Los niños olvidados de Guatemala
VIOLENCIA POLICIAL Y ABUSOS A DETENIDOS

  • SIGLAS

  • RESUMEN

  • RECOMENDACIONES

  • ABUSOS CONTRA NIÑOS DE LA CALLE

  • ABUSOS EN EL SISTEMA DE JUSTICIA PARA MENORES
    (New York: Human Rights Watch, 1997)

    ABUSOS CONTRA NIÑOS DE LA CALLE

    Antecedentes

    Niños de la calle

    La cifra de niños de la calle en Guatemala varía entre 1.500 y 5.000, la mayoría de los cuales residen en Ciudad de Guatemala.(1) Las niñas constituyen entre 20 y 30 por ciento de los niños de la calle de Guatemala.(2)

    Human Rights Watch adopta la definición de niños de la calle formulada por el Programa Inter-ONG para Niños y Jóvenes de la Calle (Inter-NGO Programme for Street Children and Street Youth):

    Los niños de la calle son aquellos para los que la calle... más que su familia se ha convertido en su verdadero hogar, una situación en la que no existe protección, supervisión o dirección por parte de adultos responsables.(3)

    En Guatemala, la mayoría de los niños de la calle con los que hablamos vivían y dormían en la calle, se refugiaban en parques, bajo escaleras o en portales. Unos cuantos dormían en hoteles baratos donde pagaban un cuarto haciendo un fondo común entre amigos. Otros pasaban los días en la calle y volvían a sus casa a dormir.(4)

    Sesenta y cinco por ciento de los niños de la calle de Ciudad de Guatemala están en edades comprendidas entre los diez y los diecisiete años.(5) En su mayoría el resto tienen dieciocho años o más, y sólo el tres por ciento son menores de diez años.(6) La mayoría viven en el área centro de Ciudad de Guatemala, y más del sesenta por ciento son de la misma Ciudad de Guatemala. Entre 10 y 15 por ciento han llegado a Guatemala procedentes de países centroamericanos vecinos, sobre todo de Honduras y El Salvador. El 25 por ciento restante proceden tanto de otras áreas urbanas como rurales de Guatemala.

    Aunque existen niños de la calle en otras ciudades guatemaltecas, los programas de promoción y acogida no gubernamentales están concentrados principalmente en Ciudad de Guatemala. En ninguna parte del país existen programas gubernamentales para niños de la calle.

    Entre los niños de la calle guatemaltecos está extendida la práctica de inhalar los gases que emana el pegamento o el solvente; se drogan para escapar del dolor, el hambre y el desamparo. Setenta y cinco por ciento de los niños de la calle guatemaltecos confesaron a Casa Alianza que eran consumidores habituales o adictos a los inhalantes.(7) Sin embargo, según los educadores de la calle de Casa Alianza, es muy posible que más del 90 por ciento sean adictos a los inhalantes químicos.(8) Casi todos los niños y jóvenes que entrevistamos en la calle, algunos con tan sólo ocho años, inhalaban solvente durante la conversación, algunos continuamente. Algunos de los niños estaban tan intoxicados que les costaba hablar. Los jóvenes de la calle estaban expuestos a problemas mentales a largo plazo, que tanto los jóvenes de la calle como los educadores de la calle atribuyeron a los años de consumo de inhalantes químicos. "Te come el cerebro," nos dijo un joven. El tolueno, un producto químico potente que destruye células del cerebro y otros tejidos orgánicos, aparece con frecuencia en la composición de los solventes industriales y pegamentos que consumen los niños.

    La fuentes principales de ingresos de la mayoría de los niños de la calle son el robo, la prostitución y la mendicidad.(9) Los educadores de la calle dicen que la mayoría de los niños de la calle se dedican a los robos de poca monta, y que la mayoría de las niñas de la calle se prostituyen, empezando normalmente a los doce años.(10) El uso de preservativos no es frecuente y la tasa de embarazos entre las niñas de la calle es elevada. El médico en plantilla de Casa Alianza confirmó la alta incidencia de los embarazos entre las niñas de la calle,(11) así como una tasa creciente de infecciones del SIDA. Desde enero a septiembre de 1996, atendió a ocho chicas con SIDA, entre ellas tres fallecieron. Al único chico con SIDA que vio era un travestido.(12) Los trabajadores de la salud y educadores de la calle predicen que si no se toman medidas la incidencia del SIDA crecerá de manera dramática.(13) Hasta la fecha no existen programas gubernamentales de educación sobre el SIDA y mucho menos programas destinados a niños de la calle y prostitutas.

    El médico de Casa Alianza también declaró que las siguientes enfermedades son habituales entre los niños de la calle: piojos, parásitos intestinales, parásitos en la piel, neumonía, tuberculosis (que afecta a entre 30 y 40 por ciento de los niños); y toda una serie de enfermedades de transmisión sexual, como gonorrea y sífilis -- estas enfermedades se dan sobre todo entre las niñas.(14)

    El doctor nos dijo en relación a los riesgos para la salud de los abusos policiales:

    Hace unos años era muy normal ver a niños que habían sido golpeados por la policía. Les pegaban, a veces muy duro... Vi vejigas e intestinos reventados, costillas rotas. Hacían a los niños tragarse bolsas de pegamento. Todavía veo ese tipo de abusos, aunque menos que antes. Hace cinco años, veía cuatro o cinco casos de palizas de la policía al día. Ahora, veo cinco o seis al mes. Moratones, contusiones.(15)

    Según el doctor, la responsabilidad de las palizas se reparte al menos con la misma frecuencia entre policías privados y la Policía Nacional. "Esos tipos sí que son muy agresivos con los niños," nos dijo.(16) Cuando conversamos con él, el Dr. Zamora llevaba nueve años en la plantilla de Casa Alianza.

    Muchos de los niños con los que hablamos, sobre todo los más jóvenes, estaban descalzos, mal vestidos y cubiertos de arañazos y cortes. Los educadores de la calle llevan maletines de primeros auxilios y atienden las necesidades médicas básicas de los niños sobre el terreno, les aplican bálsamos desinfectantes, tiritas y aspirinas.

