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V. Conclusión

En diciembre de 1999, en el momento más polémico del caso Elián González, el niño de seis años al que su familia de Miami le impidió regresar con su padre a Cuba, el Presidente Fidel Castro se presentó delante de un grupo de alumnos que habían estado protestando frente a la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana y declaró:

La política de la Revolución, si alguien quiere salir de nuestro país para otro país, si le dan permiso de entrada en ese otro país, es autorizarlo a que salga. Nuestro país no prohíbe que ninguna familia emigre, porque construir una sociedad revolucionaria y justa como el socialismo es una decisión voluntaria y libre.203

Era una razón sólida para una política sólida. Pero, como ha demostrado este informe, no era más que ficción. Cuba niega con frecuencia a sus residentes el derecho a salir de su país. También impide regresar a algunos que han salido. El resultado es la separación forzada de familias. Dada la angustia que puede causar esta separación, la verdadera política sobre viajes de Cuba ofrece al gobierno un instrumento poderoso para castigar a los desertores y silenciar a los críticos. Y  supone una cruda demostración de que el tipo de “socialismo” de Castro no es, para un gran número de cubanos, “voluntario” ni está basado en “decisiones libres”.

Mientras tanto, el gobierno de Bush se ha comprometido a promover una “Cuba libre”. Sin embargo, insiste en hacerlo mediante una política de embargo que ya ha acumulado un historial de cuatro décadas de fracaso. En lugar de buscar una nueva y más efectiva estrategia para promover la democracia en la isla, el gobierno ha reforzado una característica fundamentalmente inhumana de la vieja estrategia. En el nombre de la promoción de la libertad en Cuba, Estados Unidos ha socavado una libertad fundamental de cientos de miles de cubanoamericanos. Y, al hacerlo, ha provocado un daño profundo y, en ciertos casos, irreparable a incontables familias cubanas.

El reto de construir una sociedad cubana más abierta y justa es urgente. La solución, sin embargo, no puede estar basada en el desprecio por los derechos individuales ni el bienestar de las familias. Ha llegado el momento de que tanto el gobierno estadounidense como el gobierno cubano pongan fin a sus políticas inhumanas con respecto a los viajes.



[203] Discurso pronunciado por el Presidente Fidel Castro Ruiz, 23 de diciembre de 1999, http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1999/ing/f231299i.html (consultado el 26 de septiembre de 2005).


<<precédente  |  índice  |  proximo>>octubre de 2005