"Hoy es un gran día de victoria para las miles de víctimas de Pinochet", dijo Reed Brody, Director de Campañas de Human Rights Watch, organización de derechos humanos con sede en Nueva York. "Los engranajes de la justicia están por fin rodando."

Brody, que asistió a todas las sesiones de las deliberaciones en la Cámara de los Lores, dijo que las ramificaciones del caso llegan mucho más allá de Chile. "Se trata de una llamada de alerta para los tiranos de todo el mundo que están pensando en embarcarse en asesinatos en masa," dijo Brody. "Puede que no salgan con la suya la próxima vez."

Al mismo tiempo, la organización instó al Secretario del Interior británico, Jack Straw, a que no anule la decisión del Tribunal de Apelación de la Cámara de los Lores poniendo en libertad a Pinochet. El Gobierno chileno ha estado presionando a Londres para que libere a Pinochet por "motivos humanitarios" si los Lores deciden contra él.

En una carta del 16 de noviembre a Straw, Human Rights Watch señaló que aunque la Ley de Extradición otorga poderes discrecionales al Secretario del Interior, éste debe ejercerlos "razonablemente". En la carta se argumentaba que no sería razonable ignorar "la gravedad de los delitos cometidos por el general Pinochet y las obligaciones del Reino Unido en virtud del derecho internacional." Además, el Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas decidió la semana pasada que las autoridades británicas tenían la obligación de juzgar a Pinochet por tortura en el Reino Unido o extraditarle a un país que lo juzgue. España, Francia y Suiza han solicitado la extradición de Pinochet, y otros países están preparando peticiones similares.

"Tony Blair quiere tener una ‘política exterior ética'," dijo Brody. "Es el momento de demostrarlo. Pinochet debe ser extraditado a España donde puede ser juzgado por sus terribles crímenes." Brody alabó la postura firme del Gobierno británico en asuntos de justicia internacional tales como los tribunales para los crímenes de guerra cometidos en la ex Yugoslavia y Ruanda, y la nueva Corte Penal Internacional.

"Si el Reino Unido le dejara escapar de la justicia, sería un insulto a la memoria de las miles de víctimas de Pinochet," dijo Brody.