    Según los educadores de la calle, los trabajadores sociales y los mismos niños, la gran mayoría de estos niños están en la calle por que sus familias han abusado de ellos o les han abandonado. Por ejemplo, un estudió descubrió que 64 por ciento de las niñas de la calle entrevistadas habían sido víctimas de incesto.(17) Las siguientes historias, que nos contaron durante nuestra misión, son habituales:

      Victor,(18) ocho o nueve años, se pasa los días inhalando solvente y vagando en busca de dinero por la terminal principal de autobuses en Ciudad de Guatemala. Su madre, alcohólica, mendiga en la terminal y manda a Victor y a sus hermana a que mendiguen también. Todo lo que recogen se lo dan a ella; que utiliza el dinero para comprar más alcohol. Victor quiere entrar en un albergue para niños de la calle, pero su madre se opone. Hace algunos meses, otros niños de la calle rociaron a Victor con gasolina y le prendieron fuego, lo que le provocó quemaduras de primer grado en los muslos, ingle, y genitales.(19)

      Juan Alexander, dieciséis años, llevaba seis años en la calle cuando le entrevistamos. Su padre murió cunado tenía un año y su padrastro era un alcohólico que abusaba de él físicamente. A los doce años, tras años de padecer ataques violentos e intentar, sin conseguirlo, proteger a su madre, Juan Alexander se fue de casa. En la calle empezó a inhalar pegamento. Al poco tiempo también consumía otras substancias -- marihuana, cerveza y aguardiente, barbitúricos y anfetaminas, y cocaína. Se mantenía robando, mendigando, cantando en los autobuses para obtener donativos y lavando camiones.(20)

      Susana, dieciséis, al principio se echó a la calle después de que un vecino la violara. Tras la violación, perdió cualquier interés en los estudios o en la escuela.
       

    Sólo quería tomar drogas. Al final mi familia me dijo que me fuera de casa, y lo hice, y nunca volví. Y no voy a volver a casa... Es tan triste. Por eso tomo drogas. Para olvidarme por un rato. Para intentar olvidar. Muchos niños de la calle están ahí por que tienen problemas en casa. O se han ido por que los problemas son muy malos, o sus padres les han echado. Entonces llegan a la calle y se vuelven adictos a las drogas. Es difícil salir de la drogadicción. Es un camino sin salida. Robar es muy arriesgado. La policía es peligrosa y la gente en la calle es peligrosa. Te pueden clavar un cuchillo, te pueden violar. Anoche, dos niños empezaron a pelear duro por pegamento. Te pueden matar por algo así. Cada uno de nosotros tiene sus problemas personales. Voy a entrar en un refugio para niñas de la calle. Primero Dios.(21)

    Asesinatos y otros ataques violentos: Tendencias desde 1990

    A principios de los noventa, la mirada internacional se concentró en Guatemala, cuando agentes de la Policía Nacional y otros miembros de las fuerzas de seguridad del estado participaron en docenas de ataques violentos contra niños de la calle, entre ellos catorce asesinatos en un periodo de dieciocho meses.(22) El peor año en relación a este tipo de asesinatos fue 1990, que se inició con el asesinato de marzo de Nahamán Cardona López.(23) A finales de ese año, varios niños habían sido asesinados y docenas habían sido heridos. En estos crímenes estaban implicados veinticuatro agentes de la Policía Nacional y cuatro guardias de seguridad privada.(24)

    Los ataques iban de palizas graves, ingestión forzada de pegamento para calzado tóxico, tortura y mutilación, amenazas de muerte, hasta ejecuciones extrajudiciales a quemarropa. Casa Alianza empezó ha hacer públicos estos casos y a presionar para que la policía se hiciera responsables de los abusos de derechos humanos contra los niños de la calle, una iniciativa sin precedentes en Guatemala. Estas iniciativas, fortalecidas por la independencia cada vez mayor de los gobiernos civiles sucesivos,(25) condujeron a una disminución de las más formas más atroces de abuso por parte de los fuerzas de seguridad del estado. No obstante, las calles siguieron siendo un lugar peligroso para los niños.

    El año 1994 fue el peor año en términos de homicidios de niños de la calle desde 1990. Se registraron trece muertes.(26) También fue muy negro el año 1996, en el que se produjeron al menos diez asesinatos de niños y jóvenes de la calle, entre ellos uno asesinado a quemarropa por un agente de la Guardia de Hacienda uniformado. (Ver "Asesinatos," más adelante.) Sin embargo, a diferencia de los asesinatos de principios de 1990, en los que la mayoría de los atacantes eran agentes de policía, la mayoría de los responsables de los asesinatos de 1996 no fueron identificados. Han sido miembros de las fuerzas de seguridad del estado fuera de servicio, guardias de seguridad de negocios privados o de particulares, o incluso ciudadanos particulares embarcados en una venganza personal contra los niños de la calle con motivo de su presunta delincuencia. A esta fenómeno contribuye una cultura de la violencia cada vez más persistente en Ciudad de Guatemala, por la cual el número de personas armadas siempre va en aumento y los delitos violentos están subiendo vertiginosamente. De hecho, fuentes independientes nos informaron que elementos del crimen organizado son los responsables de parte de la violencia contra los niños de la calle. Según nos informaron, se está recurriendo a los niños de la calle para que ejerzan de correos de la droga y de cómplices de bandas de "robacarros".(27) Al parecer, cuando estos niños saben demasiado o se convierten en una carga son asesinados.

    En Guatemala y en otros países, las rachas de violencia contra niños de la calle se han denominado iniciativas de "limpieza social."(28) En Guatemala, las víctimas del fenómeno de "limpieza social" han sido los niños de la calle así como otros elementos de la sociedad considerados delincuentes. La Misión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para Guatemala (MINUGUA) y otras organizaciones de derechos humanos nacionales han denunciado reiteradamente esta práctica. Las autoridades investigan muy pocas veces los asesinatos de "limpieza social."

    La impunidad generalizada permite que continúe la violencia contra niños de la calle. En Guatemala, de las casi 300 denuncias penales presentadas por Casa Alianza en representación de niños de la calle, sólo se han procesado judicialmente unas cuantas. En la gran mayoría de los casos, los incidentes no se investigan y no se detiene a los responsables. Cuando se producen detenciones, es posible que se necesiten años de presión concertada para obtener condenas, que al final suelen ser revocadas en el nivel de apelación. Las condenas suelen ser benévolas y nunca se pagan las multas por daños y perjuicios impuestas por las cortes. (Ver "El gobierno no detiene, investiga, procesa, ni condena," más adelante.) Frente a estos antecedentes de impunidad, no es de sorprender que las fuerzas de seguridad privada y del estado sigan abusando de los niños de la calle.

    Abusos por parte de la Policía Nacional y de otras fuerzas de seguridad del estado

    Son cosas muy feas, lo que pasa en la calle.(29)

    La Constitución de Guatemala establece que el Estado "garantiza y protégé la vida humana . . . así como la integridad y la seguridad de la persona."(30) El derecho internacional protege con firmeza estos mismos derechos. Tanto el Pacto Internacional de Deberes Civiles y Políticos, la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, como la Convención sobre los Derechos del Niño prohíben la tortura y el trato cruel, inhumano o degradante.(31) Guatemala ha ratificado estas tres convenciones de derechos humanos. No obstante, como se expone en las páginas siguientes, los agentes encargados de hacer cumplir la ley de Guatemala incumplen estas leyes a diario.

