Alimkhan Batayev, de diecisiete años, se recupera de sus heridas en el Hospital Sunzha en Ingushetia el 13 de diciembre de 1999. Alimkhan perdió su pierna derecha y sufrió heridas de una bomba que estalló mientras el la examinaba en octubre en Chechenia. Ocho jovenes murieron en este incidente, y muchos más perdieron extremidades en la explosión. Alimkhan le dijo a Human Rights Watch: "Tengo dolores agudos, pero no quiero que mi madre se de cuenta. Es muy difícil internalizar mi dolor . . . . Ahora pienso que soy un inválido y seré una carga para mi familia".

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