISIS

En julio de 2016, Jabhat al-Nusra anunció que se separaba de Al Qaeda y formaba Jabhet Fath al-Sham. En 2016, Jabhat al-Nusra e ISIS fueron responsables de abusos tales como el bombardeo intencional de objetivos civiles, secuestros, detenciones arbitrarias, ejecuciones y asedios ilegales. Aunque es difícil obtener información sobre los abusos cometidos por ISIS y Jabhat al-Nusra debido a las dificultades que los monitores independientes enfrentan para acceder a las zonas bajo su control, ambos grupos han divulgado sus ataques ilegales.

ISIS se adjudicó la responsabilidad de varios atentados con coches bomba y atentados suicidas en la ciudad de Latakia el 23 de mayo, algunos cerca de estaciones de autobuses y un hospital, anunciando que su objetivo eran las zonas donde “se reúnen los alauitas”. Los ataques causaron 145 bajas civiles, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

El 21 de febrero, una serie de bombardeos de ISIS atacó un lugar de culto chiíta en Damasco y un vecindario civil en Homs, según informes de los medios de comunicación, matando a 109 personas e hiriendo a 235, entre ellos numerosos niños.

El 27 de julio, ISIS también afirmó haber bombardeado Qamishli, al noreste de Siria, que está en manos de las fuerzas militares de las Unidades de Protección Popular (YPG) y la policía kurda (Asayish). Un camión bomba explotó cerca de un centro de seguridad del Partido de Unión Democrática (PYD), matando a 48 personas e hiriendo a otras 140.

ISIS y Jabhat al-Nusra también han atacado y ejecutado a civiles cuando realizaban operaciones militares en Siria. El 17 de enero, según informes de medios de comunicación, ISIS mató al menos a 85 civiles y a 50 soldados sirios durante una ofensiva en la ciudad de Deir al-Zour.

Las mujeres y las niñas siguen sufriendo discriminación y severas restricciones, incluida la libertad de circulación en las zonas controladas por ISIS. Un informe de septiembre de la Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU sobre Siria señaló que los combatientes de ISIS obligan a mujeres sunitas que viven en áreas controladas por el grupo extremista a casarse con ellos por la fuerza.

ISIS también continúa torturando, violando, asesinando y esclavizando sexualmente a mujeres y niños yazidíes, la mayoría capturados en Irak y llevados a Siria.

En 2016, diversos medios de comunicación también informaron que ISIS sigue ejecutando a hombres acusados de homosexualidad. En un caso reportado de la gobernación de Deir al-Zour, un niño de 15 años de edad murió lapidado el 3 de enero tras haber sido acusado de ser homosexual. Al menos 25 hombres han sido ejecutados por ISIS en Siria bajo sospecha de homosexualidad o por sodomía, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

Abusos por parte de otros grupos armados no estatales

Diversos grupos armados no estatales efectuaron ataques indiscriminados con morteros y otras armas desde áreas bajo su control provocando la muerte de civiles en barrios controlados por el gobierno en Alepo, Damasco, Idlib y Latakia. Estos ataques habrían impactado repetidamente contra objetivos civiles, como escuelas, mezquitas y mercados.

Según la agencia de noticias estatal siria SANA, 16 civiles murieron y 41 resultaron heridos cuando un grupo armado de la oposición bombardeó una mezquita el 29 de abril durante las oraciones del viernes en la ciudad de Alepo. El 5 de junio, SANA informó que cinco personas murieron y 77 resultaron heridas cuando grupos armados de la oposición lanzaron proyectiles contra áreas de Alepo controladas por el gobierno, como Al-Ramouseh, la compañía eléctrica, el barrio Midan y el parque público, impactando también en una iglesia armenia. Los grupos armados de la oposición también bombardearon el 3 de mayo un hospital de maternidad en un distrito de Alepo, informaron medios de comunicación locales.

Zonas bajo control del Partido kurdo de Unión Democrática (PYD)

El Partido de Unión Democrática (PYD) y los partidos aliados han establecido estructuras de gobierno locales en gran parte del norte de Siria.

A pesar de algunos avances en la desmovilización de niños soldados en 2014 y 2015 y la sanción a oficiales que reclutaron a niños, las Unidades de Protección Popular (conocidas como las YPG afiliadas al PYD) siguen sin cumplir su compromiso de desmovilizar a los niños y dejar de usar a menores de 18 años en combate. Además, sigue habiendo preocupaciones sobre la creación de una “categoría no combatiente” para los jóvenes de 16 y 17 años.