    Violencia habitual: robo y asalto

    Casi todos los niños con los que conversamos mencionaron robos y asaltos por parte de la policía. En general, los agentes acusados de estos delitos pertenecían al 2º y 5º Cuerpo, que operan en la Zona 1, el área centro de la ciudad.(32) Estos ataques se produjeron en calle ajetreadas de la ciudad a plena luz del día, en calles tranquilas en mitad de la noche, en pasadizos y áreas desiertas y en estaciones de policía. Con frecuencia, son presenciados por transeúntes u otros agentes de policía.

    Puede que se recurra a las palizas durante los robos frecuentes a niños de la calle; en otras ocasiones, los golpes son sólo una forma de castigo extrajudicial. Otra práctica común es la extorsión de dinero por parte de la policía amenazando a los niños con encarcelarlos (con falsos cargos) si se niegan a pagar. Si el niño ha cometido un delito, la policía suele solicitar "mordidas" (chantajes) a cambio de su libertad. También son habituales los ataques sexuales a niñas y jóvenes de la calle.

    Mauricio, un joven de la calle, nos dijo:
     

    Hace dos semanas tenía el pelo largo. Pero policías del Segundo Cuerpo llegaron y me llevaron, y me trasladaron a la estación. Primero vertieron pegamento en mi cabeza. Después me cortaron el pelo con cuchillas de afeitar. Me acusaron de robar y oler pegamento, pero no me pusieron ningún cargo ni me llevaron a los tribunales. Sólo me hostigaron y afeitaron mi cabeza. Esto me ha pasado muchas veces.

    Llevaba dos cadenas cuando me llevaron, pero se las dí a un amigo para que la policía no me las robara. Ayer, dos agentes de policía diferentes me robaron las cadenas. Estaba desorientado [de inhalar pegamento]. Me las robaron y se fueron. Era de noche, no había nadie, sólo yo y mi novia. También me quitaron cincuenta quetzales y mi reloj.

    Pasa todo el rato, la policía nos quita las joyas y el dinero. Casi no puedes llevar una cadena ni nada -- vienen y te pegan y te la quitan. No les gusta vernos con joyas. Les da envidia.(33)

    Maritza, la novia de Mauricio:
    Anoche me robaron dos policías del 2º Cuerpo. Fue cuando le robaron a mi novio las cadenas y el dinero; querían mi dinero, también. No quería darles nada, pero me pegaron y me quitaron el dinero -- veinticinco quetzales. Era tarde en la noche. Vi el carro de la patrulla, pero me olvidé del nombre. Ibamos camino del hotel a dormir un poco. Nos agarraron solos en una calle oscura.

    Me pegaron dos veces en el estómago, duro. Entones uno de ellos puso su mano en mi camisa y entre mis piernas, tocándome. Se supone que estaba cacheándome, pero la verdad es que sólo me estaba tocando. Siempre nos hacen eso a las chicas, es muy habitual.

    También me pagaron los agentes de la policía hace poco cerca del Palacio Nacional. Estos policías que nos atacan, a veces llevan chumpas encima del uniforme, así no podemos ver sus identificaciones.(34)
    Juan Alexander, dieciséis años, llevaba en la calle cinco años cuando lo entrevistamos. Nos dijo a propósito de los abusos por parte de la policía:
    La policía siempre me dice que les de dinero. Dicen que si no se lo doy, me detienen... Oh, esto pasa todo el rato. Seguramente esto me ha pasado quince veces o más.
    ¿Cómo puede ser que agentes de la justicia nos pidan dinero? ¿ Cuando no les estamos haciendo nada? Y pensar que a algunos pobres niños se los llevan y les dan palizas, sólo por que no tienen dinero para darle a la policía.
    Otra cosa que hacen es llevarte a la estación y hacerte limpiar -- dicen que te van a detener si no lo haces. Y nos pegan, a veces. En la calle y también en la estación; nos pegan delante de los otros policías. También nos pisan las manos con los tacones de las botas y aprietan duro y retuercen. Y se sientan en nuestra espalda y nos hacen hacer flexiones.(35)
    David, dieciséis años:
    Cuando te agarran robando, te patean y te pegan con los palos, y cinco o seis de ellos te dan una paliza aquí en medio de la calle. Primero te ponen las esposas, y después te pegan una paliza. Después te llevan a la corte... Sólo quieren dinero, la policía. Si no se lo das, le mienten a la jueza, le dicen que te han encontrado tomando drogas, o con un cuchillo o robando a alguien. Nos acusan de cosas que no hacemos, y la jueza se lo cree.(36)
    Beto, quince años, ha estado en la calle desde que tenía diez años. Nos dijo:
    La policía nos trata mal. Nos pegan. Sin ningún motivo especial... sólo por que les apetece. Me han pegado muchas veces. Te pegan con rifles, o con palos, en la espalda o en el estomago. Y a veces sólo te pegan un puñetazo en la barriga. También nos quitan el solvente y nos lo echan por la cabeza. Me han hecho eso cinco veces. Es horrible, duele mucho. Se te mete en los ojos y quema; no puedes ver nada por media hora.(37)
    Miguel Angel, un joven con nueve años de experiencia en la calle:
    La policía nos molesta todos los días. Nos pegan y nos roban el dinero, los zapatos, las chumpas. Si no les das lo que quieren, te dan una paliza y te detienen... No podemos decir nada, o nos pegan más duro. El 2º y el 5º Cuerpo son lo peor; la Zona 1 es lo peor.(38)
    Dolores lleva en la calle más de seis años:
    Hace dos meses, tuve una mala experiencia con la policía. Estaba durmiendo en el parque. Llegaron dos policías del 2º Cuerpo y me pidieron que les diera el dinero. Tenía como veinte quetzales. Me dijeron que si no se lo daba, me iban a acusar de posesión de marihuana. Me dijeron que tenían la marihuana y que la iban a poner en mi bolsa. Me patearon la espalda para que me moviera. Les di el dinero.
    Ayer llegó la policía, me metieron en la boca esa cosa que da corriente. Es la batería del beeper, la pieza que le conectan para cargarlo. Duele mucho. Lo hicieron sólo para hacerme daño... Hay algunos policías buenos, pero la mayoría son malos. Disfrutan haciéndonos daño.(39)
    Los educadores de la calle y otras personas que trabajan con niños de la calle confirmaron la existencia de estas prácticas policiales. Algunos consideraban que la frecuencia de dichos abusos había disminuido en los últimos dos años, aunque otros afirmaron que en realidad el comportamiento policial estaba empeorando. Los propios niños y jóvenes eran consistentes al referirse a los ataques y robos frecuentes.

