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Imaginemos una lista de deseos para la comunidad mundial de LGBT: definitivamente, el reconocimiento de las relaciones entre personas del mismo sexo; que se promueva la aceptación de la identidad de género; que se amplíe la legislación contra la discriminación y se deroguen las leyes discriminatorias; y que se brinde protección frente a la violencia.

¿Parecen demasiados? Para nada; de hecho, estas recomendaciones son el tema central de un nuevo informe difundido esta semana por la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (OACNUDH) y que estos temas sean parte central de la conversación, es una señal de los constantes adelantos en beneficio de lesbianas, gais, bisexuales y personas transgénero (LGBT). En un mundo donde 80 países todavía tipifican las relaciones consensuadas entre personas del mismo sexo o la discusión sobre los derechos de personas LGBT, con sanciones que incluyen penas de prisión, azotes o incluso la pena de muerte, estas recomendaciones son sin duda importantes.

El informe no solo representa el más reciente de una serie de pasos progresivos a favor de los derechos de las personas LGBT, sino que además refleja el rol cada vez más importante que tienen los países en desarrollo para la promoción internacional de los derechos de LGBT.

El informe de la OACNUDH es el resultado de una resolución del Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la ONU de 2014, que instó a que se efectuara un examen de “buenas prácticas y mecanismos para superar la violencia y la discriminación” contra las personas LGBT. Se trata del segundo informe de este tipo en el ámbito de las Naciones Unidas. El primero se elaboró como resultado de una resolución del CDH de 2011 que documentó “leyes y prácticas discriminatorias” que afectaban a personas LGBT, y mostró patrones alarmantes de violencia y discriminación en todo el mundo, incluidos “…asesinatos, violaciones y agresiones físicas, torturas, detenciones arbitrarias, denegación de los derechos de reunión, expresión e información y discriminación en el empleo, la salud y la educación”.

Los nuevos informes de la OACNUDH destacan no solo el reconocimiento cada vez mayor de los derechos de las personas LGBT en la ONU, sino además el creciente liderazgo de América Latina y África en estos temas. Si bien Sudáfrica encabezó la aprobación de la resolución del CDH de 2011, fueron Chile, Uruguay, Brasil y Colombia los que impulsaron la resolución de 2014. La segunda resolución fue aprobada por amplia mayoría, y recibió apoyo de países de todo el mundo.

Mientras numerosos países se preparan para celebrar el orgullo LGBT durante el mes de junio, el informe del Alto Comisionado es otro recordatorio de la importancia de los derechos de las personas LGBT para el movimiento de derechos humanos.

 

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