La crisis de refugiados

Los incesantes ataques aéreos, los bombardeos, la detención arbitraria generalizada y sistemática, el maltrato, la tortura y las desapariciones forzadas han exacerbado una crisis de desplazamiento, tanto interno como externo, que se ha agravado aún más por las deficiencias en la financiación de la ayuda humanitaria internacional.

Países vecinos como el Líbano, Jordania y Turquía trataron de frenar la masiva afluencia de refugiados con barreras ilegales de tipo administrativo, jurídico e incluso físico. A pesar de un tratado bilateral de puertas abiertas, el Líbano ha impuesto desde principios de 2015 restricciones similares a un visado a los sirios que buscan entrar, y mantiene estrictas normas de renovación del permiso de residencia, lo que afecta negativamente a la libertad de circulación de los refugiados, al acceso a la educación y al acceso a la atención médica. Durante el año, las autoridades fronterizas de Jordania bloquearon la entrada de migrantes y solicitantes de asilo a lo largo del tramo oriental de su frontera con Siria, a excepción de un período a principios del verano cuando permitió que 20.000 personas ingresaran para un control de seguridad.

Después de un ataque de ISIS el 21 de junio en el cruce de Rukban, Jordania no permitió que nadie entrara y bloqueó la asistencia humanitaria a cerca de 70.000 sirios varados en la frontera, a excepción de una entrega de asistencia descargada con el empleo de una grúa a principios de agosto. De manera similar, las autoridades fronterizas turcas también siguen rechazando a los refugiados. En marzo y abril, guardias fronterizos turcos mataron a cinco solicitantes de asilo sirios, incluido un menor, y a contrabandistas que intentaban entrar en el país.

La Conferencia Internacional de Apoyo a Siria y a la Región, celebrada en Londres el 4 de febrero, recaudó más de 12.000 millones de dólares, la mitad de los cuales se destinaron a 2016. Sin embargo, los países que asistieron a la Conferencia de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en Ginebra el 30 de marzo no se comprometieron más que a un modesto aumento en el número de plazas de reasentamiento para los refugiados.

Los procedimientos excesivamente largos y el número limitado de plazas de reasentamiento, junto con la disminución de los recursos de ayuda y las restricciones al acceso a la Unión Europea por tierra, llevaron a muchos refugiados sirios a tratar de entrar en la UE por vía marítima.

Actores internacionales clave

Los esfuerzos para presionar al Consejo de Seguridad de la ONU a intervenir de una manera más significativa en Siria fracasaron. Las conversaciones de paz orquestadas por el Grupo Internacional de Apoyo de Siria, destinadas a resolver el conflicto en Siria, se estancaron en febrero de 2016, reanudándose sólo algunas reuniones bilaterales entre Rusia y Estados Unidos (copresidentes del GIAS). Se negoció un cese de las hostilidades para finales de febrero, después del cual se vio una disminución en las bajas civiles, pero colapsó rápidamente. Se negoció otro cese de hostilidades en septiembre, pero también se vino abajo después de que un ataque aéreo azotara un convoy de ayuda de la ONU y matara al menos a 20 personas.

El gobierno sirio continuó violando las resoluciones del Consejo de Seguridad que exigen garantizar el acceso humanitario seguro y sin trabas, incluso a través de las líneas del conflicto y de las fronteras; que todas las partes desistan del “uso indiscriminado de armas en zonas pobladas, incluidos disparos de artillería y bombardeos aéreos, así como el uso de bombas de barril”; y que cesen las prácticas de detención arbitraria, las desapariciones y los secuestros, y se libere a todos aquellos que hayan sido detenidos arbitrariamente.

Además de obstaculizar o rechazar preventiva y continuamente sugerencias para una intervención significativa por parte del Consejo de Seguridad para restringir las violaciones por parte del gobierno sirio, Rusia, junto con el gobierno iraní, continuó en 2016 brindando asistencia militar al gobierno sirio.

Estados Unidos continuó al frente de una coalición de otros Estados para enfrentarse a ISIS en Irak y Siria. Francia prometió incrementar la cantidad de ataques aéreos en zonas controladas por ISIS, luego de que este grupo extremista armado se atribuyera la autoría de los atentados de noviembre en París.

El 21 de octubre, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU celebró una sesión especial para abordar la grave situación de los derechos humanos en Alepo, adoptando una resolución que exigía el fin de los bombardeos aéreos, afirmaba la necesidad de acceso a la ayuda humanitaria, destacaba la necesidad de rendición de cuentas y pedía que la Comisión de Investigación de Siria llevase a cabo una “investigación exhaustiva, independiente y especial sobre los acontecimientos en Alepo”, para que identifique a los responsables de las presuntas violaciones y abusos, y presente un informe al Consejo no más tarde de marzo de 2017.