    Violencia contra niñas: acoso sexual y violación

    Las niñas de la calle son vulnerables además a los ataques sexuales.(40) Varias de ellas nos dijeron que eran víctimas habituales de acosos sexuales por parte de agente de seguridad privada y de la policía. Activistas de los derechos del niño nos confirmaron la frecuencia de dichos acosos. Según se ha informado, las violaciones por parte de agentes de la policía están disminuyendo;(41) no obstante, al menos una niña de la calle fue violada por agentes de la policía uniformados en 1996.

    Susana, dieciséis años, conversó con Human Rights Watch sobre los abusos dirigidos contra las niñas, como el acoso sexual, el abuso de autoridad y la violación. En abril de 1996, Susana fue violada por dos agentes de la policía uniformados. Un tercer agente vigilaba.

    Tanto los guardias privados como la Policía Nacional nos hacen darles dinero y cosas, para que no nos lleven presos. Bueno, si no saben que eres un niño de la calle no lo hacen; pero si saben que eres un niño de la calle, lo hacen todos los días. Te piden todo lo que tienes. Si no tienes dinero, tienes que darles algo. O dicen que tienes que acostarte con ellos, si no te ponen en la cárcel.

    A veces son muy agresivos. Por ejemplo, dicen que quieren cachearme, pero la verdad es que sólo me están tocando -- sólo quieren tocar tu cuerpo. A veces si nos resistimos no lo hacen. Pero algunos nos tocan. Nos tocan y se ríen juntos. Ríen y ríen... Por lo que yo se, no tienen derecho a hacer eso.

    Esto me paso hace unos meses. Tres policías del 2º Cuerpo me llevaron... dijeron que los habían trasladado del Petén. Dijeron que si no me acostaba con ellos, me iban a colocar marihuana.

    Era de noche. Estaba con mi amiga Carmen. Le dijeron lo mismo a ella. Era Jueves Santo y Carmen y yo estábamos mirando una procesión en la 18 Calle. Estos tres policías llegaron y nos llevaron. Eran como las 10:00 p.m. Nos llevaron andando hasta el estadio Mateo Flores. Cuando llegamos allá, nos llevaron detrás del estadio, a un pasadizo oscuro.

    Allí me violaron. Me violaron dos de ellos. El tercero se quedó con Carmen y vigilaba por si pasaba alguien. Dijeron que si hacíamos algún ruido nos llevaban presas, y nos metían en la cárcel por tener marihuana. Nos tuvieron allí como una hora.

    Después, uno de ellos me dijo: Si tienes algún problema y necesitas ayuda, ven a buscarme al 2º Cuerpo, y te ayudaré. Lo dijo de una manera muy sarcástica. Me estaba humillando.

    Nos dejaron en la estación del tren y nos dieron dos quetzales para el autobús. Nos fuimos al refugio de Casa Alianza. Me llevaron al hospital. Después me fuí, para que nadie me molestara.

    Lo he visto una vez desde entonces, vestido con ropa de calle. Cuando me vio, echó a correr.

    Estoy segura de que esto le ha pasado a muchas niñas. Pero normalmente no van a contarlo... Son cosas muy feas, lo que pasa en la calle.(42)

    Un profesor del Movimiento Nacional de los Niños, que , desde los once años, había sido un niño de la calle durante más de diez años, dijo que las niñas suelen padecer todos los abusos del que son objeto los varones, más los abusos relacionados con el género. "La policía dice que quieren acostarse con una niña. Si se niega, la detienen, o la acusan de 'prostitución clandestina'."(43)
     
    Homicidio y homicidio frustrado

    En 1996, al menos diez niños de la calle fueron víctimas de homicidios; otros sobrevivieron intentos de asesinato y quedaron con heridas graves. En la mayoría de estos casos no se han identificado a los responsables y se desconoce si eran agentes del gobierno, guardias de seguridad privados o "para policiales" ciudadanos.(44) Sin embargo, se sabe que en al menos un caso un agente del gobierno guatemalteco -- el agente de la Guardia de Hacienda Ezequiel Ramírez -- disparó a quemarropa Ronald Raúl Ramos, un joven de la calle de dieciséis años.

    Poco antes de su asesinato, Ronald Raúl conversó con nuestra investigadora en un refugio de Casa Alianza en Antigua, Guatemala. Nos dijo que llevaba en la calle desde los siete años, primero en su país de origen, El Salvador, y después en Guatemala desde 1990. Ronald Raúl sobrevivía mendigando y robando. Le habían encarcelado varias veces, una de ellas cuando tenía quince años en Zona 18, una prisión para adultos. Nos dijo que la policía y los guardias privados le habían hostigado y golpeado varias veces. Cuando hablamos con él, estaba en un programa de rehabilitación para drogadictos dirigido por Casa Alianza.

    Dos semanas más tarde, Ronald Raúl estaba en Tecún Umán con un amigo. Tecún Umán, en el departamento de San Marcos, es una ciudad fronteriza con el estado de Chiapas, México; al parecer, planeaban cruzar la frontera con México. A mediodía del 20 de septiembre de 1996, a orillas del río Suchiate, que separa a Guatemala de México, apareció el cadáver de Ronald Raúl. Tenía una herida de bala en la región nasal y un orificio de salida en la parte de atrás de la cabeza.(45)

    Según la versión de Casa Alianza, el agente se acercó a Ronald Raúl en estado de ebriedad y le exigió que le diera dinero antes de dispararle. Un informe de la Guardia de Hacienda confirmó que la persona acusada del asesinato era el agente Armando Ezequiel Ramírez Ramírez. Según este informe, tras disparar al niño, Ramírez entregó su rifle y pistola a dos agentes de la Guardia Nacional y se dio a la fuga. Hasta la fecha, el inculpado no ha sido detenido.

    Lo que sigue son algunos casos de asesinatos de niños y jóvenes de la calle ocurridos en 1996:

      Octavio Díaz, diecisiete años, su cadaver fue hallado el 1º de enero de 1996. Octavio fue asesinado por un solo disparo a quemarropa en la cabeza. Se encontró una bayoneta en las cercanías de la escena del crimen. Aunque no se ha mencionado a ningún sospechoso, una fuente cercana al caso informó que un agente de la Policía Nacional estaba implicado.

      Blanca Azucena Guerra Zetc y Armando Valdemar Velázquez Valdez, ambos de trece años de edad, fueron asesinados junto a Clara Luz Guerra Zetc, de diecisiete años, el 8 de junio de 1996.(46) Sus cadáveres fueron hallados cerca de Ciudad de Guatemala. Los tres habían sido asesinados con cuchillos o machetes y sus cabezas habían sido prácticamente cercenadas. En al menos uno de los cuerpos (él del niño) se encontraron señales de tortura. Habían notas sobre los cadáveres que decían "ladrones" asesinados por "vecinos preocupados." En marzo de 1997, no se había avanzado en la investigación y los asesinos no habían sido identificados.

