 La crisis humanitaria más grave en el mundo Por Joanne Mariner «*» Fátima, como la llamaré, tenía diecisiete años pero parecía más joven. Hablaba lentamente, con una voz reservada.
Joanne Mariner, subdirectora de la División de las Américas de Human Rights Watch
La entrevisté en un campo para desplazados en Darfur. Además de ser uno de los dos millones de habitantes de la zona que han tenido que huir de sus hogares para salvar sus vidas, Fátima fue víctima de violencia sexual. Su voz se alzó con emoción cuando describió cómo, apenas dos días antes, un grupo de hombres vestidos con uniformes militares las atacó a ella y a sus amigas.
Las muchachas intentaron escapar, pero ella y una amiga aún más joven no lograron hacerlo. Fueron capturadas y violadas por milicianos "janjaweed", quienes las retuvieron durante horas.
Darfur, en el oeste de Sudán, enfrenta la crisis humanitaria más grave del mundo actual. El conflicto armado, entre el gobierno sudanés y los rebeldes darfurianos, que se desató allí a comienzos de 2003 se convirtió rápidamente en una guerra en contra de la población civil, percibida como la base de apoyo de la rebelión. No solamente los hombres darfurianos son presa de la violencia. También mujeres adultas y niñas.
Este mes, mientras el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas discute el caso de Darfur, la violencia continúa sin tregua. Si no se produce una acción rápida por parte de la comunidad internacional, es seguro que la campaña de asesinato, violación, pillaje y desalojo forzado en Darfur no se detendrá.
Frente a los crímenes de Jartum contra la humanidad, las Naciones Unidas deben tomar medidas urgentes para proteger a los civiles en Darfur. Es más, deben garantizar que se llevará ante el Tribunal Penal Internacional a los que han dirigido estas atrocidades.
Despojada de sus tierras, viviendo en la miseria, la población civil de Darfur merece la atención del mundo.
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