Buru Altimirov, de sesenta y cinco años, muestra una foto de su hijo difunto, Aindi, en Pliyevom, Ingushetia, el 25 de diciembre de 1999. Altimirov encontró el cuerpo de su hijo, descabezado, el 19 de diciembre cerca del río Sunzha, un lugar previamente ocupado por fuerzas militares rusas. "Él era mi mejor asistente en la casa", Buru le dijo adoloridamente a Human Rights Watch. "Nunca tenía que preocuparme por la casa, por las vacas, o por madera para la chimenea porque Aindi siempre tenía todo listo a tiempo". Después de que tomaron control del pueblo el primero de diciembre, las fuerzas rusas participaron en grandes saqueos, y asesinaron por lo menos diecisiete habitantes en Alkhan-Yurt.

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