      Marvin Aju Barrientos, edad desconocida, a primeras horas de la mañana del 4 de agosto de 1996, fue disparado supuestamente por el acompañante de un borracho al que estaba intentando robar la cartera.(47) Los agresores se dieron a la fuga tras dispararle en el pecho. Marvin fue trasladado a la sala de urgencias del hospital, donde lo declararon fallecido a la entrada. Los dos hombres llevaban sudaderas y vaqueros negros. A pesar de la existencia de tres testigos presenciales, no ha hecho ningún avance en la investigación del caso.

      Carlos Emir Arriaza Vásquez y Victor Noé Joj Pac, doce y catorce años respectivamente, sus cadáveres fueron hallados a primeras horas del 6 de octubre de 1996 en un campo de fútbol en Mixco, un área urbana en la periferia de Ciudad de Guatemala. Los niños "habían sido golpeados, decapitados y acuchillados en varias partes de sus cuerpos."(48) Según se informó, estos asesinatos estaban relacionados con bandas.
       

    Las autoridades demostraron una falta de interés inquietante en investigar los asesinatos de estos niños. Según se informó, el Ministerio Público, responsable de la investigación de todos los delitos, justificó su pasividad diciendo que las familias de las víctimas no habían mostrado ningún interés en el caso, y que por lo tanto la investigación era innecesaria. El Ministerio Público ni siquiera solicitó el informe del juez instructor, ni reclamó una investigación policial.(49)

    Entre las víctimas de intentos de asesinato ocurridos en 1996 se encuentran:

      Edgar Augusto Pérez, Estuardo de Jesús Pérez y "Miguelina," todos ellos niños de la calle, fueron atacados el 20 de enero de 1996.(50) Tres adultos habían mandado a los dos hermanos, de once y diez años, y a la niña de dieciséis años a que robar tapacubos de automóviles. Cuando estaban terminando de robar los tapacubos de un vehículo aparcado, un Mercedes Benz rojo que pasaba por el lugar se detuvo, y tres hombres armados salieron del vehículo y dispararon a los niños. Edgar recibió tres impactos de bala, y Estuardo y Miguelina dos. Hasta la fecha, no se ha identificado a los atacantes.

      Carlos Antonio Mejía Chávez y Juan Pablo Méndez, veinte y quince años respectivamente, fueron disparados por un atacante en ropa de calle -- que posteriormente fue identificado como un agente de la policía -- en la madrugada del 21 de enero de 1996. Estaban durmiendo junto a otros niños de la calle cuando se acercó un hombre que sin mediar palabra empezó a dispararles con su pistola. Carlos Antonio recibió impactos en el cuello y en el pecho, Juan Pablo en su pierna derecha. El resto de niños salieron sanos y salvos.
       

    Varios niños ofrecieron una descripción física detallada del atacante, que sin embargo nunca fue detenido. Se informó que la Policía Nacional no investigó el caso, ni éste apareció en la prensa guatemalteca.

    Human Rights Watch conversó con Juan pablo, uno de los supervivientes del ataque. Nos dijo que: "En enero de este año [1996], estaba durmiendo con otros niños cuando llegó un agente de la policía y disparó a nuestro grupo... No llevaba uniforme. Pero le habíamos visto antes -- sabíamos que era un agente de la policía."(51) Juan Pablo no sabía cuál pudo ser el motivo del ataque.

    Hostigamiento a educadores de la calle

    Varias organizaciones, entre ellas Casa Alianza, el Movimiento Nacional de Niños, el Centro de Desarrollo Integral Comunitario (CEDIC) y Sólo Para Mujeres, utilizan un sistema de promoción basado en "educadores de la calle." Los educadores de la calle pasan varias horas al día en las calles y en los parques de Ciudad de Guatemala estableciendo contactos y relaciones de confianza con niños de la calle. Atienden las heridas de los niños, ayudan a resolver conflictos y animan a los niños a que entren en albergues, donde se prohíbe el consumo de drogas. Suelen ser las únicas figuras en las que los niños confían y sienten respeto, y los niños recurren a los educadores de la calle cuando tienen problemas, como problemas con la policía.

    En 1996, el hostigamiento de educadores de la calle por parte de agentes de la Policía Nacional, habitual a principios de los noventa, siguió siendo un problema preocupante. El CEDIC denunció intimidaciones frecuentes a sus empleados por parte de la policía, "siempre están acusando a los educadores de distribuir drogas," dijo Edgar Alay, uno de los directores del CEDIC.(52)

    Varios educadores de Casa Alianza también denunciaron hostigamientos por parte de la policía. Uno de estos incidentes se produjo el 14 de septiembre de 1996, cuando un empleado de Casa Alianza se interpuso para proteger a un niño que estaba siendo golpeado por un agente de la policía. Mientras el agente golpeaba al niño, el educador de la calle se acercó y le dijo que no tenía derecho a golpear al niño, a lo que el agente respondió, "No me importa." Entonces, el educador le dijo al agente que trabajaba con Casa Alianza. El agente repitió que no le importaba, y el agente que le acompañaba ofreció la misma respuesta. Entonces, el agente que había golpeado al niño empezó a golpear suavemente en el hombro al educador. Cuando el educador protestó diciendo, "No me toque. No tiene derecho a tocarme," el agente esgrimió su arma en la cara del educador y le dijo que era el tipo más duro de la ciudad, y que para él las balas eran como pastillas.(53)

    El 6 de enero de 1996, agentes de la Guardia de Hacienda rodearon un refugio administrado por el Movimiento Nacional de Niños, y mantuvieron el cerco durante tres días, durante los cuales impidieron la entrada o salida del centro a cualquier persona.(54) Los agentes se retiraron finalmente el 8 de enero. Nunca dieron un motivo para el cerco.

    El 22 de marzo de 1996, un grupo de unos dieciséis agentes del 1er Cuerpo de la Policía Nacional se presentaron en la misma casa, entraron ilegalmente sin orden ni permiso y la registraron.(55) Interrogaron varias veces al personal en relación a los niños que vivían en la casa, los motivos por los que vivían allí, qué tipo de drogas consumían y pidieron los nombres de todas las personas que residían en la casa. Según Toledo, la presencia de voluntarios norteamericanos puede que mejorara la situación.

    La mañana siguiente, un grupo policial especial irrumpió violentamente en la casa, de nuevo sin orden judicial alguna. Toledo, que calificó el asalto de "acto de intimidación," dijo que provocó la actual inseguridad entre los trabajadores y los veintitrés niños que viven en el albergue.

