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II. Testimonios seleccionados de víctimas de violación

“Blanca Valdés” tenía cuarenta y un años de edad cuando fue violada por un taxista de la Ciudad de México en 2005.  No denunció la violación ante las autoridades correspondientes, incluso después de descubrir que estaba embarazada, ya que previamente había sido insultada e ignorada por las autoridades públicas cuando denunció que su marido la golpeaba.  Valdés señaló a Human Rights Watch que se había visto hondamente afectada por este embarazo no deseado.  Finalmente obtuvo un aborto por canales no oficiales. Tu sabes, hay chistes:

“cuando te violan, flojita y cooperando.” Pero no es posible.  No es físico, lo que duele es la indignación. … [Después de la violación] en un principio me encerré en mi casa.  Me puse a limpiarla una y otra vez.  Y cuando me puse mal, me lavé todas las veces que fueran necesarias.  Y lo último que se me ocurrió es que me iba a quedar embarazada. … [Me hice una prueba de embarazo] y allí salió esta bola de todo. … Pensé “¿quién me ayuda ahora?” … Pensé “Cada vez que vea a ese bebé voy a pensar en lo que pasó.” … Mis otros dos hijos son deseados. … Muy diferente [es cuando] tienes que tener algo que es resultado de algo tan feo, sucio.  Y lo tienes que cuidar porque es tu bebé. … Pensé que si yo me quedo con este niño, no voy a poder salvarles a los otros, ni a mi misma. … Era parte de mí, pero una parte que yo no quería, que me había venido sin pedirlo. … Tengo mala experiencia con el sistema de justicia.  Una vez me golpeó mi marido. .. Yo le dije al oficial que me pegó con un martillo en el estómago, y me dijo que no me pegó fuerte [y no hizo nada]. … [Después de la violación] mi papá me dijo: “Hija, vamos a la delegación.”  Y le dije: “¿Para qué?  ¿Para que todo el mundo sepa [que fui violada]? ¿Para que me maltraten más?  ¿Para que se burlen de mi porque estoy sola?” … Lo que yo tuve era miedo.  Miedo de morir, miedo de desangrarme.”1

“Marcela Gómez” es la madre de una niña discapacitada mental que tenía diecisiete años cuando fue violada y quedó embarazada.  Gómez denunció la violación de su hija ante la Procuraduría General de Justicia de su estado e insistió en que se interrumpiera el embarazo.  Pero en lugar de asistirlas, los agentes del Ministerio Público y los médicos las enviaron reiteradamente de una institución a otra sin ofrecerles una respuesta definitiva.  Gómez presentó una petición ante un juez que se rehusó a autorizar el aborto a pesar de la legalidad del mismo de acuerdo con lo estipulado por la legislación vigente de dicho estado, aduciendo que no tenía obligación de hacerlo ya que un aborto resultaría en la muerte del feto.  Sin embargo, el juez tampoco prohibió el aborto.  La intervención finalmente fue autorizada por las autoridades estatales con la doble condición de que no figurara en los registros del hospital ni en ningún otro tipo de registros como un aborto por violación y de que Gómez y su hija no difundieran públicamente información alguna sobre su caso.  Gómez refirió a Human Rights Watch su calvario:

El DIF [Agencia para el Desarrollo Integral de la Familia, servicios sociales] nos mandó a la Procuraduría, [a la unidad de] delitos sexuales. … Ya se hizo eso, de allí [a] la averiguación, pasó como un mes. … Todavía no lo detuvieron al hombre. … Pasaron casi dos meses, y vi que no se le bajó al mes. … El de la procuraduría dijo que estaba bien [tener un aborto] porque hubo violación. … [Y además] ese embarazo no pudo darse porque [mi hija tomaba medicamentos contraindicados]…. Toqué puertas hasta en gobernación, en los hospitales, y todos me negaron. … Me dijo el MP que está en todo su derecho, pero desafortunadamente nadie se lo va a querer hacer. … Lo minimizaron, como que no es nada lo que le pasó. [Finalmente la hija de Gómez tuvo un aborto a través provisto por el estado, pero de manera clandestina]. Era “debajo del agua.” … Se hizo como si fuera un aborto [ocasionado] por su medicamento. … El DIF no actuó como debía. … Yo sentí que no le daban importancia al caso. … Una MP me dijo, ay…, ni me acuerdo, palabras duras. …Regresé al DIF, me dijo que a Usted no [le corresponde decidir que su hija aborte]. Lo puede dar en adopción. Se molestaron.2

“Graciela Hernández” denunció las sistemáticas violaciones que sufrió de parte de su padre en Guanajuato en el año 2002 cuando tenía dieciséis años de edad.  Como consecuencia de dichas violaciones Hernández quedó embarazada y manifestó de manera categórica su voluntad de interrumpir el embarazo.  Según representantes de organizaciones no gubernamentales (ONGs) que prestaron apoyo emocional y legal a Hernández, el agente del Ministerio Público más tarde persuadió a la joven para que cambiara la acusación contra su padre de violación a incesto—de manera que éste obtuviera una pena de prisión menor pues el incesto es considerado como un delito menos grave que la violación.  Dado que el aborto en Guanajuato sólo es legal por violación y no por incesto, el aborto no fue autorizado y se obligó a Hernández a llevar a término su embarazo.  En el registro oficial se describe su angustia:

“Después mi papá me llevó a una casa de huéspedes. … Y ahí mi papá me dijo que me quitara toda mi ropa … y mi papá se quito toda su ropa … .  Y mi papá me empezó a acariciar en las piernas y todo el cuerpo, y me penetró y a mi me dolió cuando me penetró.  Yo lloré y le dije a mi papá que me dolía mucho. … Y yo le pregunté que si yo ya no era virgen y mi papá me dijo que antes de que él me penetrara sí, pero que [ahora] ya no era más virgen. … Y después de esta ocasión ya fue cada semana en que mi papá me llevaba a hoteles diferentes fuera de esta ciudad [nombre retenido], y ahí teníamos relaciones sexuales. … Y respecto a mi embarazo, quiero manifestar que yo estoy segura que el hijo que espero es de mi papá … porque yo nunca tuve relaciones con alguien más. … Y quiero manifestar que yo no quiero tener el hijo que estoy esperando, porque no lo voy a querer porque siendo de mi papá no lo voy a querer, y además no sé como venga, o venga mal, y tampoco lo quiero porque yo no quería quedar embarazada, y por eso yo quiero que me ayuden a abortar, porque como ya dije yo no quiero tener este hijo porque es de mi papá y yo no quiero tenerlo.3



1 Entrevista de Human Rights Watch a Blanca Valdés, Ciudad de México, octubre de 2005.

2 Entrevista de Human Rights Watch a Marcela Gómez, [nombre del estado retenido], diciembre de 2005.  La violación ocurrió en años recientes. (Gómez declaró con la condición de que toda la información que permitiera identificar el caso de su hija permaneciera reservada, incluidos su nombre y la fecha exacta del hecho).  La información suministrada por Gómez fue corroborada por funcionarios estatales que se encontraban en ejercicio o estaban retirados.

3 Testimonio oficial presentado ante un agente del Ministerio Público por Graciela Hernández, víctima de violación de dieciséis años de edad, Estado de Guanajuato, conservado en el archivo de Human Rights Watch.


<<precédente  |  índice  |  proximo>>marzo de 2006