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Colombia — El Presidente electo Uribe visita Washington
(Nueva York, 18 de junio de 2002) — La administración Bush debería aprovechar la visita a Washington del presidente electo de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, para alentarlo a que adopte medidas concretas en la lucha contra los grupos paramilitares, afirmó hoy Human Rights Watch. Esta semana Uribe se reunirá con el presidente Bush y con miembros de su gabinete, incluyendo al Secretario de Defensa Donald Rumsfeld, en su primera visita oficial a Washington como presidente electo.

Uribe debe demostrar al mundo que está dispuesto a atacar todos los focos de terror existentes en Colombia, incluyendo a los grupos paramilitares, que siguen contando con un fuerte apoyo de las Fuerzas Armadas.

José Miguel Vivanco, Director Ejecutivo de la División de las Américas de Human Rights Watch


Colombia es el principal receptor de asistencia militar norteamericana después de Israel y Egipto. Se espera que la ayuda norteamericana a Colombia alcance los 378 millones de dólares en el año 2002. Este mes, las dos cámaras del Congreso estadounidense eliminaron las restricciones legales que establecían que la ayuda militar a Colombia sólo podía utilizarse en operaciones contra el narcotráfico. La nueva disposición adoptada por el Congreso permite que las tropas entrenadas y equipadas por los Estados Unidos participen en operaciones anti-terroristas.

El Ejército Colombiano busca obtener la ayuda de los Estados Unidos en la lucha contra los grupos guerrilleros, principalmente las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Las FARC son responsables de reiteradas violaciones a los derechos humanos y a las leyes humanitarias, adjudicándoseles la autoría de diversas masacres, asesinatos, secuestros y ataques indiscriminados con bombas fabricadas con tubos de gas.

Paralelamente, el Ejército Colombiano no sólo mantiene vínculos estrechos con los grupos paramilitares, sino que también parece carecer de la voluntad y el compromiso necesarios para enfrentar y desmantelar estos grupos, que son responsables directos de decenas de masacres ocurridas en el último año. El 10 de Septiembre de 2001 el Secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, incluyó al principal grupo paramilitar colombiano en la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras.

"Uribe debe demostrar al mundo que está dispuesto a atacar todos los focos de terror existentes en Colombia, incluyendo a los grupos paramilitares, que siguen contando con un fuerte apoyo de las Fuerzas Armadas," dijo José Miguel Vivanco, Director Ejecutivo de la División de las Américas de Human Rights Watch. "Si Uribe debilita a los grupos guerrilleros y al mismo tiempo fortalece a las organizaciones paramilitares, la democracia colombiana continuará padeciendo tantos problemas como en la actualidad."

Desde 1997, la asistencia militar norteamericana ha estado condicionada a los avances alcanzados por el gobierno colombiano en el campo de los derechos humanos, incluyendo la necesidad de romper los lazos existentes entre las Fuerzas Armadas y los grupos paramilitares. El Senado norteamericano dio un paso más en este sentido cuando aprobó el último paquete de ayuda a Colombia y designó fondos especiales para la creación de la primera brigada "anti-paramilitares", cuyo objetivo consiste en arrestar a los líderes de estos grupos violentos. Existe una preocupación creciente sobre el compromiso de Uribe en la lucha para erradicar los grupos paramilitares. Cuando se desempeñaba como Gobernador de Antioquia -uno de los estados más violentos de Colombia- Uribe reclutó cientos de civiles para que trabajaran como espías y soldados en operaciones dirigidas por el Ejército. Uribe adoptó estas medidas -de manera enérgica- en el marco de un programa patrocinado por el gobierno central.

Human Rights Watch observó que estos grupos, llamados "Convivirs," estaban poco controlados y que no debían cumplir con regulaciones específicas. Muchos de ellos estaban integrados por conocidos líderes paramilitares o se habían convertido en bandas dedicadas a cometer actos delictivos. Entre estos grupos se encontraba el "Convivir" de La Ceja, Antioquia, vinculado a una serie de asesinatos ocurridos entre 1996 y 1997, cuando Uribe era gobernador.

A lo largo de su campaña electoral, Uribe mantuvo al General (retirado) Rito Alejo del Río como uno de sus principales y más cercanos asesores. Del Río fue dado de baja en 1999 por el entonces Presidente Andrés Pastrana debido a su supuesto apoyo a grupos paramilitares en Antioquia. En ese entonces (1995-1997) Del Río se encontraba a cargo de la XVII Brigada de Antioquia y trabajaba junto al entonces Gobernador Uribe. Ese mismo año el gobierno norteamericano canceló la visa de Del Río -negándole la entrada al país- debido a su supuesta participación en actividades terroristas y de narcotráfico.

Uribe, junto a su actual candidato a ocupar el ministerio conjunto de Interior y Justicia, Fernando Londoño, fueron los únicos oradores en una cena realizada para homenajear a Del Río y otro general dado de baja, quienes fueron presentados como héroes nacionales.


GALERÍA DE FOTOS — CRISIS EN COLOMBIA
INFORME 2001 — LA "SEXTA DIVISION"
INFORME ANUAL 2002 — CAPÍTULO SOBRE COLOMBIA
DOCUMENTADOS SECUESTROS POR PARTE DE LAS FARC (15 de abril de 2002)
INFORME 2001 — EL DIH Y LA CONDUCTA DE LAS FARC-EP
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