    A finales de abril de 1996, unos cinco agentes de la policía se presentaron en otro centro administrado por la misma organización, con la intención de detener a los veintidós niños que vivían en la casa (ninguno de los cuales estaba presente al ser un día escolar), así como a los trabajadores. Los agentes llevaban ropa de calle y conducían un vehículo sin placas. Iban armados y llevaban radiotransmisores. Uno de ellos mostró una tarjeta que lo identificaba como agente de la Policía Nacional asignado a la Sección de Menores y afirmó que tenía una orden el Magistrado de Menores, pero se negó a mostrarla. El personal de la organización se puso en contacto con el Magistrado de Menores y con el Jefe de la Policía; quienes desmintieron haber aprobado dicha operación. El Jefe de la Policía dijo que iba a enviar a otros agentes para que investigaran el incidente, pero éstos no llegaron nunca, y nunca se realizó una investigación.

    Detención ilegal

    Las leyes guatemaltecas exigen que todos los niños detenidos por la policía sean llevados de inmediato ante un juez.(56) Durante las horas hábiles de las cortes, los niños deben ser llevados ante un juez de menores (hay tres ellos); en cualquier otro momento deben ser llevados ante un juez de paz. Una vez concluida la audiencia preliminar, los niños deben ser puestos en libertad o trasladados a un centro de detención de menores. Un menor no puede se llevado en ningún caso, por muy breve que sea el periodo de detención, a una estación de policía.(57)

    A pesar de que esta disposición legal es bien conocida, Human Rights Watch supo de muchos casos en los que llevaron a niños a estaciones de policía. Una vez allí, muchos de ellos fueron interrogados y coaccionados, en algunos casos con abusos físicos. La duración de las detenciones en las estaciones de policía variaban entre una y doce o más horas.(58)

    Daisy, quince años, nos dijo que se la habían llevado junto a otra niña a la estación de policía del 2º Cuerpo, donde las retuvieron durante tres horas antes de llevarlas ante un juez.(59) Graciela, dieciséis años, también estuvo detenida durante varias horas en el 2º Cuerpo. Durante su detención, su amigo y ella pidieron hacer una llamada a Casa Alianza. La policía se negó diciendo, "los de Casa Alianza sólo pelan la verga."(60)

    Claudia, quince años, fue entrevistada por Human Rights Watch en un refugio para niñas. Acababa de escaparse de Gorriones, el centro de detención de niñas en las afueras de Ciudad de Guatemala. Había sido su primera detención -- fue detenida junto a otras niñas y acusada de robo. Claudia nos dijo:

    La policía me detuvo a las 8:00 a.m. Nos llevaron a la estación. Nos dijeron que les diéramos las cosas que habíamos robado -- un reloj y una cadena -- y que nos iban a dejar ir. Les dimos las cosas, pero no nos dejaron ir. Nos tuvieron ahí todo el día, hasta las 6:00 p.m., preguntándonos cosas: dónde ibamos, dónde robábamos, quién nos vendía drogas... cosas así. Al final, nos llevaron al Centro de Observación.(61)

    Fuera de Ciudad de Guatemala, la práctica de detenciones ilegales de niños puede ser peor. Beto, un niño de quince años, nos dijo que el año anterior lo habían detenido durante cinco días en la estación de policía de Puerto San José, en la costa pacífica de Guatemala. Después de cinco días lo llevaron ante la corte en Ciudad de Guatemala.(62)

    Además de violar las leyes guatemaltecas, la práctica de detenciones ilegales constituye una violación del derecho internacional humanitario, como la Convención sobre los Derechos del Niño ("Ningún niño será privado de su libertad ilegal o arbitrariamente") y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos ("Nadie podrá ser sometido a prisión o detención arbitrarias").(63)


    CONTINUACIÓN

    1. Según el Gobierno de Guatemala, existen 1.500 niños de la calle en Guatemala. Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, "Acta sumarial de la 307ª Sesión," CRC/C/SR.307, 3 de junio de 1996, pág. 8. Partiendo de sus propias estadísticas, la organización no gubernamental Casa Alianza, la filial latinoamericana de Covenant House con sede en Nueva York, considera que tan sólo en Ciudad de Guatemala hay entre 1.500 y 2.000 niños de la calle, con una cantidad indeterminada en otras áreas del país. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño con Mario Alvarado, Coordinador de la Calle, 30 de agosto de 1996. Sólo Para Mujeres, una organización dedicada al trabajo con niñas de la calle, estima que existen 5.000 niños de la calle en Guatemala. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con Manuel Rueda, Director, Ciudad de Guatemala, 10 de septiembre de 1996.

    El Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, a propósito de que el Gobierno de Guatemala no estudiara la situación de los niños de la calle: "Al Comité le preocupan grandemente los insuficientes esfuerzos desplegados para acopiar datos estadísticos dispersos y determinar los adecuados indicadores cualitativos y cuantitativos de la situación de los menores, en particular de los pertenecientes a los grupos más desfavorecidos, incluidos los que viven y trabajan en la calle; los que son víctimas de malos tratos, descuido o abusos..." Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, "Observaciones finales del Comité de los Derechos del Niño: Guatemala," CRC/C15/Add.58, pág. 3.

    2. Las estadísticas de Casa Alianza del 28 de agosto de 1996 muestran que 19 por ciento de los niños de la calle contactados entre enero y agosto de 1996 eran hembras; el director de Sólo Para Mujeres, Manuel Rueda, estimaba que 30 por ciento de los niños de la calle de Ciudad de Guatemala eran hembras. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch, 10 de septiembre de 1996.

    3. Save the Children, Street and Working Children: A Guide to Planning (Niños de la calle y trabajadores: Una guía para la planificación), Manual de Desarrollo 4, 1994, pág. 15. (Traducción de HRW.) Este informe adopta la definición de "niño"`que aparece en el Artículo 1 de la Convención sobre los Derechos del Niño: "todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad." Según las leyes guatemaltecas, se llega a la mayoría de edad a los 18 años. Decreto Número 78-96 (Código de la Niñez y la Juventud), Artículo 2.

    4. Según las estadísticas que Casa Alianza proporcionó a Human Rights Watch; 80 por ciento de los niños dormían en la calle; 5,5 por ciento en casa; 4 por ciento en hoteles, y 3 por ciento en albergues. (El resto de los niños no concretaron dónde dormían.) Estadísticas de uso interno de Casa Alianza, 28 de agosto de 1996.

    5. La información de este párrafo ha sido extraída de las estadísticas de Casa Alianza para el período de enero a agosto de 1996, entregadas al Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch el 2 de septiembre de 1996 (estadísticas de Casa Alianza).

    6. Cabe destacar que, según el Dr. René Zamora, médico en la plantilla de Casa Alianza, el número de niños de la calle más jóvenes, por ejemplo, entre cinco y siete años, está aumentando. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch, Ciudad de Guatemala, 20 de septiembre de 1996.

    7. Estadísticas de Casa Alianza.

    8. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch, Ciudad de Guatemala, 27 de agosto de 1996.

    9. Las estadísticas de Casa Alianza muestran que 85 por ciento de los niños de la calle guatemaltecos realizan una o más de estas actividades.

