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IV. Metodología

La presente investigación inició a principios de 2007 con una revisión de las quejas que Human Rights Watch recibió por parte de personas inmigrantes detenidas y sus defensores, acerca de la atención médica en los centros de detención para quienes viven con VIH/sida.

Human Rights Watch examinó primero las políticas y los procedimientos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y sus dependencias (el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, ICE, y la División de Servicios de Salud para Inmigrantes, DIHS) concernientes a personas inmigrantes detenidas que viven con VIH/sida. Analizamos en qué medida estas políticas y procedimientos eran compatibles con las normas nacionales e internacionales y garantizaban una atención de calidad para todas las personas detenidas que viven con VIH/sida, incluyendo las recluidas en centenares de cárceles locales y municipales contratadas por el ICE para encargarse de la detención inmigratoria.

En la Sección VI se abordan las políticas y los procedimientos del DHS, del ICE y de la DIHS referidos a personas inmigrantes detenidas que viven con VIH/sida. También se discuten los resultados de una solicitud al DHS, amparada en la Ley de Libertad de Información (FOIA), de datos sobre detención, pruebas de VIH, tratamiento y servicios proporcionados a inmigrantes que viven con VIH/sida en todos los centros supervisados por el ICE o que trabajan por contrato con éste.

Posteriormente, Human Rights Watch entrevistó a doce personas inmigrantes, actual y previamente recluidas, que viven con VIH/sida acerca de la atención médica y los servicios para la infección por VIH que se proporcionan durante la detención. Estas personas fueron referidas a Human Rights Watch por sus abogados o, en algunos casos, por defensores locales que trabajan en las comunidades. A las personas recluidas se les entrevistó en centros de detención de California, Alabama, Nueva Jersey y Virginia, entre ellos un Centro de Internamiento, un centro propiedad de una corporación y cuatro cárceles municipales. Los testimonios de las personas que ya no están detenidas dan cuenta de sus experiencias en centros de detención de Pensilvania, Texas, Louisiana, Illinois, Wisconsin y Virginia.

En lo que concierne a la muerte de Victoria Arellano, Human Rights Watch entrevistó a dos detenidos (uno actual y uno pasado), además de revisar los testimonios proporcionados a abogados de derechos civiles por decenas de detenidos en su unidad habitacional. Human Rights Watch intentó entrevistar a sus compañeros de celda, pero más de veinte testigos clave de su muerte habían sido transferidos apenas unos días antes de la llegada de Human Rights Watch al Centro de Internamiento de San Pedro (ver recuadro: Victoria Arellano: Muerte bajo detención). Human Rights Watch ha solicitado una copia del informe forense mientras continúa la investigación de la muerte de Victoria.

Human Rights Watch también entrevistó a los alcaides de una prisión privada en Alabama y de una cárcel municipal en Virginia, así como a un oficial médico de enlace en una cárcel municipal de Nueva Jersey. El 25 de octubre de 2007, Human Rights Watch asistió a una reunión con funcionarios del ICE, incluido Gary Mead, subdirector de Operaciones de Detención y Deportación del ICE. Con el consentimiento de las personas entrevistadas, Human Rights Watch contrató los servicios de una experta médica para que revisara los historiales médicos de las personas detenidas y rindiera una opinión independiente acerca del cumplimiento de la atención médica en conformidad con los estándares comunitarios. La Dra. Jaswinder Legha es médica colegiada con especialización en Medicina Interna y obtuvo su título y maestría en Salud Pública por la Universidad de Columbia. La Dra. Legha completó su formación como médica residente en Medicina Interna en Bellevue/Centro Médico de la Universidad de Nueva York, institución que atiende a una significativa cantidad de personas que viven con el VIH. Su revisión tuvo que limitarse a los historiales que Human Rights Watch recibió de los diversos centros de detención; en algunos casos, esos registros no estaban completos o eran sólo parcialmente legibles. Aspectos sobresalientes de la revisión médica figuran  después de los testimonios de las personas detenidas.

Debido a que la División de Servicios de Salud para Inmigrantes no lleva un registro de la cantidad de personas detenidas que viven con VIH/sida, es imposible determinar el alcance y representatividad de la atención médica proporcionada a quienes se entrevistó para el presente informe. Aunque es limitado el número de personas detenidas entrevistadas, la metodología apoya las conclusiones generalizadas acerca de la calidad de los servicios médicos brindados a quienes viven con VIH/sida. Los testimonios proveen una cobertura geográfica (nueve estados), abarcan los tres principales tipos de centros utilizados por el ICE (Centros de Internamiento, cárceles privadas y cárceles municipales) y se sustentan en correspondencia continua enviada a Human Rights Watch por otras personas detenidas y sus defensores. La revisión médica independiente reveló un patrón consistente de atención por debajo de la norma.

VIH/sida y tratamiento médico

El sida es causado por el virus de la inmunodeficiencia humana, o VIH. Al matar las células del sistema inmunitario llamadas CD4+ T (CD4), el VIH destruye progresivamente la capacidad del cuerpo para combatir infecciones y ciertos tipos de cáncer. El análisis regular del recuento de células CD4 y de la cantidad de VIH (o carga viral) en el cuerpo es esencial para determinar un tratamiento apropiado. La terapia antirretroviral, o TARV, trata el VIH con una combinación de medicamentos que atacan, cada uno por separado y de manera diferente, el ciclo de vida del virus. Basándose en los resultados de las pruebas de laboratorio, los médicos también prescriben distintos fármacos profilácticos a fin de prevenir que sus pacientes desarrollen infecciones oportunistas como PCP (neumonía causada por Pneumocystis carinii).

Un aspecto esencial para alcanzar el beneficio de la TARV es la plena adherencia al régimen terapéutico. Debido a la rápida tasa de multiplicación y mutación del VIH, y a otros factores, se requieren niveles muy altos de adherencia a los regímenes antirretrovirales a fin de evitar la resistencia del virus a los medicamentos. En comparación con pacientes que cumplen la TARV, quienes no lo hacen tienen tasas de mortalidad más elevadas y menos mejoras en su recuento de CD4, además de que permanecen más días en el hospital. La resistencia del virus a los fármacos afecta no sólo la salud de la persona sino también la de la comunidad, ya que las cepas resistentes pueden ser transmitidas a otras personas.

Fuentes: Panel sobre Prácticas Clínicas para el Tratamiento de la Infección por el VIH en Adultos y Adolescentes, Pautas para el uso de agentes antirretrovirales en adultos y adolescentes infectados por el VIH-1, Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, 10 de octubre de 2006, 1-113, disponible en inglés en www.aidsinfo.nih.gov/ContentFiles/AdultandAdolescentGL.pdf (ver también: El VIH y su tratamiento: Qué debe saber usted. Información de salud para los pacientes, octubre de 2007, http://aidsinfo.nih.gov/contentfiles/ElVIHYSuTratamientoQueDebeSaberUsted_FS_sp.pdf); OMS/ONUSIDA/UNODC, Effectiveness of interventions to manage HIV in prisons – HIV care, treatment and support [Eficacia de las intervenciones para el manejo del VIH en prisiones – Cuidados, tratamiento y apoyo para el VIH], Ginebra, OMS, 2007, https://www.who.int/hiv/idu/Prisons_HIV%20treatment.pdf. (último acceso a los sitios: 21 de noviembre de 2007)