En el centro norte de Afganistán, los Hazaras han sido blanco de repetidos actos de violencia y constituyen un grupo particularmente vulnerable, dijo Human Rights Watch. Los Hazaras son Musulmanes Shi'a, que se diferencian nítidamente de los militantes musulmanes Sunni y principalmente de los Pashtun Talibán.

No solo existe la posibilidad de ataques continuos de los Talibán contra los Hazaras y otros grupos minoritarios, como aquellos que muestran simpatía hacia la oposición del Frente Unido (Alianza del Norte), sino que también estos grupos pueden emprender represalias contra los Talibán, en el caso de que pierdan el poder.

"Durante los últimos 3 años a medida que el poder fue cambiando de manos hemos visto una serie de matanzas en Kazarajat y en la parte norte de esta región," dijo Sidney Jones, directora de la división asiática de Human Rights Watch. "Presión y vigilancia externa son sumamente necesarios para prevenir mas abusos."

Miles de civiles han sido desalojados a raíz de la violencia relacionada con el conflicto en el centro norte de Afganistán. Human Rights Watch ha hecho un llamado a la comunidad internacional para asegurar que estos desplazados cuenten con ayuda oportuna.

Un breve informe que fue puesto en circulación hoy delinea el patrón de guerra civil en esa área - ha cambiado de manos 4 veces desde diciembre 2000 hasta mediados de 2001 - y su impacto en la población civil. Este informe incluye nueva información acerca de las matanzas de civiles Hazara y la quema de sus casas por parte de las fuerzas de los Talibán en la provincia de Bamiyan en junio de 2001. Human Rights Watch obtuvo mucha información testimonial de los refugiados en agosto pasado.

Hay que recordar que en la provincia de Bamiyan también se encontraban las estatuas gigantes de Buddha que fueron destruidas por los Talibán a principios de este ano.