    10. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con Mario Alvarado, coordinador de la calle de Casa Alianza, Ciudad de Guatemala, 27 de agosto de 1996.

    11. Ver también Tamara Rice Lave, "Breaking the Cycle of Despair: Street Children in Guatemala City" (Romper el ciclo de desesperación: Niños de la calle en Ciudad de Guatemala), Columbia Human Rights Law Review, vol. 27, nº 1, Otoño 1995, págs. 57, 66, n.p.pág. 46, en la que se cita una declaración que dice que el 55 por ciento de las niñas de la calle entrevistadas dijeron haber estado embarazadas al menos una vez.

    12. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con el Dr. René Zamora, Ciudad de Guatemala, 20 de septiembre de 1996. El Dr. Zamora dijo al Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch que no suele someter a pruebas del SIDA a los niños de la calle a su cargo. Hace algunas pruebas, pero nunca a niños menores de catorce años.

    13. Médicos Sin Fronteras informó que los datos relativos al SIDA en Guatemala no son confiables, ya que no se ha estudiado de manera adecuada. El grupo humanitario también dijo que había visto tres casos de niñas con SIDA en centro de detención de menores en 1996. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con Arlette García y Doris Mesilla, Médicos Sin Fronteras, Ciudad de Guatemala, 4 de septiembre de 1996.

    14. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con el Dr. René Zamora, Ciudad de Guatemala, 20 de septiembre de 1996.

    15. Ibíd.

    16. Ibíd.

    17. Lave, "Breaking the Cycle...", pág. 66, n.p.pág. 46, en la que se cita un estudio de 1991 sobre 143 niños de la calle en Ciudad de Guatemala. El estudio descubrió que el 100 por ciento de los niños entrevistados habían sido víctimas de abuso sexual, 53 por ciento de ellos por parte de familiares.

    18. Todos los nombres de los niños han sido cambiados para proteger su identidad.

    19. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con educadores de la calle de Casa Alianza, Ciudad de Guatemala, 27 de agosto de 1996.

    20. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con Juan Alexander, Ciudad de Guatemala, 3 de septiembre de 1996.

    21. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con Susana, Ciudad de Guatemala, 10 de septiembre de 1996.

    22. "Desde que, en marzo de 1990, empezó a denunciar abusos contra niños de la calle, Casa Alianza ha denunciado 14 casos de niños de la calle asesinados por la policía, 39 casos de torturas u otros abusos violentos y cuatro desapariciones." Americas Watch y Physicians for Human Rights, Guatemala: Getting Away with Murder (Guatemala: Asesinos sin castigo) (New York: Human Rights Watch, 1991), pág. 46.

    23. Nahamán murió diez días después de que cuatro agentes de la Policía Nacional lo tiraran al suelo y le patearan "durante varios minutos." Le rompieron seis costillas, desgarraron su hígado, y le provocaron contusiones en más del 60 por ciento de su cuerpo. Nahamán se convirtió en mártir y en la referencia principal de los intentos de acabar con la impunidad por los abusos policiales. Tras un larga batalla legal, en la que se celebró un segundo juicio, los atacantes fueron condenados a doce años de cárcel y a pagar 10.000 quetzales [unos 1.650 dólares cada uno] cada uno a la madre del niño por daños civiles. No existía precedente de una condena a agentes de la Policía Nacional por ataques a niños de la calle. Sin embargo, en marzo de 1997, no se habían pagado ninguna de las indemnizaciones. El 14 de marzo de 1997, catorce aniversario de la muerte de Nahamán, Casa Alianza presentó una demanda contra el Gobierno de Guatemala, alegando que el gobierno era responsable del pago de las indemnizaciones impagadas. Según Casa Alianza, "El Artículo 155 de la Constitución de Guatemala declara que el Estado es responsable por los daños y perjuicios causados por un trabajador del Estado en el ejercicio de su cargo. Pero esta clausula nunca se ha aplicado en las cortes por el miedo real a represalias por parte del aparato de seguridad del Estado." Correo electrónico de Casa Alianza, "Guatemala: Civil Suit Against Government" (Guatemala: Demanda civil contra el gobierno), 12 de marzo de 1997.

    24. Casa Alianza, Torture of Guatemalan Street Children: Report to the U.N. Committee Against Torture (Tortura de niños de la calle guatemaltecos: Informe ante el Comité Contra la Tortura de la O.N.U.) (Ciudad de Guatemala: Casa Alianza, 1995), págs. 6-28.

    25. En 1986, tras más de tres décadas de regímenes militares represivos, se restableció el gobierno civil en Guatemala. Durante los diez años siguientes, ha ido produciéndose un lento traspaso a manos civiles del aparato de seguridad del estado, aliviando en cierto modo una de las crisis en materia de derechos humanos más prolongadas y duras en el hemisferio. Para obtener una visión general ver Jean-Marie Simon, Guatemala: Eternal Spring, Eternal Tyranny (Guatemala: Eterna primavera, eterna tiranía) (New York: W.W. Norton & Co., 1987).

    26. Casa Alianza, Torture of Guatemalan Street Children..., págs. 7-57.

    27. "Personal de la policía y militar corrupto suele reclutar a niños [de la calle] en bandas de robos y prostitución." U.S. Department of State, Guatemala Country Report on Human Rights Practices for 1996 (Informe nacional sobre las prácticas de derechos humanos en Guatemala en 1996) (DOS Country Report). Publicado por el Bureau of Democracy, Human Rights, and Labor, 30 de enero de 1997. U.S. Department of State, Country Reports in Human Rights Practices for 1996 (Informes nacionales sobre prácticas de derechos humanos en 1996) (Washington, D.C.: U.S. Government Printing Office, 1997), págs. 455, 460.

    28. Por ejemplo, ver Human Rights Watch/Americas, Final Justice: Police and Death Squad Homicides of Adolescents in Brazil (Justicia terminal: Homicidios de adolescentes en Brasil por parte de policías y escuadrones de la muerte) (New York: Human Rights Watch, 1994); y Human Rights Watch y el Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch, Una generación bajo el fuego: Los niños y la violencia en Colombia (New York: Human Rights Watch, 1994).

    29. Susana, 16 años, violada en abril de 1996 por dos agentes de la Policía Nacional.

    30. Artículo 3 de la Constitución Política de la República de Guatemala.

    31. Artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y Artículos 1, 2, 4 y 16 de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes. El Artículo 37(a) de la Convención sobre los Derechos del Niño declara: "Ningún niño sea sometido a tortura ni a otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes." Guatemala ha ratificado todos estos instrumentos. La Convención contra la Tortura define "la tortura" como "todo acto por el cual se infrinja intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener... información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean infringidos por un funcionario público... a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia."Artículo 1 de la Convención contra la Tortura. El Artículo 16 se refiere a actos similares cometidos por funcionarios públicos como "tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes... que no lleguen a ser tortura tal como se define en el artículo 1."

    32. El área urbana de Ciudad de Guatemala se divide en dieciocho zonas. La Zona 1, en el centro de la ciudad, comprende el área central de la que parten en espiral el resto de zonas. Nuestra investigadora conversó sobre todo con niños en la Zona 1 y Zona 4, contigua a la Zona 1.

    33. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con Mauricio, Ciudad de Guatemala, 2 de septiembre de 1996.

    34. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con Maritza, Ciudad de Guatemala, 2 de septiembre de 1996.

    35. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con Juan Alexander, Ciudad de Guatemala, 3 de septiembre de 1996.

    36. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con David, Ciudad de Guatemala, 3 de septiembre de 1996.

    37. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con Beto, Ciudad de Guatemala, 3 de septiembre de 1996.

    38. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con Miguel Angel, Ciudad de Guatemala, 6 de septiembre de 1996.

    39. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con Dolores, Ciudad de Guatemala, 6 de septiembre de 1996.

    40. Aunque puede que los niños de la calle varones padezcan ataques similares, ni los niños de la calle, ni los educadores de la calle ni los trabajadores de la salud informaron al Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch de este tipo de ataques.

    41. Sólo Para Mujeres es una organización dedicada exclusivamente al trabajo con niñas de la calle de Ciudad de Guatemala. Su director, Manuel Rueda, dijo a Human Rights Watch que: "La policía solía llevarse a las niñas lejos y violarlas. Lo hacían todo el tiempo -- yo diría que era una práctica diaria. Últimamente, no hemos recibido muchas denuncias sobre violaciones. Puede que de un año a esta parte las violaciones por parte de la policía no son habituales. Sigue pasando, pero con menos frecuencia." Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch, 10 de septiembre de 1996.

    42. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch, Ciudad de Guatemala, 10 de septiembre de 1996.

    43. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con Gustavo, Movimiento Nacional de los Niños, Ciudad de Guatemala, 6 de septiembre de 1996.

    44. Cabe responsabilizar, al menos en parte, al gobierno por haber realizado una investigación parcial y no haber identificado a la mayoría de los asesinos de niños de la calle. Ver "El gobierno no investiga, detiene, procesa ni condena," más adelante.

    45. "Murder of Guatemalan Street Child" (Asesinato de niño de la calle guatemalteco), correo electrónico de Casa Alianza a Human Rights Watch, 1º de octubre de 1996.

    46. La información sobre estos asesinatos procede de dos correos electrónicos de Casa Alianza, con fechas 13 de junio y 5 de julio de 1996.

    47. La información sobre este asesinato procede de un correo electrónico de Casa Alianza a Human Rights Watch, con fecha 12 de agosto de 1996.

    48. Correo electrónico de Casa Alianza, "Guatemala: Two Children Decapitated" (Guatemala: Dos niños decapitados), 16 de octubre de 1996.

    49. Esta fuente, un abogado que asesora con frecuencia al Ministerio Público en relación a investigaciones de casos, nos pidió que respetáramos su anonimato.

    50. La información sobre este asesinato procede de un correo electrónico de Casa Alianza, "Three not two Guatemalan children shot" (Son tres no dos los niños guatemaltecos disparados), 30 de enero de 1996.

    51. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con Juan Pablo Méndez, Ciudad de Guatemala, 2 de septiembre de 1996.

    52. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch, Ciudad de Guatemala, 5 de septiembre de 1996.

    53. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con Ronald Osorio, 2 de septiembre de 1996; memorándum del consejero de Casa Alianza Roberto Marroquín Urbina a Hector Dionicio, Coordinador Legal de Casa Alianza, 26 de agosto de 1996. Se produjo otro incidente similar en los días previos a la Navidad de 1995, cuando un grupo numeroso de niños se reunieron alrededor de dos educadores anticipando un evento especial para las celebraciones. Alarmados por la aglomeración de niños de la calle, miembros de la Policía Nacional, el ejército y la Guardia Nacional se presentaron en el lugar y apuntaron sus armas contra el grupo. Finalmente, los educadores pudieron calmar la situación y los agentes dejaron de apuntarles. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con el Coordinador de la Calle Mario Alvarado, Casa Alianza, 27 de agosto de 1996.

    54. La información sobre éste y los dos incidentes siguientes procede de una entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con Carlos Toledo, director del Movimiento Nacional de Niños, Ciudad de Guatemala, 1º de septiembre de 1996.

    55. El Artículo 23 de la Constitución de Guatemala prohíbe la entrada en una casa sin permiso u orden judicial, y el Artículo 39 garantiza el respeto a la propiedad privada.

    56. Artículo 33 del Código de Menores (Decreto 78-79).

    57. "Si un menor fuere aprehendido, sea cual sea la razón, deberá ser llevado de inmediato a la presencia y disposición de un Juez de Menores... o de un Juez de Paz... En ningún caso podrá ser llevado un menor a un cuerpo, cuartel o estación de policía o centro de detención de mayores." Ibíd.

    58. Este problema es menos grave que en años anteriores, lo que demuestra cierta mejora en la práctica. Por ejemplo, en 1994, Casa Alianza denunció un caso en el que dos niños fueron detenidos durante dos días en una estación de policía en Ciudad de Guatemala, durante ese periodo les obligaron a limpiar las instalaciones, lustrar los zapatos de los agentes y robar para la policía. Casa Alianza, Torture of Guatemalan Street Children: Report to the U.N. Committee Against Torture (Guatemala: Casa Alianza/Covenant House Latin America, 1995), pág. 47. Por otra parte, el Movimiento Nacional de Niños recibió denuncias en 1996 sobre la existencia de un "centro de tortura" clandestino en la estación de policía de la Zona 18, donde la policía retenía a niños durante varias horas y les sacaba información con golpes, poniendo pegamento en sus testículos y haciéndoles cortes con cuchillas de afeitar. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con Carlos Toledo, 1º de septiembre de 1996; Attie, Jessica, "Jalados: Street Children and Detention Centers in Guatemala" (Jalados: Niños de la calle y centros de detención en Guatemala), manuscrito no publicado, pág. 21. Human Rights Watch no pudo confirmar esta información.

    59. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con Daisy, Centro de Observación de Niñas, Ciudad de Guatemala, 29 de agosto de 1996.

    60. Esta expresión vulgar se refiere de manera peyorativa a la masturbación. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con Graciela, Centro de Observación de Niñas, Ciudad de Guatemala, 29 de agosto de 1996.

    61. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con Claudia, Ciudad de Guatemala, 10 de septiembre de 1996.

    62. Entrevista del Proyecto de Derechos del Niño de Human Rights Watch con Beto, Antigua, 3 de septiembre de 1996.

    63. Artículo 37(b) de la Convención sobre los Derechos del Niño; Artículo 9 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.


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